Tema: Alexander Mackendrick: revisando sus películas

En este momento como estoy físicamente (y psicológicamente) ya me cuesta seguir la propia como para iniciar otra.

No seria para iniciar ahora. Estamos hablando de julio o quizá ya septiembre. Hay tiempo de pensarlo.

Dado que (de nuevo) han vuelto a confinar mi municipio intentaré ponerme al día con las revisiones el fin de semana.



Empiezo a estar harto de todo y de todos.

Entro a cotillear , y me encuentro planes de más ciclos , pero bueno . Luego series y más cosas . Por si sirve de algo... Alex, yo también te recomiendo "Breaking Bad", para que me gustase tantísimo a mí (que tampoco me va nada el tema) ya tiene que ser buena . La interpretación del prota es , la serie tiene alguna cosa "mejorable" pero está tan bien hecha e interpretada que se lo perdonas. Y como decía Tomás, engancha .

Ah, y estoy con mad, "Twin Peaks" es top .

Nadie lo duda pero imagino que como vosotros la pila (de BDs en mi caso) no hace más que crecer y crecer y el tiempo es cada vez más escaso.

Yo también tengo un porrón de pelis y series sin haberlas catado aún. En físico, de la red, en el i-plus...Pero take it easy, como decían mis adorados The Eagles. Life is short...

Sammy, huida hacia el sur (Sammy Going South, 1963)



Delicioso film de aventuras que supone una nueva colaboración de Mackendrick con Michael Balcon, aunque ya no en la Ealing, sino en la productora de Balcon. La película, basada en la novela del mismo título del novelista inglés W.H. Canaway, publicada en 1961, vuelve a demostrarnos la habilidad del director para las historias con protagonistas infantiles, como vimos en la magnífica Mandy (y que confirmaremos en la próxima entrega). Aquí se trata de la odisea de un niño, Sammy (correctísimo Fergus McClelland, de unos 12 años, que debutaba en el cine), el cual, a causa de la tragedia familiar acaecida durante la llamada Guerra del Canal de Suez o del Sinaí (1956), cuando una bomba destruye la casa familiar en Port Said, lo que ocasiona la muerte de sus padres, se ve en la obligación de iniciar un largo periplo hasta Durban, en Sudáfrica, para reunirse con su tía Jean. ¡Casi 7.000 km en línea recta!

Para la ocasión, Mackendrick filma el film por primera vez en cinemascope, con la dirección fotográfica de Erwin Hillier, con una larga trayectoria tras de sí. La película alterna imágenes rodadas en estudio con localizaciones en África, en Kenya, Uganda y Tanzania, aunque el final en Durban no se rodó en el país sudafricano, se recurrió a imágenes de archivo de sus calles. Tampoco se rodó el inicio en Egipto, sino que la secuencia de Port Said se filmó en Kenya.

A pesar de lo insólito y en cierto modo inverosímil de la propuesta argumental, que la película aligera mediante numerosas elipsis, seguimos con atención e interés creciente las peripecias del joven muchacho. No obstante, la versión inicial era mucho más extensa. Al parecer superaba las tres horas, pero Balcon forzó una reducción a 129 minutos (eliminando en parte planos que profundizaban en la atracción lasciva que Sammy provoca en el sirio, y que chocaban con la censura). Pero incluso esa versión fue posteriormente recortada hasta la versión actual, alrededor de las dos horas. Quizá todos esos recortes justifican los saltos temporales tan forzados que hay en la película, aunque lo cierto es que el resultado final a mí me sigue pareciendo suficientemente harmonioso.

Ya el inicio del film, magníficamente sintetizado en unos pocos minutos, consigue que el espectador se ponga a la altura de Sammy, vea la tragedia que vive el niño desde su perspectiva.



Sammy pasa de jugar tirado despreocupadamente por el suelo a ver como retiran los cadáveres de sus padres (con el macabro detalle de la zapatilla de la madre que se suelta del pie durante el traslado del cuerpo). Insultado y rechazado por unos niños árabes, que él cree sus compañeros de juegos, Sammy, con la ayuda de una pequeña brújula integrada en un silbato, inicia su larga marcha hacia el sur.

