<u> "EL SILENCIO DE UN HOMBRE"</u>
" La profunda soledad del samurai sólo es comparable a la de un tigre en la selva" THE BOOK OF BUSHIDO (El Libro del Samurai).
Con esta significativa cita, da inicio "<u>EL SILENCIO DE UN HOMBRE</u>" (<u>LE SAMOURAÏ</u>, 1967), la mítica obra maestra de Jean Pierre Melville, un film ampliamente imitado pero nunca superado hasta el momento.
Está basado en la novela " The Ronin", de Joan McLeod, y narra una historia que, en esencia, se reduce al solitario hombre perseguido por varios flancos. Supone, en definitiva, un "solo ante el peligro" ambientado en un deprimente escenario urbano preñado de azules y grises (magnífica labor del director de fotografía Henri Decae) que acentúan la densidad y turbiedad del conjunto.
Su protagonista absoluto es un asesino a sueldo cuyo método de actuación (y de vida) se asemeja al de los samurais, unos indoblegables guerreros de la sociedad feudal japonesa. Alain Delon interpreta muy acertadamente a Jef Costello, un curioso personaje; a saber:
- Guarda un riguroso silencio tan sólo roto cuando las palabras son verdaderamente necesarias (pronunciará sus primeras palabras en el film para edificar su coartada, tras haber realizado, en absoluto silencio, algunos preparativos necesarios para cumplir su objetivo).
- Es terriblemente solitario (sólo acompañado por un canario en un apartamento tan gris y homogéneo como su propia existencia).
- Su pétreo rostro mantiene una casi total inexpresividad idónea para convertirse en un jugador de póker imbatible (no es casual la partida de cartas en la que participa). El propio Melville declaró al respecto que: " Me encanta el underplay, es decir, los actores que no expresan nada con el rostro, salvo el comportamiento, para que la gestión interior del personaje se explicite con una parte de misterio." Esta película es fundamentalmente física, gestual, y no psicológica. Lejos de restarle interés, tal característica se lo añade considerablemente.
- Sus movimientos son precisos, gráciles, suaves y justos en cada preciso instante (como el tigre metafóricamente mencionado en el " Bushido").
- Es austero, frío, calculador y obsesivamente metódico en sus planificadas acciones.
Este samurai moderno actúa con gran economía de medios, no llevando a cabo ningún esfuerzo más allá de lo necesario y sometiéndose a un rígido código de honor. La simpleza es la base sobre la que se apoya permanentemente en todos y cada uno de sus estudiados movimientos. Nada es gratuito en él, todo tiene una específica y concreta razón de ser.
Llama la atención el hecho de que Melville no nos ofrezca ningún dato sobre el pasado de Costello y que tampoco nos permita entrar en su auténtica privacidad. El director francés lo explicaba de esta forma tan aguda: " Alguien dijo en una ocasión que en una película de Godard, Jef Costello, tendido sobre la cama de su habitación, habría leído un libro y el espectador vería su cubierta, y en una de Bresson se habría preparado un café con leche. Esto no me interesa. No me gusta ver a mi héroe enfrentarse a lo que podríamos llamar una función orgánica. Quiero sensibilizar al espectador de la intimidad del héroe sin mostrar cómo come en la mesa." Así pues, nunca veremos que, por ejemplo, el personaje beba, coma, duerma o haga el amor. Sus necesidades fisiológicas son obviadas por completo.
Una de esas necesidades es practicar el sexo; pues bien, en este sentido el director manifestó su personal punto de vista: " Una escena de amor, con un hombre y una mujer en la cama, es difícil de filmar y todas las que he visto están mal filmadas. Por eso yo no las ruedo nunca".
En mi opinión, toda esta nebulosa que el autor crea alrededor del personaje beneficia en mucho a su epicidad y mitología. Es el grado casi metafísico que alcanza un ser apasionante en su misterioso e insondable universo particular.
Costello se erige en un asesino a sueldo limpio (esos guantes blancos que conllevan una apariencia aséptica... esos disparos únicos en zonas mortales del cuerpo de la víctima...), contundente, implacable y letal. Trabaja por dinero y no se cuestiona ningun otro aspecto, ni siquiera el espectador tiene ocasión de preguntarse por el porqué de sus terribles actos. Es algo que no importa: hace lo que hace cumpliendo los encargos, sin mayor motivo que ése.
