Siguiendo los pasos de sammas 1.0, creo el hilo de otro flamante film ganador en Cannes 2017.
http://www.imdb.com/title/tt6135348/?ref_=nm_flmg_dr_1
https://www.filmaffinity.com/es/film849738.html
Trailer:
y algunos comentarios sobre el film tras haber ganado el Premios Especial del Jurado:
A su lado, 120 battements par minute, de Robin Campillo, se hizo con el Gran Premio del Jurado. Y justo es que así fuera para la que, sobre los pronósticos, parecía la favorita. La cinta posee la energía de lo sincero, la claridad de lo evidente, la fuerza de lo honesto. Demasiadas virtudes para no merecer, cuanto menos, una ovación cerrada. Y democrática. Para situarnos, lo que propone 120 latidos por minutos (ésa sería la traducción) es acercarse a la realidad en su más elemental inestabilidad. La cámara, literalmente, choca con los cuerpos y las palabras. Todo en el límite exacto de la carne herida. Lo que se cuenta es el contagioso efecto de la vida entre los activistas que a principios de los años 90 lucharon por hacer visible el SIDA. La película vive y vibra en el reconocimiento y descripción de un sentimiento que empieza exigido únicamente por la necesidad de justicia y acaba en la pudorosa y libre cercanía de la carne. Suena críptico y, en realidad, todo es piel. Por supuesto, es cine social, pero, y esto es lo relevante, construido no como proclama u ofensa sino como celebración, como liturgia, como mito.
http://www.elmundo.es/cultura/cine/2...7208b45d9.htmlSobre todo me quedo con esto:Robin Campillo logra el Gran Premio del Jurado con su tercer largometraje, 120 pulsaciones por minuto, en el galardón más aplaudido desde el patio de butacas. En los tres filmes como realizador ha demostrado su talento con las conversaciones y las dinámicas de grupo: Les revennants (2004), sobre muertos que regresan a la vida normal y que inspiró la serie homónima de televisión francesa, y Eastern Boys (2013). En esta 120 pulsaciones por minuto ilustra la lucha, en la Francia de inicios de los noventa, cuando el sida ya lleva una década sembrando el miedo y la muerte, de los militantes de Act Up-Paris para sacar a los franceses de su indiferencia general. Y mientras protestan contra los laboratorios y la poca implicación del Gobierno de Mitterrand, surgen entre ellos historias de amor. “No puedo amar más esta película”, dijo Almodóvar. “Pero este es un jurado democrático y yo soy una novena parte de él. La mayor parte la amamos. Campillo cuenta la historia de los auténticos héroes de la lucha contra el sida”, remató entre lágrimas.
http://cultura.elpais.com/cultura/20...28_448157.html
y es que tras poner el tailer y ver que por ahí están Nahuel Pérez Biscayart y Adèle Haenel, sinceridad, evidencia y honestidad, por lo menos desde sus personajes, segurísimo que va a haber.La cinta posee la energía de lo sincero, la claridad de lo evidente, la fuerza de lo honesto.
Saludos