Pero el poco dinero que lleva encima no le da para mucho, y el autocar en el que viaja lo abandona en medio de la nada. Un vendedor ambulante sirio lo ayudará a seguir el viaje, pero muestra un peligroso exceso de atracción por el niño (el detalle de ponerle un pañuelo en la cara como si fuera un velo es revelador). Pero, como ocurrirá de manera aún más evidente en el próximo film, la inocencia de Sammy se alía con la desgracia, una suerte de nueva “abuelita Paz”, como el personaje de Mrs. Wilberforce de The Ladykillers. Así, una piedra estalla en el pequeño fuego donde cuecen el pan y el sirio queda cegado, herido de gravedad, perdiendo la vida durante la noche. Sammy se despertará con el cadáver de su “protector y carcelero” al lado, al cual está encadenado. Se liberará del sirio y se apropiará de su dinero, reanudando la marcha.



En Luxor una mujer norteamericana, Mrs. Gloria (la veterana Constance Cummings), rica como mandan los cánones, lo recoge y quiere llevárselo hacia el norte. Pero la brújula marca su destino: siempre hacia al sur. Sammy se escapa y consigue pasaje en un barco que surca el Nilo (lo que permite introducir las típicas y siempre agradecidas imágenes de la fauna del lugar).



Pero Mrs. Gloria no ceja en su empeño, y envía tras el muchacho al griego Spyros. Ya en Sudán, Sammy persevera en su determinación y aprovechará una parada de Spyros en medio de la sabana para escaparse y, de paso, dejar inutilizado el vehículo del griego, un gesto malicioso (porque se oyen rugidos de fondo) que vuelve de nuevo a cuestionar la supuesta “inocencia infantil”. Sammy se muestra sorprendentemente mañoso y resuelto, así lo vemos encaramarse a un árbol para pasar la noche alejado del peligro de los animales salvajes.



No es hasta pasada la primera hora de película que aparece el “actor principal”, según los créditos del film, el gran Edward G. Robinson, que borda su papel de Cocky, viejo buscador furtivo de diamantes y otras piedras preciosas. Con Cocky, Sammy vivirá nuevas experiencias, encontrará en él un maestro, un padre, con el que aprenderá a disparar, matando in extremis un leopardo y salvando así la vida de su viejo amigo.



Hoy vivimos la relación con los animales y la caza de otra manera, pero me imagino a los espectadores infantiles de la época viendo que un niño como ellos era capaz de matar el feroz felino: se entiende la expresión sonriente de Sammy y el orgullo de lucir la piel de leopardo. Pero también aquí la película muestra la otra cara de la moneda: el cachorro de leopardo que acaba de perder a su madre, como le ha pasado al propio Sammy, que en cierto modo ha pasado de víctima a verdugo.





Pero la felicidad no es eterna: la policía hace su aparición en el campamento del viejo furtivo, a la búsqueda del niño perdido. O sea, Sammy ocasiona la perdición de Cocky, encarcelado. Sammy consigue huir en avión con Lem, el socio de Cocky, recuperando además las joyas que su amigo a escondido entre las ramas de un árbol. Lem le promete a Sammy que lo llevará a la zona portuguesa (supongo que refiriéndose al actual Mozambique) y que allí podrá coger un tren con destino a Durban. Y mientras Cocky redacta un testamento en qué lega todas sus posesiones a su querido ahijado, el pequeño Sammy conseguirá finalmente llegar a su destino: al hotel de la tía Jane en Sudáfrica, donde, triunfal, recupera la piel de leopardo.



Me parece un film espléndido, entretenidísimo, una de las mejores películas de aventuras infantiles, sin que en ningún momento caiga en las ñoñerías habituales del cine “para niños”, al contrario, introduciendo sin reservas los aspectos más sórdidos que vive Sammy durante la travesía: la guerra, la muerte, la insolidaridad, el abuso (que roza lo sexual en el caso del sirio), los peligros de la naturaleza salvaje, la ambigüedad entre lo legal y lo ilegal, en su relación con Cocky… No sé cómo será la novela de Canaway, pero la película es una magnífica odisea de formación en el medio más salvaje posible.

Excelente película, pero que Mackendrick todavía mejoraría en la posterior A High Wind in Jamaica, pero eso será dentro de unos días.

El rodaje de Sammy, huida hacia el Sur fue bastante accidentado. Robinson tuvo un infarto durante el rodaje en Kenya. Tuvieron que parar y repatriarlo a UK, esperando que se repusiera para seguir con el rodaje. Pero es que, además, Constance Cummings resultó herida tras un accidente de automóvil.

