Director: Benoît Jacquot
Guión: Benoît Jacquot, Julien Boivent
Música: Bruno Coulais
Fotografía: Julien Hirsch
Reparto: Benoît Poelvoorde, Charlotte Gainsbourg, Chiara Mastroianni, Catherine Deneuve
Sinopsis: Marc pierde su tren para volver a París y conoce a Sylvie. Vagan hasta la noche, hablando de todo, excepto de ellos mismos, en completa armonía. Cuando Marc se va, acuerdan encontrarse unos días más tarde. Sylvie acude a la cita pero Marc no. Mientras, Marc conoce a otra mujer, Sophie, sin saber que es la hermana de Sylvie. Marc y Sylvie volverán a verse, recuperando su conexión, aunque será demasiado tarde.
Trailer:
François Truffaut ya retrató la historia de un trío amoroso y las consecuencias que conlleva para el protagonista jugar a dos bandas. Lo hizo con La piel suave en un melodrama que trataba sobre la infidelidad de un hombre a su mujer con una azafata. Benoît Jacquot toma prestados algunos elementos de su compatriota francés pero se acerca más en cierta medida a Match point, de Woody Allen. Amor pasional, engaños, casualidades y la locura son algunos de las piezas también presentes en la obra del neoyorquino.
La película ya comienza poniéndonos las cartas sobre la mesa cuando el protagonista pierde el último tren que parte hacia París y conoce a Sylvie (Charlotte Gainsbourg). Tras pasar una noche caminando sin parar, deciden quedar al día siguiente, pero otra casualidad hará que se separen al igual que se conocieron. Tras quedar decepcionada y dolida, se marcha a Estados Unidos con su novio al que apenas quiere. Casualidad o causalidad esto hará que Marc, inspector fiscal, conozca a la hermana de Sylvie (Chiara Mastroianni) debido a unos problemas con los impuestos. Esto se desembocará en una relación amorosa que acabará en un matrimonio con un hijo.
El azar también hace que Marc tarde bastante en saber que está casado con la hermana de Sylvie, ya que cuando está a punto de conocerla, surge un imprevisto. Será también fruto de la casualidad cuando se dé cuenta de con quién está casado (el mechero como elemento trágico).
La película tiene distintas fases de evolución, pues pasa del melodrama clásico al drama/thriller psicológico. A la vez que asistimos a una tierna historia de amor, también estamos presentes en un relato que se va cargando más y más de intriga hasta que explota por todos los costados y desata una tragedia digna del teatro griego. La atmósfera se empieza a condensar desde bien temprano una vez que nos damos cuenta de los problemas de corazón que tiene Marc cuando se pone nervioso. Este estado de ahogamiento se va a ir aumentando con el tema de los fallidos encuentros entre el protagonista y Sylvie, y ya vamos a estar dentro de un ambiente casi irrespirable en el momento que estén cara a cara por primera vez.
La película se cuenta de una manera elegante y se acerca a Truffaut a la hora de llevar a cabo la historia. De esta forma, hace uso de la elipsis, los fundidos a negro y de una voz en off que nos va resumiendo el progreso de los acontecimientos. Además, también hay presentes algunos zooms rápidos que utilizaba mucho el director francés en sus películas.
La banda sonora ayuda mucho a crear el estado de nerviosismo debido a que en la mayor parte de la película coge un tono hitchcockiano dando un aire misterioso a todo lo que le rodea. La película, y el protagonista, se contiene como buenamente puede y eso provoca que el espectador esté atento y avivado en las escenas donde todos los personajes coinciden.
El problema viene quizás a los demasiados momentos forzados que derivan en las casualidades y que provocan artificialidad en un relato que se estaba construyendo de una manera realista. Junto con esto, la subtrama que tiene que ver con el escándolo político se queda a medio camino y no sé entiende muy bien el motivo por el cual se incluye.
Quitando el trío protagonista, que aprueba con creces, Catherine Deneuve siembra incertidumbre en el desarrollo de su pequeño papel. En la teoría se va dando cuenta de todo lo que pasa, pero en la práctica no conseguimos plenamente apreciar los momentos donde es consciente del engaño. Al final, queda como un elemento impuesto para que la historia llegue a su fin.
6/10