Durante los años ochenta, Hollywood intentó resucitar el estilo de las viejas comedias de teléfonos blancos, inmortalizadas por intérpretes como Cary Grant. Bésame y esfúmate fue un fallido intento de recuperar ese espíritu de los clásicos.
Llegado el año 1981, nace la primera hija de Jeff Bridges, Isabelle, un hecho feliz que se sitúa en las antípodas del personaje que debe interpretar en la cinta Cutter's way (1981): Richard Sone, un hombre obsesionado por las mujeres y complicado en un siniestro asunto de asesinato.
El director de la película es Ivan Passer, un realizador checo conocido en los círculos cinéfilos de Europa por cintas como Iluminación íntima (1965) y malogrado más tarde en la industria estadounidense, cerrando su carrera con títulos bien poco memorables, al estilo de Creator (1985).
Destaca en el reparto la actriz Lisa Eichorn, conocida por sus papeles en Yanks (1979) y Los europeos (1979), que en esta ocasión encarna el personaje de Mo Cutter.
Jeff Bridges sale de este rodaje con la intención de diversificar lo más posible su carrera. No es posible de otro modo explicar cómo logra el actor intervenir ese mismo año en una comedia basada en la exitosa película brasileña Doña Flor y sus dos maridos.
Con Bésame y esfúmate retorna además a la gran pantalla Robert Mulligan, el responsable de Matar a un ruiseñor (1962), aquella intensa historia que protagonizaba un abogado de Alabama llamado Atticus Finch, interpretado por Gregory Peck.
La actriz Sally Field, bien dotada para la farsa, se eleva como protagonista casi absoluta de la película, aunque Bridges también se prepara concienzudamente para un papel cómico como este, quizá con el ánimo de competir en pie de igualdad con su especializada compañera.
"Vi algunas películas de Cary Grant –dice– y debo confesar que nunca he pretendido imitarle, pero estaría encantado de que su forma de interpretar me influyera de alguna manera".