Pero... cuando la policía (retratada como fuerza intimidatoria e irrespetuosa en la figura del terco comisario) y los propios criminales con los que ha tratado van tras él, Costello sufrirá un temible acorralamiento y tendrá que emplearse a fondo para defenderse con uñas y dientes. Se convertirá en un tigre acosado al que todos quieren dar caza en el corazón de una claustrofóbica selva urbana. Esa lucha desigual y desproporcionada de uno contra todos hace simpatizar al espectador con el protagonista, puesto que es sabido que el público tiende a favorecer al teóricamente débil en un combate definitivo a vida o muerte.
Ya la cita del inicio nos indica que el protagonista vive en una profunda soledad, probablemente por constituir el método más adecuado para cumplir, con perfeccionista eficacia, su labor homicida.
Consiste en una filosofía de vida autoimpuesta que se basa en la sencillez y el autocontrol, y que se presenta llena de estrictas costumbres que repite una y otra vez (su forma de colocarse el sombrero, su eterna gabardina, la atención a su canario) sin salirse ni un ápice de su camino: el recto camino del moderno samurai.
Es interesante este tema planteado sobre las costumbres rituales que sigue pormenorizadamente el protagonista, así como también su uniforme de trabajo. Al efecto, el director hizo unas interesantes reflexiones que no tienen desperdicio: " El vestuario de un hombre tiene una importancia capital en mis películas, estoy muy ligado al fetichismo del vestuario. El vestuario de una mujer me importa menos (...). El héroe de mis películas negras es siempre un hombre armado. Siempre lleva un revólver. Un hombre armado es casi un soldado, y por eso debe llevar un uniforme. Un hombre armado es muy diferente de los demás hombres, y le aseguro que tiene tendencia a llevar sombrero. Además, en términos cinematográficos un hombre que dispara con sombrero es mucho más impresionante que otro que lo hace con la cabeza descubierta. El porte del sombrero equilibra un poco el revólver en el extremo de la mano." Recordemos el ligero toque de elegancia que Costello siempre concede al ala de su sombrero tras colocárselo.
Hablando de revólveres y de hombres épicos, Jean Pierre Melville ha reconocido una clara influencia en sus películas de cine negro proveniente del Western: " El Western es el cine, es la forma más perfecta de espectáculo cinematográfico. Un buen Western, en color y en scope, es algo extraordinario, pese a aquella monstruosidad titulada <u>Johnny Guitar</u>. Los guiones de todas mis películas policíacas son Westerns trastocados de ambiente. Es difícil hacer algo que no se parezca a un Western."
<u> "GHOST DOG: EL CAMINO DEL SAMURAI"</u>
"<u>EL SILENCIO DE UN HOMBRE</u>" es un film extraordinario que supone la puesta al día del mito de la figura del samurai y que, de hecho, ha sido el origen inspirador de otra gran película de Jim Jarmusch (confeso admirador de Melville, Bresson o Suzuki) titulada "<u>GHOST DOG: EL CAMINO DEL SAMURAI</u>" (1999).
En esta ocasión, nos encontramos a un impresionante Forest Whitaker dando vida a Ghost Dog, otro asesino a sueldo que parece seguir las directrices y enseñanzas de Delon en la película de Melville.
Ghost Dog también actúa dentro de un rígido código ético y moral basado en la filosofía existencial de los samurais (su libro de cabecera es " Hagakure: el código del samurai", y presta " Rashomon" como lectura recomendada), eligiendo la soledad y la autodisciplina como fundamentales medios de vida.
De igual forma, también será perseguido por criminales (un grupo de mafiosos en horas bajas) dentro de una jungla urbana actual en la que se desarrolla la historia, aderezada sorprendentemente por la música hip-hop de RZA.
Otro rasgo destacado del film de Jarmusch es la utilización de aforismos del citado " Hagakure" para introducir la acción que se desarrollará después. Es un recurso interesante que se repite en varias ocasiones, otorgando al film un componente filosófico que no a todos convencerá o estarán dispuestos a aceptar. No obstante, a mí me parece muy adecuado al permitir que comprendamos en mayor medida el pasaje que veremos a continuación.
Debido a la multitud de detalles dignos de mención en la película de Jarmusch, esquematizaré el contenido en diversos puntos:
- El inicio con los títulos de crédito: muestra planos intercalados de una paloma volando en la inmensidad de un cielo azul completamente despejado (representa a la libertad y soledad del protagonista) y de una vista aérea de la industrialización de la civilización urbana (el entorno en el que se mueven, fuera de lugar, nuestro samurai y la vieja mafia).