La película tiene algo del David Lean de LAWRENCE DE ARABIA, quizás por ese protagonista de rubios cabellos...

Espero ponerme el fin de semana con el visionado y el comentario de la película, una vez haya finiquitado el del rincón Lang, dado que se mantiene el cierre perimetral de mi municipio.

Iniciado por Alcaudón

La película tiene algo del David Lean de LAWRENCE DE ARABIA, quizás por ese protagonista de rubios cabellos...

Pero Lean acostumbraba a darle más peso a la Historia (con mayúsculas), mientras que aquí la guerra por el control del Canal de Suez es solo el telón de fondo, el detonante de la larga marcha de Sammy.

Interesante film de aventuras, coqueteando con el cine familiar, o por lo menos luce en fachada (desgraciadamente), aunque de Sammy, prefiero Sammy y Rosie se lo montan, y no es una porno Tomás!!!!. Me explico por lo de sólo un interesante contra lo excelente que comenta Mad.....claro no es fácil tener un lote de films de altísima calidad, que no digo que este no lo sea, pero el lote fuerte de Mackendrick, me interesa por temática Chantaje en Broadway y por estilo de comedia que se adapta a mis gustos (ahí va el grupo fuerte, excepto Maggie. La manera de enfocar un film con niños es un punto fuerte del film y de Mackendrick (Mandy), pero el tijeretazo en momentos que el director parecía subrayar y centrarse en las perversidades del ser humano, para mi esto modifica el tono del film, mucho más suave y familiar, y entiendo que no es lo que buscaba el director (no se muy bien si el tijeretazo fue consultado o simplemente quien puso la pasta mandaba), porque de la oscuridad que se pretendía al extremo de aventura blanca con pequeños matices, es una distancia grande, y yo por lo menos, la normalidad, o mejor dicho, mi normalidad en el cine de Mackendrick no la tengo aún asumida, y el nivel de exigencia es alto, por su culpa claro, no es mi culpa que haya parido tantos excelentes films, pero por los motivos expuestos, para mi, no está a la altura o por lo menos, no es lo que busco.

A medida que voy viendo el film, en mi mente, inconscientemente van apareciendo escenas de el imperio del sol, y eso que solo la vi una vez y en su estreno en VHS, y aunque las dos tengas espíritu de Roads movies las relaciono sin querer, la citada es por supervivencia y la comentada es porque el niño quiere, decisión suya. La parte más disfrutable del film es su inicio y cuando aparece la estrella en portada. Su inicio te pone en situación y su premisa es muy interesante, incluso cuando se encuentra al sirio pervertido, hay indicios, como indica Mad, de perturbación sutil, pero me muero por ver ese metraje eliminado y como Mackendrick tocaría un tema tan incómodo. Claro, cuando aparece la estrella, es otra cosa, su poder en pantalla es indiscutible, y el personaje de Sammy no pierde peso en el film, ahora hay dos protagonistas (el film lo requería), pero uno quiere saber más del personaje de Edward G.Robinson que del propio Sammy. Tampoco comparto entusiasmo con la escena del tigre, creo que dicha escena no era necesaria y quizá está hecha de cara la galería. Otra cosa en mi contra, es que no la he visto en VOSE y si en VDE (me lo acabo de inventar, pero valdría para versión doblada al español?), pero tampoco, tras visionado, tengo mucho entusiasmo para adquirirla en formato físico.

En resumen, que me tengo que ir, a mi me ha sabido a poco y con la mosca en la oreja de lo que pudo haber sido con la maldad original que se decía. La siguiente la de piratas, ahí la voy a poder disfrutar en BD pero en VOSA (versión original subtitulada al alemán ).

Y ahí dejo un mosaico a lo Hannaben, he tardado 30 minutos a hacerlo

Iniciado por Alex Fletcher

Tampoco comparto entusiasmo con la escena del tigre, creo que dicha escena no era necesaria y quizá está hecha de cara la galería.

No es un tigre, es un leopardo, o si lo prefieres, un "gattopardo". Yo creo que sí tiene sentido, por varios motivos: porque ahora es Sammy el que deja sin madre al cachorro, o sea lo mismo que le han hecho a él; porque une de manera definitiva al chico con su viejo amigo; porque revela su maduración, su paso de niño a casi hombre, como si fuera un rito iniciático de una tribu africana; porque la piel del animal supone una recompensa, un motivo de orgullo, para un niño que ha tenido que soportar las condiciones más duras, por eso se la pone rápidamente encima cuando la recupera en Durban.

