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Tema: Federico Fellini: revisando sus películas

  1. #451
    gurú Avatar de Alex Fletcher
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    el segundo dvd lleva:

    - la música de Nino Rota --> Documental de 12 minutos
    - El mundo mágico de Fellini --> Documental de 34 minutos
    - El Amarcord de Federico --> Documental 27 minutos
    - Trailer de Muerte en Venecia y La caida de los Dioses

    Los documentales, el audio original pone francés, sin más opciones, deben ser producciones francesas,eso si subtítulos en castellano. Parecen buenos extras.
    mad dog earle, Alcaudón y Anonimo19042021 han agradecido esto.

  2. #452
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Hoy por hoy, tengo el convencimiento de que “Amarcord” es la película más popular de Fellini junto con “La dolce vita”, aunque no sé si por las razones correctas (en ese sentido, pasa igual que con la película de 1960 y la escena de la Fontana di Trevi): todo el mundo conoce la escena de las tetas de la estanquera, pero un poco en plan “clip” aislado al estilo YouTube, proyectando una imagen chabacana que no se corresponde con la totalidad del universo de la película. Por momentos como este, algunos que se creen que saben toman a Fellini por una especie de Mariano Ozores con ínfulas, dejando de lado todas sus facetas dramáticas, poéticas y fantasiosas.

    En todo caso, la influencia de “Amarcord” ha sido enorme, dando lugar a todo un subgénero que yo denomino “recuerdos de infancia y adolescencia con picardía sexual bajo un régimen autoritario”, que, por ejemplo, en el Este de Europa ha generado innumerables ejemplos (incluso me atrevería a afirmar que carreras fílmicas enteras, como por ejemplo la del serbio Emir Kusturica, no habrían sido las mismas de no existir este film de Fellini). El hecho de que se trate de relatos imbuidos de una gran nostalgia hace que algunos, como cita Mad Dog, caigan en la trampa de pensar que Federico evoca con una sonrisa los viejos tiempos fascistas, lo cual naturalmente no es así: amén de la escena de los torturadores, simultáneamente ridícula y horrible, simplemente la imagen del retrato de Mussolini hecho de flores tiene algo de monstruoso, como un ídolo primitivo de los que exigen sacrificios humanos (que en efecto se encuentran frente a él, pues, si no recuerdo mal, esto aparece durante la boda imaginaria del gordito con Aldina).

    La película, como siempre, es imposible de resumir, dada la infinidad de escenas breves que luego el espectador ensamblará a su manera de cara a la impresión final, de ahí que cada vez tengamos la ilusión de ver una película distinta. En mi última revisión del ciclo filmotequero, tuve menos presente la dimensión cómica y presté mucha más atención (¿ecos de mi situación personal?) a toda la parte sobre la muerte de la madre. Siento que podría defender que “Amarcord” es un drama, pese a todo su humor. Las existencias que se describen, vistas con un ojo frío, no son necesariamente felices: es la mirada de una “memoria creativa” la que las hace entrañables.

    Me he visto otra vez la secuencia de la escuela por retomar el hilo temático que inicié en “Roma” (de la cual creo que repite el mismo actor pelirrojo que hacía del director) y, aunque está llena de genialidades y apunta más a la educación tal como se entendía en aquella época que a la educación en general, sí que aparecen ciertos lugares comunes como el típico maestro con enormes lentes de culo de botella, o la “loba” de enormes pechos que enseña matemáticas. También está la profesora de arte, que bebe de una petaquita bajo su mesa antes de hablar de Giotto y la “pros-pet-ti-va”, que, bueno, es friki pero cae bien. El que me da cierta pena es el profesor de griego, que se afana con todo su esfuerzo en enseñar la pronunciación de una lengua muerta, para que el chavalín del pelo lacio siempre termine la palabra con una pedorreta. Por un lado es un saber considerado inútil, un idioma que ya nadie habla, y encima pone caras raras, cuando les enseña cómo colocar la lengua y todo eso, pero por otro lado es un tipo que le echa buena voluntad y paciencia, hasta que la pierde, claro. Todo lo cual para mí es un ejemplo de cómo estos personajes, pese a ser breves caricaturas, están concebidos con una mirada no del todo superficial. La clave es que, para un niño que quiere jugar, todo profesor es un fascista ridículo, sea el país y la época que sea, y evidentemente Fellini adopta ese tipo de óptica en sintonía con sus “recuerdos inventados”. Pero claro, como trabajé unos cuantos años en la ESO, me encontré de repente haciendo el papel de “fascista ridículo”, de ahí que, aunque entienda lo que Fellini quiere decir, la sonrisa a veces se me hiela un poco: por muy normal que puedas parecer, siempre se te va a caricaturizar por algo, y las espontáneas bromas y gamberradas de los chicos van a generar para ti situaciones de gran presión, cuando no amenazas de despido.

