El tema de la peli, realmente, sería que la justicia no puede regirse por las emociones, que no son una forma fiable de juzgar a las personas ni de tomar decisiones morales. Una cosa es tener convicciones éticas y otra cosa lo que uno sienta, que en ocasiones pueden chocar y crear conflictos graves, pero deben prevalecer las primeras para que el mundo sea un sitio mínimamente justo.
La cosa ya se ve cuando raptan a Solomon. Sus captores son piadosos y le engañan y le dan una última noche de juerga antes de venderle como esclavo. "No podemos hacer nada más por él", dice uno cuando su compinche muestra piedad. Les da pena, pero no impide que hagan lo que hagan. El tema se repite con el primer amo de Salomon, Cumberbatch, un hombre piadoso y compasivo, pero que actúa como un esclavista normal y corriente porque sus sentimientos, aunque en principio son loables, no están acompañados de ninguna convicción sobre que los negros tengan derechos ni nada parecido. Les dan pena como si fueran animalitos o mascotas. Eso también lo vemos con el carpintero que le pilla odio a Solomon por ser más hábil que él en el trabajo y eso le lleva a abusar de su posición, creando un conflicto que obliga a Cumberbatch a librarse de su mascota preferida que no le trae más que problemas.
Después pasamos a Fassbender, que también parece un tipo muy razonable al principio, dentro de su rollo de esclavista. Premia a los esclavos que más trabajan y castiga a los que rinden menos (capitalismo puro y duro
). Pero pronto vemos que tras esa fachada hay un verdadero perturbado que solo se rige por emociones, que van de la pasión erótica por su esclava negra preferida, los celos, la envidia, la superstición y la paranoia. Cualquier atisbo de intento racional de dirigir su plantación es pura fantasía. Los esclavos están sometidos a los caprichos de un lunático que simula un sentido de la justicia que no es más que una racionalización de sus sentimientos y pasiones desaforadas, esta vez casi todas negativas y lunáticas.
Pero la cosa no se queda ahí. El propio Solomon no se libra de esa radiografía despiadada de los sentimientos humanos como fuente de injusticia. La peli ya empieza con Solomon siendo abordado por una negra que quiere hacer el amor con él, buscando quizá consuelo y alivio. Salomon, que en ningún momento de la peli se ve a sí mismo como un esclavo igual a los demás (no entabla amistad con ninguno) la recibe con frialdad. Ella se aparta llorando.
Solomon se deja engañar por la bondad del personaje de Cumberbatch y confunde su sus sentimientos con un verdadero sentido de la justicia. Eso le lleva a enfrentarse con la negra a la que Cumberbatch separó de sus hijos al comprarla, que le dice la verdad a la cara, que es lo mismo que le ha pasado a él, pero a manos de otros blancos... pero no relaciona que las dos injusticias sean iguales porque ve Cumberbatch como un posible amigo o aliado. Los hechos le darán la razón a ella, claro.
Pero la cosa se repite con el personaje de Patsey, la pobre negra víctima de las pasiones del amo. Ella le suplica ayuda para morir-escapar y él se la niega. Le acusa de dejarse llevar por la desesperación. Ella le dice que no tiene motivo para vivir, cosa que Solomon si tiene porque aún conserva la esperanza de volver a ser libre con su familia. De nuevo no comprender lo que significa el ser esclavo de verdad. No se considera realmente uno de ellos.
La cosa está clara cuando simpatiza con el peón blanco, antiguo capataz, que parece comprender a los negros porque "sufría al azotarlos" y eso le llevó al alcoholismo y a compartir una posición social similar. Parece surgir una amistad y hay un atisbo de sentimiento de clase, algo que Solomon no tiene con el resto de sus compañeros negros. Pronto se ve que ese dejarse guiar por el sentimiento de afinidad y simpatía interesada y, de nuevo, por esa falsa sensación de que los sentimientos son garantía de un comportamiento ético, le traicionan y casi le llevan a la perdición.
Llegamos a la aparición del personaje de Brad Pitt, discutida por muchos como una especie de blanco bueno o deus ex machina brusco para resolver la situación de Solomon. Nada de eso. Brad es un hombre pragmático, no especialmente idealista, más bien un cabroncete bastante frío. Aunque tiene la convicción de que la esclavitud es injusta y los esclavistas unos criminales, no duda en trabajar para ellos por dinero, aunque se niega a darles la razón o lamerles el culo. Cuando Solomon le pide ayuda, se muestra reticente, ya que no va a sacar ningún beneficio de ello y pueden meterse en problemas los dos. Pero suelta la frase decisiva de la peli: "Lo haré porque es mi deber". No lo hace porque sienta simpatía por Solomon, al que apenas conoce y con el que no entabla amistad (por eso su intervención en la peli es tan corta), ni por odio a Fassbender, para el que no duda en trabajar. Lo hace por convicción, porque es el único en toda la puta película que tiene un verdadero sentido de la justicia que va más allá de consideraciones sentimentales o interesadas.
Ni la compasión, ni los sentimientos religiosos (esos sermones patéticos que les sueltan los amos a sus esclavos), ni el amor (estremecedora esa negra casada con un blanco al que odia), ni la amistad interesada entre amo-esclavo o un supuesto compañero de penurias... nada de eso sirve para una mierda. Tiene que venir un buscavidas, que pasa un poco de todo, pero que tiene convicciones y un sentido objetivo de lo que es justo para ayudar. Eso es lo tremendo de la peli. De eso va la peli. Lo del esclavismo es casi lo de menos. De hecho, se podría sustituir esclavista por empresario, esclavo por trabajador, plantación por oficina, los látigos por nóminas y despidos y podríamos tener una historia parecida.