Todo el estilo de Aronofsky se basa en bombardear con imágenes supuestamente epatantes y crear puzzles vacíos pero vistosos. Es un absoluto negado en cuanto a narración y el mejor ejemplo está en el clímax de esta "Fuente", un desaguisado de brocha gorda... y eso sin entrar en el texto. Sus tres películas parecen hechas por un escolar.
Eso sí, Clint Mansell es un grande.