    Pero bueno, mejor dejar de lado los recuerdos amargos, que para eso estamos ante una de las grandes epopeyas de la nostalgia. La idea de la estructura en cuatro estaciones me parece preciosa, creando un sentido muy fuerte de la vida como un ciclo que se repite dentro de un microcosmos que parecía inmutable hasta que empezamos a darnos cuenta de que hay cosas que no volverán. Por eso da tanta pena que Gradisca se case y se vaya (amén de que por alguna razón nunca creemos que le pueda ir bien con el “carabiniere”). Pero también por eso hay tanto mimo a la hora de capturar instantes mágicos. Yo, como soy muy de cine fantástico, siempre retengo la fantasmagórica aparición del toro en la niebla, la salida al mar para ver el transatlántico Rex, visto casi como una nave de otro mundo, o el elemento discordante que es el pavo real en mitad de la nieve, como símbolo de esa nobleza decadente que se mantiene al margen de todo.

    También me gusta, aunque me apena a la vez, la locura del tío Teo, que se sube a un árbol porque “quiere una mujer” y que lleva a unos extremos de comicidad patética la sexualidad reprimida contra la que se debatía el doctor Mazzuolo (no me resisto a recordar que Ciccio Ingrassia, junto con su pareja cómica Franco, trabajó con Mario Bava en “Le spie vengono del semifreddo”, aka “Dr. Goldfoot and the girl bombs”, comedia playera con Vincent Price y unas cuantas chicas en bikini). A la “monja enana” ya la vimos en “Los clowns”, donde también aparecía Giudizio, viejo conocido nuestro desde “Los inútiles” (y qué mejor nombre que “juicio” para un loco). Como bien dice Mad Dog, hay una cierta sensación de “grandes éxitos”, de fin de una etapa, aunque para mí el fin de la gran época de Fellini como cineasta “bigger than Jesus” no sería “Amarcord” sino “Casanova”, la última de sus películas con aureola internacional de “gran acontecimiento”.

    Por último, dentro de ese espíritu un poco “nacional-católico”, que la peli pone en solfa, reseñar que “Amarcord”, dentro de la calificación moral de las películas que daba la Iglesia Católica española, recibió la peor de todas, la “4”, es decir, “gravemente peligrosa” (la misma que “La naranja mecánica” o “El padrino”), supongo que porque a algún cura reseñador le sentó mal la secuencia de las confesiones, pero que en cambio la calificación “secular” siempre fue “Autorizada para todos los públicos” (lo cual imagino que podría en un brete a más de un padre o madre cuando algún niño no entendiera ciertas partes, pero mejor que te lo expliquen tus papás y no Pornhub).
    Última edición por Abuelo Igor; 27/06/2020 a las 12:22
    mad dog earle, Alcaudón y Anonimo19042021 han agradecido esto.
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  3. #453
    Anonimo19042021
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Creo que la ví hace unos veinte años y apenas la recordaba tipo clip. Recuerdo me pasó algo parecido con Gilda. Pensaba que su famosa escena de striptease, que la ví aislada, no era para tanto. Tardé mucho en hacerme ánimos para verla completa pero cuando lo hice me sorprendí mucho. Algo parecido me ha sucedido en esta revisión, de esta peli apenas tenía en el recuerdo de la estanquera sacándose una teta. Con esa imagen equivocada he estado años sin atreverme para ver películas de Fellini.

