Juas, que tiempos, yo me acuerdo de una con capea de salon que acabó como el "Rosario de la Aurora", uno de los compañeros de los almacenes, que ya iba emporrado hasta las cejas, y después de acabada la cena, para posteriormente pasar a la "barra libre", se propuso hacer el gilipollas antes de susodicha capea, con un loro expuesto en uno de los muchos Rincones
) de las instalaciones. El compañero, que dicho sea de paso era bastante animal, se le ocurrio la genial idea de darle al loro pipas desde su propia boca.
El bicho, un poco viejo y demacrado, y con bastante mala hostia, por cierto, le propinó al indivíduo en una, de las bazas, un tremendo picotazo en la lengua, que le dejó el apéndice listo para ser usado como argolla para sujetar pesas.
El desafortunado sangraba como un marrano en plena matanza, y en en pis pas y en plena angustia y dolor, agarró al pájaro por una de las patas, y con todas sus fuerzas lo estampó con una mesa de esas altas que ponen en las terrazas para tomar copas.
Menudo espectáculo, porque, uno de los encargados del local llamo a los "monos" para que echaran al compañero a la calle, y los jerifaltes de la empresa avisaron a los guripas, y bueno, imaginaos como acabó la velada.
Bueno en realidad eso sirvió para para que nos dispersaramos en los típicos grupos de amiguetes, dejando al "equipo rector" en un despiste más solos que la una. (bueno ellos creo que acabarían donde siempre, es decir, en el puticlub de costumbre de Cuzco, que no voy a nombrar).
Y en cuanto al compi, el cachondeo con él fue bastante cruel, cada dos por tres le dejaban en su mesa el típico loro de esos de mentirijillas que compras en los chinos de todo a cien.