Confiscan pornografía infantil al padre del niño secuestrado en Italia
No se relaciona con el caso, pero tenía 400 fotos en su ordenador. Dice que eran para una denuncia
El extraño secuestro del pequeño Tommasso Onofri, de 17 meses, que conmueve a Italia desde hace ocho días, se enrareció aún más ayer con la noticia de que su padre está siendo investigado por posesión de material pornográfico infantil. En principio, parece que no está relacionado con el caso, sino que se trata de un procedimiento obligado de los agentes, que durante el registro de la casa y las pertenencias de la familia encontraron estos archivos en dos ordenadores del padre. Se trataría de 391 fotos y pequeñas filmaciones descargadas de Internet. Estaban en el equipo informático de su casa y en el portátil, hallado en su coche. Además, el jueves fue descubierto otro ordenador en un local que tiene alquilado en el centro de Parma. Onofri, que el jueves fue interrogado durante siete horas y ayer otra más, asegura en su defensa que es material que recogía «para hacer después una denuncia».
Sin embargo, aunque este inesperado giro quizá no tenga nada que ver con la desaparición del pequeño Tommasso, la imagen de la familia se ha transformado ante la opinión pública bajo esta nueva luz. Los Onofri habían concitado la compasión y la solidaridad de toda Italia desde que hace ocho días dos individuos irrumpieron en su casa, un chalé aislado cercano a Parma, y se llevaron a su hijo. Tommasso Onofri, que estaba enfermo y tenía fiebre alta, es además epiléptico y debe tomar una medicación cada 12 horas, con peligro para su vida si no lo hace. Se han sucedido los llamamientos de la familia a los secuestradores para que, al menos, den al niño su medicina.
La pista del reciclaje
No obstante, desde el principio, el secuestro está rodeado de zonas oscuras y piezas que no encajan. Los Onofri no son en absoluto ricos, sino simples empleados de correos, y los captores no se habrían puesto en contacto con ellos en ningún momento. En principio, parecía un robo degenerado en un secuestro improvisado -apenas se llevaron 150 euros-, pero todo apunta a que simularon un atraco y en realidad entraron a buscar al niño. El móvil es el principal misterio. Se ha hablado de una venganza por un crédito que no habría concedido el padre en su puesto de trabajo -en Italia las oficinas de correos dispensan servicios bancarios- y hasta un 'arrepentido' de las mafias calabresas ha dado información. En este sentido, parece afianzarse la pista de que Onofri participaba, sin saberlo, en un mecanismo de reciclaje de alguna banda criminal que ahora quiere castigarle.
La Policía también investiga la credibilidad de una llamada recibida por el comité ciudadano 'Tommasso Libre', donde el jueves una mujer exigió dinero en 48 horas o advirtió que el niño moriría. En la familia Onofri han empezado las divisiones y un tío ha declarado que el padre «no ha dicho todo lo que sabe».