Iniciado por Alex Fletcher

Otra cosa en mi contra, es que no la he visto en VOSE y si en VDE (me lo acabo de inventar, pero valdría para versión doblada al español?), pero tampoco, tras visionado, tengo mucho entusiasmo para adquirirla en formato físico.

En fin, esto ya lo hemos comentado mil veces. No sé cómo es el doblaje, pero a Robinson hay que oírlo con su voz.

Iniciado por Alex Fletcher

En resumen, que me tengo que ir, a mi me ha sabido a poco y con la mosca en la oreja de lo que pudo haber sido con la maldad original que se decía.

Sí, esa duda nos va a quedar, me temo que para siempre, porque creo que se da por perdidos los minutos recortados. De todas maneras, para mí (lo he resumido en mi comentario) ya hay mucha "maldad" acumulada en la película, no es para nada un film ñoño para niños o para todos los públicos. Eso sí, podría haber sido más crudo. La siguiente lo es. A mí me sorprendió muy gratamente la primera vez que la vi (sin tener ninguna referencia y con un conocimiento reducido de la obra de Mackendrick), y me sigue pareciendo un film espléndido (lo de "excelente" o "espléndido" o "magnífico" no lo digo para poner nota, solo como indicación de las sensaciones que me produce su visionado). ¡Ah, y desde luego incomparablemente mejor que Sammy y Rosie se lo montan, que no me gustó nada de nada cuando la vi de estreno en 1988.

Lo del leopardo me convenciste, lo que pasa que el doblaje del niño si que es ñoño.....como he reconocido, un pecado, otra vez, verla doblada.

He de confesar que Sammy y Rosie se lo montan es un film que vi hace mucho y me acuerdo del título sólo, pero tenía ese chiste por contrato y tenía que sacarlo como fuera

Pues la verdad que después de la decepción con Piratas de Polanski, no me espero mucho de la siguiente que toca. Creo recordar del ciclo de Weir, que tienes debilidad por el mundo piratilla, como subgénero cinematográfico claro, es cierto o lo he soñado?

A falta de verla - espero que este fin de semana - tengo un muy grato recuerdo de ella. De hecho, me pareció una excelente película de aventuras, con protagonismo infantil pero no en plan disneyniano, sino todo lo contrario.

Y en cuanto a los collagues de imágenes (copyright by hannaben) ya me diréis cómo los hacéis.

Yo sigo en plan artesano con mis capturas de pantalla.

Iniciado por Alcaudón

Y en cuanto a los collagues de imágenes (copyright by hannaben) ya me diréis cómo los hacéis.

Yo sigo en plan artesano con mis capturas de pantalla.

Amigo Alcaudón, aún no me conoces?

1- Google images.
2- A Boy Ten Feet Tall
3- Y ahí la tengo

Iniciado por Alex Fletcher

Pues la verdad que después de la decepción con Piratas de Polanski, no me espero mucho de la siguiente que toca. Creo recordar del ciclo de Weir, que tienes debilidad por el mundo piratilla, como subgénero cinematográfico claro, es cierto o lo he soñado?

Cierto, siempre he tenido debilidad por los piratas, quizá influido por la temprana lectura de la "Canción del pirata" de Espronceda y de las películas de Errol Flynn y los tebeos de El Capitán Trueno. Y lo cool que resulta la bandera negra con la calavera y las tibias cruzadas.

"Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar."

La próxima de Mackendrick te gustará. Nada que ver con la de Polanski, un film fallido donde los haya.

Me paro un momento a hablar del título americano de este Samy, huida hacia el Sur. Para hacerlo más atractivo, le pusieron en Estados Unidos "A boy ten feel tall".
Ahí no quedó la cosa. La distribuidora yanqui, la Paramount, recortó enormemente el metraje de la película para que pudiera ser incluida en esos programas dobles que se acostumbraban a proyectar en muchos cines.

Y además cambiaron la banda sonora, substituyendo la partitura de Tristam Cary por una de Les Baxter. Vaya, que no la reconocería ni su padre (si es que se le puede dar ese apelativo a Mackendrick). Balcon haciendo y deshaciendo a placer.

