Esto es absolutamente cierto, aunque también es verdad que la actividad editora era bastante mayor por aquel entonces y la atención del comprador medio se dispersaba y diluía. Por no decir que, en su mayoría, se centraba en lo que editaban las majors, y no precisamente en el cine clásico europeo de autor.
Con todo, tendríamos que haber sido directivos (o mejor contables) de Versus para dilucidar con fundamento los motivos de su decisión de echar el cierre al mercado doméstico. Es posible que tuvieran pérdidas, pero también puede ser que esa actividad no les resultara tan atractiva económicamente como otras dentro del sector (evaluación que hemos visto hacer -obviamente a otro nivel- a las multinacionales). Es decir, no que la edición doméstica los abocara a la ruina sino que obtuvieran beneficios inferiores a la rentabilidad que obtendrían dedicando todos sus esfuerzos a otra faceta del negocio, o simplemente que les incordiaba (negociación, diseño, distribución, etc) más de lo que les satisfacía.
El caso es que sus ediciones eran y siguen siendo un modelo de esfuerzo y cuidado en una época mejor para el formato doméstico y no tan lejana.