    Considero que Amarcord es de las pelis más jugosas de Fellini y en terrenos épicos está ahí ahí con mi favorita, Satyricon. Me gusta la de esta semana por ver el pasar el tiempo de forma tan liviana y por como se cruzan los personajes. Y por como los escenarios tienen tanto protagonismo. Comienza y acaba con las semillas flotando en el aire, el narrador se pierde mientras cuenta cosas entre pocas calles, se adivina la costa, los del pueblo se andentran al mar una noche, vemos un atardecer encalamados desde un árbol... Y cuando parece todo mas o menos realista un día inquietante un toro aparece entre la niebla. Por alguna razón ese me parece el momento más bello del film. Igual por lo mágico e inesperado pero la película la encuentro super emotiva. Me gusta como Fellini aunque le da comicidad a todo se mueve entre lo trágico y meláncolico. Parece que no se detiene en una sensación o en elaborar demasiado a sus personajes pero con esos esbozos simpáticos es suficiente para adivinar como los momentos tristes, como la muerte de la madre del chico, se suman o pierden entre tanto cachondeo, tanta fantasía y tanta cándidez. Qué bonito admitir que uno estaba equivocado con Fellini, se ha convertido en mi animal espiritual.
    Última edición por Anonimo19042021; 27/06/2020 a las 16:46

  4. #454
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje
    Hoy por hoy, tengo el convencimiento de que “Amarcord” es la película más popular de Fellini junto con “La dolce vita”, aunque no sé si por las razones correctas (en ese sentido, pasa igual que con la película de 1960 y la escena de la Fontana di Trevi): todo el mundo conoce la escena de las tetas de la estanquera, pero un poco en plan “clip” aislado al estilo YouTube, proyectando una imagen chabacana que no se corresponde con la totalidad del universo de la película. Por momentos como este, algunos que se creen que saben toman a Fellini por una especie de Mariano Ozores con ínfulas, dejando de lado todas sus facetas dramáticas, poéticas y fantasiosas.
    Cita Iniciado por muchogris Ver mensaje
    Creo que la ví hace unos veinte años y apenas la recordaba tipo clip. Recuerdo me pasó algo parecido con Gilda. Pensaba que su famosa escena de striptease, que la ví aislada, no era para tanto. Tardé mucho en hacerme ánimos para verla completa pero cuando lo hice me sorprendí mucho. Algo parecido me ha sucedido en esta revisión, de esta peli apenas tenía en el recuerdo de la estanquera sacándose una teta. Con esa imagen equivocada he estado años sin atreverme para ver películas de Fellini.
    Ciertamente, la famosa e icónica secuencia de la estanquera (ya resulta común referirse a "la estanquera de Fellini" para identificar cierta morfología femenina) quizá ha perjudicado más que beneficiado a la película a lo largo de los años. A mí, sinceramente, después de verla muchísimas veces (tengo anotado un visionado en 1983, pero creo que ya era una segunda vez), es una de los momentos que menos me atrae, y como decís da una imagen chabacana (a lo Ozores) que, aunque es innegable que Fellini juega a veces con esos excesos, no corresponde al conjunto del film.

    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje
    La película, como siempre, es imposible de resumir, dada la infinidad de escenas breves que luego el espectador ensamblará a su manera de cara a la impresión final, de ahí que cada vez tengamos la ilusión de ver una película distinta.
    Una de las mayores fuentes de interés de los films de Fellini es la imposibilida de abordarlos por entero, siempre hay algo en ellos que se escapa, por lo que no se agotan con los diversos visionados, al contrario, se van enriqueciendo. Hay detalles interesantes de analizar, como la presencia de la velocidad, como un signo de modernidad que el fascismo intentó aprovechar (por ejemplo, el futurismo de Marinetti): esa moto enloquecido de Scurezza (o como se escriba) o el rally automovilístico o el Rex. O la manera como muestra la decadente aristocracia, superada por los tiempos (¡qué diferente lo hubiera presentado Visconti!).