Cierto, y si ya sumamos que el organismo de censura cinematográfica británico también metió mano y no poca, en varias escenas, seguramente, la película terminó siendo una cosa bastante distinta a lo pensado inicialmente antes del rodaje.

Es curioso porque esa censura tiquismiquis del pasado a día de hoy nos parece ridícula... o quizá no tanto, visto que la "corrección política" cabalga de nuevo.

Iniciado por Alex Fletcher

Amigo Alcaudón, aún no me conoces?

1- Google images.
2- A Boy Ten Feet Tall
3- Y ahí la tengo

Me siento el Harryhausen del rincón...

La verdad es que el propio Mackendrick era notablemente crítico con su filmografía e incluso desdeñaba en cierta manera sus obras mayores.

Lo cierto es que es una lástima que uno de los géneros más bellos del cine (y el que más nos gustaba de niños creo que a todos, salvo a A. F. ) esté prácticamente desaparecido en nuestros tiempos.

A falta de verme HUIDA HACIA EL SUR (que en realidad es el título correcto que se le atribuyó en nuestro país), cosa que espero hacer mañana por la noche tras el maratón langiano que preveo (), tengo un excelente recuerdo de ella, aunque VIENTO EN LAS VELAS es todavía mejor (a pesar de lo que decía Mackendrick, como indicaba al principio).

Además en ambas hace un uso excelente del CinemaScope, un formato que en esos años estaba en decadencia frente a la mayor calidad de la Panavision.

Vista esta noche.

Me ratifico en la excelencia de la misma.

Intentaré ponerme esta tarde con el comentario (aprovechando el confinamiento dado que vivo en un pequeño pueblo...) y finiquitarlo en un tiempo récord.

Ayer ya aproveché para hacer la ficha técnica y algunas capturas de pantalla, específicamente los indicadores de espacio/tiempo que el director usa a modo de capítulos de una novela.

Por cierto, me gustaría poder hincarle el diente a la novela original aunque me temo que no exista edición reciente alguna.

SAMMY GOING SOUTH (1963, HUIDA HACIA EL SUR)



Director: Alexander Mackendrick.

Producción: Bryanston Films Ltd. (Michael Balcon) / Seven Arts Productions, Inc. (Eliot Hyman y Ray Stark).

Distribución: British Lion Films Ltd.

Productor: Hal Mason.

Guion: Dennis Cannan, basado en la novela homónima de W. H. Canaway (Londres, 1961).

Dirección artística: Edward Tester.

Fotografía: Erwin Hillier (en Eastman Color y CinemaScope).

Música: Tristam Cary.

Montaje: Jack Harris.

Reparto: Fergus McClelland (Sammy Hartland), Edward G. Robinson (Cocky Wainwright), Constance Cummings (Gloria van Imhoff), Harry H. Corbett (Lem), Paul Stassino (Spyros Dracandopolous), Zia Mohyeddin (El sirio), Orlando Martins (Abu Lubaba), John Turner (Heneker), Zena Walker (Tía Jane).

Duración: 1 h 53 m 51 s.

Rodaje: en África y en los Estudios Shepperton de Inglaterra, desde mayo hasta noviembre de 1962.

Estreno: 21 de abril de 1963 (Londres).



...

Itinerario: Port Said > Durban



Port Said, Egipto, noviembre de 1956 (1:50)

Luxor, Egipto, diciembre de 1956 (28:13)

El Nilo Blanco, enero de 1957 (38:49)

Sudán, febrero de 1957 (45:45)

Durban, Sudáfrica, marzo de 1957 (1:49:51)

…

Basada en la novela homónima del escritor inglés W(illiam) H(amilton) Canaway (1925-1988) y traducida en nuestro país como “Sammy camina hacia el sur” (Plaza & Janés, 1962), HUIDA HACIA EL SUR (que así fue cómo se estrenó originalmente en nuestro país, sin que el precediera el nombre del protagonista) fue adaptada a la gran pantalla de la mano del también inglés Denis Cannan (1919-2011) quien igualmente colaboraría en la que para mí es la gran obra maestra de su director, VIENTO EN LAS VELAS (1965), película con la que la cinta visionada anoche mantiene una más que evidente vinculación.