- El retrato de una mafia decadente: gran parte del humor del film proviene de diálogos, situaciones y accciones protagonizadas por unos caducos mafiosos cuyo tiempo de vacas gordas ya ha pasado. Se presenta una desmitificación de tal "gremio", haciéndoles caer constantemente en el ridículo, el absurdo y la torpeza.
- Universalidad e intemporalidad: Ghost Dog es negro, Costello en la película de Melville es un blanco occidental y la filosofía samurai es oriental. Esto significa que esa teoría existencialista japonesa no es exclusiva, sino que puede aplicarse a múltiples etnias y periodos temporales.
- El "Bushido" reza que "el camino del samurai es la muerte": tanto Costello como Ghost Dog acaban muriendo, hecho que no constituye una derrota, sino una victoria que completa el círculo de su existencia. La muerte es su destino y objetivo final, algo que en cierto modo desean alcanzar ya que viven para ello.
En otro fragmento, sentencia que "el camino del samurai siempre es uno": Costello elige un camino directo para matar a la víctima en un night-club atestado de gente, mientras que Ghost Dog también opta por enfrentarse a los mafiosos cara a cara por la puerta principal. Los segundos caminos, los rodeos, son para débiles y no para seres grandiosos como los samurais.
- Simbología animal: si en <u>"EL SILENCIO DE UN HOMBRE"</u> Costello se mueve como un felino, como un tigre, en <u>"GHOST DOG: EL CAMINO DEL SAMURAI"</u>, el personaje de Whitaker es comparado a un inmenso oso solitario, corpulento y no depredador, pero sí temiblemente fiero cuando es atacado.
Pero la referencia al oso no termina ahí, ya que el samurai se encontrará con dos cazadores (equipados hasta los dientes con uniformes de camuflaje y rifles) orgullosos de haber matado a un oso negro, una especie en extinción. En este aspecto, el propio Jarmusch declaraba: "La cultura de EEUU reposa en el uso de las armas; los europeos que llegaron a mi país el siglo pasado lo saben bien, porque en cuanto tuvieron armas se pusieron a matar indios (el que aparece en la azotea de Ghost Dog) y animales (las propias palomas masacradas por sus perseguidores); pero no creo en la censura: es un acto de cobardía atacar las formas artísticas acusándolas de ser responsables de cosas que están de siempre en nuestra cultura".
Además, ambos viven en sus hogares junto a aves: Costello posee un canario y Ghost Dog unas palomas en su azotea. Curiosamente, tales animales de compañía mueren, al igual que sus amos.
- Carencia de contacto social con determinadas excepciones: sólo mantienen las relaciones justas y necesarias, sólo las imprescindibles... aunque en ocasiones las circunstancias les vuelvan algo más flexibles: Ghost Dog se relaciona con una niña y con un vendedor de helados que sólo habla francés (así que no le entiende) sujetos que en nada afectan a su recto camino, aunque nótese que la niña parece convertirse en receptora de un legado ("Rashomon") y posiblemente continuísta. En su caso, Costello necesita a alguien (su amante) como coartada.
Esto se explica por el peligro que supone, en la organizada vida del samurai, la irrupción de otros seres que puedan desviarle de su camino. Por lo tanto, intenta evitar el contacto social lo máximo posible.
- Metodismo: Ghost Dog también cumple costumbres rituales: los guantes blancos, los CD's insertados cuando recorre "su camino", las palomas, el uniforme negro, el cobro de sus trabajos el primer día del otoño...
- Las premoniciones: por un lado, tenemos al perro que se queda mirando fijamente (como un tótem) al personaje de Whitaker en algunos momentos del film, que parece representar una premonición del mortal destino próximo del samurai. Es como si el perro percibiera a un "muerto viviente", a un "fantasma", a alguien al que no le queda mucho. De ahí el nombre de "Ghost Dog".
Por otro lado, está el curioso detalle de los dibujos animados de T.V. que los mafiosos miran casi en trance, constituyendo un adelanto de la inminente muerte de alguno de ellos.
