Aquí hay uno que de tanto morderse las uñas ya voy por el codo. Tengo muchas esperanzas de que se haga al menos una segunda temporada de la que es, para mi, una de las mejores o si no la mejor serie producida por la plataforma. Seguiremos esperando pacientemente.
Sí que es curioso como hemos pasado de la alegría de ver que los seguidores de Sense 8 tendríamos un final para la serie (lo cual me alegró mucho y me dio esperanzas de que la productora podía cuidar mínimamente sus espectadores) a cancelaciones indiscriminadas y con un espíritu puramente burocrático.
La guerra entre plataformas es tan cruda hoy en día que al final los que salimos perdiendo somos los espectadores, viendo cómo las series se cancelan al más mínimo margen de riesgo para ellos. Ya no hay ningún espíritu artístico detrás, ni aunque la base de fans pueda dar para seguir con series aunque sea con recortes. Nada, aquí solo se dejan el dinero en la novedad y las cuatro series de éxito. Lo demás, es talento de usar y tirar.
Yo, sinceramente, empiezo a ver con mucho recelo todo esto y a la larga afectará a la confianza hacia Netflix. Empieza a darme pereza empezar series a no ser que realmente les tenga muchísimas ganas.