La sintonía es de Gil Mellé, el mismo que compuso la excelente banda sonora de La Amenaza de Andrómeda.
Por cierto, hay un maravilloso y poético episodio, que supongo será conocido por Diodati, en el que una bella joven desea comprar un viejo caserón, el cual, según afirma el vendedor inmobiliario, está encantado.