Ghost Dog, al igual que Costello, son seres melancólicos y atípicos que pululan por la gris sociedad que los envuelve. Parecen estar fuera de lugar, como si no perteneciesen a la época que habitan hasta el punto de encontrase fuera de contexto e indiferentes a su entorno; de hecho, el personaje de Forest Whitaker comenta a su señor (el cual pertenece a la mafia italiana) que "somos parte de una cultura que dejó de existir". En suma, que se podrían etiquetar como inadaptados sociales, aunque no se sabe muy bien si tal condición la detentan voluntariamente o bien han sido forzados por las circunstancias. Puesto que desconocemos su pasado y no existe la profundización psicológica en los mismos, sólo queda especular al respecto. La conclusión que podría extraer es que más vale que así sea; el misterio se incrementa.
Su inmensa soledad humana (no animal, puesto que ambos viven con aves), su exagerado individualismo, su particular existencialismo y la persecución que sufren les convierten en personajes queridos, aunque sólo sea por la lástima que suscitan.
Sin embargo, ¿cómo es posible sentir simpatía por un ser que asesina en serie y sin remordimientos? Ahí está la atractiva ambigüedad del film. Estos asesinos caen bien, sí, pero moralmente no debería ser así. Lo que ocurre es que es tan fascinante el conjunto de su persona y actos, que no podemos hacer otra cosa que estimarles y desearles el éxito. Nuestra ansiedad por conocerles y acompañarles en sus extrañas vidas lo justifica todo.
<u> "Primos lejanos".</u>
Otras notables películas influenciadas de algún modo por la obra maestra de Melville son:
- "<u>THE KILLER</u>" (1989): el aclamado film de John Woo con Chow Yun-Fat haciendo las veces de ultraviolento e hiperbólico samurai moderno, un personaje ubicado de pleno en el exceso inverosímil, la acción coreografiada y la carencia de expresiones de emoción. El protagonista es "pariente próximo" de Costello, sin embargo está pasado por el particular tamiz de Woo. Su huida es provocada por la traición que le tejen, al igual que en el film de Melville.
- "<u>LEÓN (EL PROFESIONAL)</u>" (1994): una sensacional película de acción impactante y final emotivo, dirigida por Luc Besson y protagonizada por Jean Reno en el papel de otro imparable asesino solitario, que siempre lleva una planta consigo y que se convertirá en el mentor del seductor y poco cándido personaje de Natalie Portman. Y también él tendrá que luchar completamente solo contra el enemigo (aquí, policías corruptos).
<u>Consideraciones finales.</u>
Y es que, lo que sorprende de estos asombrosos asesinos profesionales que adoptan el método de vida y trabajo del samurai como propio, es su carencia de ambiciones más allá del cumplimiento de su misión. Parece que toda su vida, toda su existencia, está únicamente dedicada a obedecer los encargos de aquellos que les contratan (sus amos o señores a los que deben respeto y fidelidad). No piensan en otra cosa, son como robots programados que no reflexionan ni se emocionan: simplemente actúan conforme a lo estipulado.
Viven en "ratoneras" infectas, están desprovistos de lujos de cualquier tipo y tan sólo hacen uso de lo estrictamente necesario para sobrevivir. Da la impresión de que no aspiran más que a un humilde, sencillo e inadvertido lugar de reposo, esperando recibir un nuevo encargo para salir de sus guaridas y cumplir religiosamente lo ordenado.
La pregunta lógica que cabría hacerse es: ¿cuál es el destino del dinero ganado como contraprestación por el cumplimiento de sus trabajos?... porque parece bastante claro que lo suyo no es el materialismo precisamente.
Por último, de la misma forma que siempre están disponibles, mentalizados y preparados para matar cumpliendo órdenes... también lo están para MORIR con honor cuando llegue su hora. En este aspecto, no advierto en ellos ningún rastro de temor a la muerte, sino todo lo contrario. No da la sensación de que la muerte constituya una derrota para ellos.
Hasta tal punto esto es así, que el " Hagakure: el código del samurai" trata sobre el nacimiento desde la nada y el destino hacia la nada. No hay objetivos materiales que alcanzar. El camino del samurai es el camino hacia la muerte y, tras ella, el no-ser. La nada aguarda al final del tortuoso camino.
Según la filosofía zen, la forma y la sustancia son indivisibles. La muerte del cuerpo conlleva la muerte del espíritu.
Su inherente grandeza los acompaña en todos y cada uno de los instantes y órdenes de sus épicas y legendarias existencias. Que descansen en paz.
</p>Editado por: <A HREF=http://pub132.ezboard.com/bmundodvd43132.showLocalUserPublicProfile?login=da vebowman>Dave Bowman</A> fecha: 9/13/02 5:44:04 am