Pues yo de pequeño era bastante miedica, ni se me ocurría ponerme a ver una pelicula de terror. Recuerdo el susto que me di en el museo de cera de Madrid cuando vi esa figura del hombre lobo que se movía
De crío tenía una mezcla de fascinación y de pánico por todos estos monstruos. Una noche desperté a mis padres con un grito porque me pareció ver en la oscuridad la figura del mismísimo Drácula Y me sentí también fascinado por una colección de cromos llamada Monstruos que se hizo muy popular en la época (mediados de los 80) gracias a la que conocí mejor a todos los monstruos clásicos que ahora adoro. Con cada cromo se incluía una pequeña historia, algunas de las cuales eran escalofriantes.
Mi afición por el cine llegó muchos años después, cuando todos esos miedos de la infancia ya habían desaparecido (quizá mi temprana admiración por Tim Burton ayudó a que empezase a sentir por todos estos monstruos una sensación más de cariño que de temor).