Película británica aunque resultante de la cooperación entre la Bryanston de Michael Balcon (una vez abandonara el cargo de jefe de producción de la Ealing cuando los estudios fueron vendidos a la BBC en 1955) y la norteamericana Seven Arts (creada por Eliot Hyman y Ray Stark en 1957 y que llegaría a convertirse en una sociedad tan poderosa como para comprar a la mismísima Warner Bros. en 1967, aunque el espejismo únicamente duró un par de años) y rodada en buena medida en los escenarios naturales en los que transcurre la historia (con todas las licencias que se quieran, por necesidad y por voluntad) HUIDA HACIA EL SUR es uno de los mejores ejemplos del cine de aventuras de los años ‘60, a pesar de haber sido sepultado por el éxito (de crítica y de público) de películas coetáneas de directores de primera fila como son HATARI! (1962), de Howard Hawks o LA TABERNA DEL IRLANDÉS (1963), de John Ford, por no mencionar la magistral LAWRENCE DE ARABIA (1962), de David Lean o la para mí espléndida REBELIÓN A BORDO (1962), de Lewis Milestone, que resultó un gran fracaso en la fecha de su estreno pero que incluye uno de los mejores trabajos interpretativos de Marlon Brando en toda su carrera.

HUIDA HACIA EL SUR, aparte de su vinculación con la siguiente película de su director, la ya mencionada VIENTO EN LAS VELAS (de la que ahora mismo estoy leyendo la novela que sirvió de base de la misma, “Huracán en Jamaica” (1929), de Richard Hughes (Alba, 2007)), tiene igualmente muchos puntos en común con dos clásicos de diferentes géneros del cine norteamericano como son el western RAÍCES PROFUNDAS (1953), de George Stevens (basado en la novela “Shane” (1949), de Jack Schaefer (Valdemar, 2015)) y la cinta de aventuras LOS CONTRABANDINTAS DE MOONFLEET (1955), de Fritz Lang (que toma a su vez como sustrato la novela “Moonfleet” (1898) (Anaya, 1991)).

Y es que en todas ellas (como en la preciosa EL DESPERTAR (1946), de Clarence Brown) el punto de vista de la narración pasa exclusivamente por los ojos de sus jóvenes protagonistas (Jody Baxter (Claude Jarman, Jr.) en EL DESPERTAR; Joey Starrett (Brandon De Wilde) en RAÍCES PROFUNDAS; John Mohune (Jon Whiteley) en LOS CONTRABANDISTAS DE MOONFLEET; Sammy (Fergus McClelland) en HUIDA HACIA EL SUR).

El propio Mackendrick ya lo había usado en la que sigue siendo una de sus películas que yo más aprecio, MANDY (1952) y volvería a hacerlo en VIENTO EN LAS VELAS, pero es en HUIDA HACIA EL SUR donde ese subjetivismo es llevado hasta las últimas consecuencias.



(Primer primer plano de Sammy) 2:16



(Último primer plano de Sammy) 1:52:52

De hecho, si nos fijamos al principio de la película, en el tramo que acontece en Port Said, Egipto, nunca llegaremos a conocer el rostro del padre del pequeño protagonista y a la madre (Patricia Donahue) le dedicará un único plano, eso sí significativo por lo que tiene de imagen especular cuando se encuentre, después de una viaje de 5.000 millas, con su tía Jane (Zena Walker), hermana de aquella.





Aunque he indicado en numerosas ocasiones que uno de los ejes principales sobre el que giran alguna de las mejores películas de su director es el poder destructor de la “inocencia” (permítaseme el uso del entrecomillado), otro de los temas que obsesionan a Mackendrick parece ser, paradójicamente, el de la crueldad infantil.

Si en HUIDA HACIA EL SUR ya se atisban maneras en el pequeño Sammy (un espléndido Fergus McClelland) en su relación con los distintos adultos con los que se va encontrando a lo largo de su largo viaje hacia Durban, en Sudáfrica, en VIENTO EN LAS VELAS se alcanzará su máxima expresión, personificada en el personaje de Emily (una igualmente extraordinaria Deborah Baxter), una niña capaz de provocar el caos y la muerte en la tripulación del barco pirata comandado por el capitán Chávez (una de las mejores interpretaciones en la carrera del habitualmente excesivo Anthony Quinn).

