Sobre Wolf Creek...
Peliculón, señora...
Bebiendo de La Matanza de Texas (como otras 100.000 películas de terror), tiene prácticamente la misma estructura y el mismo tono amateur. En vez de la América profunda, estos adolescentes despistados se meten de lleno en la Australia profunda. Un viaje a un cráter enorme en medio del desierto (que da título a la película), se convierte en un descenso cojonudo al corazón de las tinieblas, un mundo extraño en el que nadie puede vivir (y menos si hay un psicópata por ahí). Mola todo el tratamiento del paisaje australiano, que hace que parezca que están en otro planeta (al fin y al cabo, es Australia). Sobra decir que, a pesar del presupuesto, visualmente la película es cojonuda.
La primera mitad es una película de suspense cojonuda, o, más bien, un estudio del suspense. Me explico: no existe nada que dé la idea de peligro, pero el director, el muy cabrón, utiliza todos los recursos posibles del género sin llegar a lo burdo, de manera que, sabiendo de lo que va la película, piensas que puede cambiar de tono en cualquier momento. Es una gozada como te hace mirar de reojo la pantalla sólo por los planos que usa o por "trucos" de puesta en escena tan sencillos como una linterna que el prota enciende y apaga.
Sin embargo, el cambio de tono es mucho más natural y menos ruidoso. Y la segunda parte es más cruda que terrorífica. Casi da pena ver a los pobres enfrentándose al desierto para huir. También mola que no se abuse con el gore, las vísceras y demás recursos facilones.
Pues eso, lo mismo de siempre en lo argumental; especialmente cojonuda en lo formal. De lo mejor dentro del terror "crudo".