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Pregunta obvia y tonta : ¿Por qué pagamos lo que pagamos al comprar ?
La integral de Mozart a precio de ''top manta'' rompe el mercado
La casa holandesa Brilliant vende toda la obra del genio en 170 CD al increíble precio de 99 euros
RUBEN AMON. Corresponsal
PARIS.- La compañía discográfica Brilliant ha reventado los cimientos del mercado internacional a la sombra del año Mozart. Ni siquiera los artífices del top manta pueden permitirse vender un disco compacto a 56 céntimos de euro.
Brilliant lo ha hecho, aunque el comprador tiene que llevarse inseparablemente los 170 discos que componen la edición completa de las obras de Wolfgang Amadeus Mozart. Total, 99 euros.
El precio resulta irrisorio porque es el mismo que cualquier melómano pagaría por llevarse de una tienda tres obras del compositor austriaco.
El catálogo de Brilliant, en cambio, le ofrece absolutamente todas. Incluidas versiones tan reputadas como las de Charles Mackerras, Sigiswald Kruijken, Leopold Hager o Schmidt-Isserstedt.
No es la primera vez que una casa discográfica lleva a cabo la proeza de vender la opera omnia de Mozart, pero nunca el empeño había resultado tan asequible al bolsillo de los musicólogos ni tan atractivo a los aficionados sin aspiraciones.
Sirva como ejemplo que el catálogo pionero de Philips (180 discos), editado en 1991 con ocasión del bicentenario de la muerte de Mozart, se vende en el escaparate de Amazon por encima de 2.300 euros. La diferencia de precios y de criterios introduce, además, un espinoso debate de fondo: ¿cuánto tiempo llevan abusando las casas discográficas de los consumidores? ¿Hasta qué extremo la iniciativa de Brilliant es un gesto anárquico e insolidario?
La casa de discos holandesa no admite los reproches. Entre otros motivos, porque llevar al mercado toda la obra de Mozart entraña muchos riesgos y requiere la complicidad del gran público. El español ha reaccionado con optimismo ante el proyecto, aunque ha sido el francés, con diferencia, el mercado más entusiasta.Hasta el extremo de que ya se han vendido 60.000 cofres, o sea, más de 10 millones de compactos. Así se explica que el Caso Mozart se haya convertido en la excusa de un debate mediático entre los detractores y defensores del disco supereconómico. Los directores de algunas casas discográficas, como Harmonia Mundi y Naïve, sostienen que Brilliant ha causado un daño irreparable al sector de la música clásica, pero el distribuidor francés de la compañía, Yves Riesel, se ha defendido del asedio en un artículo publicado hace unos días en Le Monde y titulado irónicamente: «Yo soy el asesino de Mozart».
«Seamos serios y tomemos nota de cuanto nos dicen los clientes.Son ellos quienes hablan de precios disparatados y quienes nos piden una respuesta. No podemos continuar con los métodos mercadotécnicos de los años 50», escribe el señor Riesel.
Lo hace para defender un proyecto serio, directo. Porque la edición completa de la obra de Mozart supera cualquier prueba de eficacia elemental. Tanto por la calidad técnica de las grabaciones como por los resultados artísticos predominantes. No se trata de una edición sublime ni definitiva, sino de un recorrido desigual donde comparten espacio las grabaciones correctas con otras notables y algunas realmente extraordinarias.
Sirvan como ejemplo de estas últimas los Quintetos de Mozart (Nabuko Imai con el Cuarteto Orlando), la música religiosa que dirige Peter Maag, La flauta mágica de Mackerras, el Don Giovanni de Kruijken o las sonatas para violín y piano que interpretan Accardo y Canino.
«Nuestro proyecto no tiene reclamos publicitarios ni glamour.Hemos sacado a la venta una edición sobria, exhaustiva, sin mezclar los géneros ni vulgarizar la música. Nada de fotografías ni de imágenes seductoras. Vendemos exactamente lo que está escrito fuera del cofre: toda la obra de Mozart», explica con orgullo el propio Ives Riesel.
Tiene razón, porque el catálogo mozartiano que ofrece Brilliant a cambio de 99 euros no es un batiburrillo ni una tienda de locos.Predomina un enfoque coherente, homogéneo. Todas las sinfonías, por ejemplo, están encomendadas al mismo director, Jaap Ter Linden, del mismo modo que todos los conciertos para piano se llevan a cabo con el solista chinoamericano Derek Han.
Desde luego que hay intérpretes superiores a ambos en el repertorio mozartiano, pero 56 céntimos es la cuarta parte de cuanto cuesta un café en una terraza de París... Y encima la música puede tomarse más de una vez.