Antes de entrar en materia me gustaría recalcar que una de las cosas que más me apasiona de Alexander Mackendrick como realizador (y como guionista en buena parte de sus películas, aunque fuese de manera anónima) es su camaleonismo o sea, su facilidad para cambiar de registro de una película a otra, sin perder en ningún momento los elementos esenciales que delimitan su mundo personal.

E igualmente lo bien que se adaptó primero al cine en color (recordemos la deliciosa EL QUINTETO DE LA MUERTE) y después a los grandes formatos, empezando por la cinta hoy comentada y seguido por VIENTO EN LAS VELAS, ambas en el ya moribundo CinemaScope y, finalmente, con el uso de la mejorada Panavision en NO HAGAN OLAS (1967), su canto del cisne.

Dado lo mucho que me ha gustado la película (que ya había visto en varias ocasiones y siempre con el mismo efecto balsámico en mis ya cansadas retinas) me he pedido a IberLibro.com la edición que mencionaba al principio y que espero me llegue en unos días. Aunque no tendré oportunidad de reseñarla en el rincón creado por el querido (y admirado) mad dog earle, tengo muchas ganas de hacer una comparativa entre película y novela aunque sea para mi propio interés.

Life is very short…

No sé si es cosa de Mackendrick o proviene de la propia novela (lo comprobaré cuando la lea) pero lo cierto es que la película se estructura en cinco partes, cada una de ellas precedida de un rótulo con la identificación del lugar y de la fecha.

Primera parte:



Aunque evidentemente Sammy no tiene nada que ver con la muerte de sus progenitores Mackendrick parece relacionar la misma con la destrucción que los agentes del gobierno provocan en el refugio del anciano Cocky (un, como siempre, espléndido Edward G. Robinson y que no sólo ejercerá de mentor del pequeño sino que también lo hará en su último papel para la gran pantalla, el de Sol Roth en la excelente CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE (1973), de Richard Fleischer, junto a su amigo Charlton Heston, con el que coincidiría – siquiera brevemente – durante el rodaje de EL PLANETA DE LOS SIMIOS).

En cada una de esas partes (o segmentos) el pequeño Sammy contará con la ayuda (desinteresada o no…) de un adulto.

En este primero, su encuentro con un sirio (Zia Mohyeddin) acabará en tragedia y en él Mackendrick introducirá un elemento ciertamente perturbador como es el de la atracción (sexual, todo lo velada que se quiera pero más que evidente) que un adulto siente por un niño, algo que será todavía más explícito en VIENTO EN LAS VELAS, entre el pirata de baja estofa encarnado por Quinn y la núbil Emily.



Curiosamente este pasaje me ha recordado a uno similar de AMÉRICA AMÉRICA (1963), de Elia Kazan, como seguramente recordarán los amigos del foro del mismo nombre.

Segunda parte:



Aquí la benefactora será una rica (y hermosa) turista norteamericana (Constance Cummings, que encarnaba a la esposa – viva – de Rex Harrison en la deliciosa UN ESPÍRITU BURLÓN (1945), de David Lean y rodada en rutilante Technicolor).



A pesar de los buenos propósitos de esta Sammy se mantendrá fiel a su determinación de llegar hasta su destino valiéndose para ello de su inseparable silbato/brújula.

Uno de los pocos peros que le pongo a la película es la presencia del un tanto cargante señor Dracandopolous (Paul Stassino) introducido seguramente para desahogar un poco la trama.

Y ese viaje que Sammy ya había iniciado en el segmento anterior acabará siendo finalmente un viaje no sólo de superación sino también de autoconocimiento.

El personaje madurará como ser humano y aunque involuntariamente provoque la destrucción (total o en parte) de las personas con las que se encuentra en su larga peregrinación al menos al final encontrará su justa recompensa.

Tercera parte:



En su viaje por este tramo del río más grande de África nuestro protagonista encontrará en la figura de Abu (un excelente Orlando Martins) a su primer mentor y a pesar del respeto (e incluso del cariño) que parece sentir por él su despedida será de lo más fría.





Sólo cuando Sammy encuentre a Cocky será capaz de mostrar sus sentimientos que parecía tener encerrados en el fondo de su corazón.

Quizás sea esta parte la que más me gusta porque Mackendrick otorga al personaje de Abu una dignidad que lo convierte en el benefactor más puro y sincero de todos con los que se encuentre el niño.



Cuarta parte:



Este es el tramo más extenso de la película y donde volvemos a ver al incansable Spyros al que lo único que le mueve es la (sustanciosa) recompensa que Gloria le tiene prometido si encuentra el paradero del niño.

Pero también donde aparece (pasada la hora de proyección) la figura del viejo Cocky (un, como decía, colosal Edward G. Robinson), una especie de Robin Hood africano.



En en este segmento donde encuentro ese paralelismo que antes señalaba con uno de los grandes clásicos del cine de aventuras – y que será reseñado en su momento en el rincón de Fritz Lang… - como es LOS CONTRABANDISTAS DE MOONFLEET.

La fascinación que el pequeño Sammy siente por el viejo cazador (y ahora dedicado al tráfico de diamantes) Cocky y que funciona también a la inversa, es muy similar a la que se da entre el decadente Jeremy Fox (Stewart Granger, el mejor actor del cine de aventuras de los años ‘50) y el joven John.



Será en este tramo de la película donde por fin el niño madure emocionalmente aunque de nuevo provoque (en este caso por su mera presencia) la caída del pequeño imperio creado en el corazón de África por este viejo pero incombustible medio polaco (por parte de madre y a mucha honra).

Como ya he mencionado en la primera parte, Sammy parece rememorar en la destrucción del refugio de Cocky la de su propia casa y donde murieron sus progenitores.





Aquí, y al contrario de lo que veremos en VIENTO EN LAS VELAS, hay un espacio para la esperanza pues aunque Cocky acabe con sus huesos en la cárcel su sacrificio (y el jugoso legado que le deja al niño) le permitirá acabar sus días con la conciencia limpia y sabiendo que Sammy hará honor a lo que ha aprendido de él.

Y no sólo eso sino que logrará convencer a la tía del niño, la hermosa Jane, de que Sammy tiene que terminar el sólo, sin ayuda de nadie, su largo viaje.





Sólo así sabrá que ha triunfado. Un triunfo, como decía, que en realidad es su tránsito de niño a hombre aunque todavía no haya llegado siquiera a la pubertad.

Quinta parte:



El reencuentro entre Sammy y Jane, emocionante pero sin cargar las tintas, será un digno colofón de esta hermosa película.



Si iniciábamos el comentario con esos primeros primeros (planos) – valga la redundancia – de Sammy y de su madre, aquí lo finalizaremos con esos últimos primeros planos que el director dedica a ambos.

- Ver imágenes al comienzo del comentario -

Sammy ha realizado una hazaña que pocos hombres adultos hubieran podido llevar a cabo pero lo que más aprecia es esa piel de leopardo que se ganó cuando salvó la vida a Cocky y el silbato/brújula que le llevó, sin prisa pero sin pausa, hasta su nuevo hogar.

Y una apreciación final.

Aunque la película sufrió una mutilación en su metraje lo cierto es que el visionado de la misma apenas se ve perturbado.

Igual fortuna (o más bien lo contrario) acontecerá en VIENTO EN LAS VELAS, como podremos apreciar la semana que viene.

Curiosamente he visto recientemente la magistral EL CUARTO MANDAMIENTO (1942), de Orson Welles, tal vez la que hubiera sido su gran obra maestra (y todavía lo es, en buena medida), seguramente la película más brutalmente mutilada en la Historia del Cine (al menos del sonoro).

Y como pasa con las anteriormente comentadas pese a todo (y pese a todos) el talento descomunal de su director (sea Makendrick o Welles) es capaz de imponerse y ofrecernos obras imperecederas que mantienen incólumes su poder de atracción entre cinéfilos de todo pelo.

Por circunstancias que no vienen a cuento no tuve tiempo de comentar, siquiera brevemente, la maravillosa película de Welles pero recomiendo encarecidamente su visionado, así como la lectura de la novela de Booth Tarkington que sirvió de base para la misma (yo conseguí una edición de segunda mano en la Plaza Nueva de Bilbao (Ediciones G. P., 1956)).

HUIDA HACIA EL SUR es, como bien dice mad dog earle, un clásico del cine de aventuras y un magnífico ejemplo del eclecticismo de su director.

Y como bien dice mi querido compañero su siguiente película es todavía mejor.

Feliz tarde a tod@s y, buena suerte.





P.D. Todo un récord por mi parte comentar una película en tan sólo un día aunque me haya llevado toda la tarde. No todo está perdido.