    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje
    Me he visto otra vez la secuencia de la escuela por retomar el hilo temático que inicié en “Roma” (de la cual creo que repite el mismo actor pelirrojo que hacía del director) y, aunque está llena de genialidades y apunta más a la educación tal como se entendía en aquella época que a la educación en general, sí que aparecen ciertos lugares comunes como el típico maestro con enormes lentes de culo de botella, o la “loba” de enormes pechos que enseña matemáticas. También está la profesora de arte, que bebe de una petaquita bajo su mesa antes de hablar de Giotto y la “pros-pet-ti-va”, que, bueno, es friki pero cae bien. El que me da cierta pena es el profesor de griego, que se afana con todo su esfuerzo en enseñar la pronunciación de una lengua muerta, para que el chavalín del pelo lacio siempre termine la palabra con una pedorreta. Por un lado es un saber considerado inútil, un idioma que ya nadie habla, y encima pone caras raras, cuando les enseña cómo colocar la lengua y todo eso, pero por otro lado es un tipo que le echa buena voluntad y paciencia, hasta que la pierde, claro. Todo lo cual para mí es un ejemplo de cómo estos personajes, pese a ser breves caricaturas, están concebidos con una mirada no del todo superficial. La clave es que, para un niño que quiere jugar, todo profesor es un fascista ridículo, sea el país y la época que sea, y evidentemente Fellini adopta ese tipo de óptica en sintonía con sus “recuerdos inventados”. Pero claro, como trabajé unos cuantos años en la ESO, me encontré de repente haciendo el papel de “fascista ridículo”, de ahí que, aunque entienda lo que Fellini quiere decir, la sonrisa a veces se me hiela un poco: por muy normal que puedas parecer, siempre se te va a caricaturizar por algo, y las espontáneas bromas y gamberradas de los chicos van a generar para ti situaciones de gran presión, cuando no amenazas de despido.
    Puede ser que Fellini, en definitiva un niño grande que jugaba haciendo cine, permanentemente enfrentado con los "profesores/productores fascistas", quisiera transmitir lo que tú dices. De todas maneras, también hay un retrato concreto de la escuela de un tiempo y de un país. Un país que claudica a la demagogia y la falsedad de un régimen que accede al poder por la fuerza y que alimenta las pasiones más bajas del pueblo no puede esperar una escuela que forme ciudadanos libres y críticos, sino más bien borregos para el rebaño (como repite insistente y desesperadamente el padre de Titta). A mí más que las escenas de la escuela (que, aunque exageradas, no me parece tan ajenas a lo que vivi en mi infancia, como ya conté y no repetiré para no parecer más abuelo Cebolleta de lo que soy ), me producen escalofríos las "demostraciones gimnásticas" de esos mismos alumnos, fusiles en mano. Esa militarización ya desde la escuela me parece repugnante, por muy bufonesca que sea la manera como nos la muestra Fellini. Frente a esa forma de "encuadrar" a los chavales, es evidente que un decrépito profesor de griego poco puede hacer por bueno que sea. Recuerdo en mi infancia que el profesor de latín era un viejecito encantador, pero que iba a clase con boina... Vamos, casi una provocación para el alumnado. Con todo, aproveché bastante los dos cursos que me dio.
    Última edición por mad dog earle; 27/06/2020 a las 20:17

  5. #455
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Mañana la veo que he estado viajando una mijita

  6. #456
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Casanova (Il Casanova di Federico Fellini, 1976)



    Después de la exitosa Amarcord, Fellini se embarcó en un proyecto que, hasta cierto punto, tenía algo de encargo: recurrir a la figura del seductor Giacomo Casanova parecía una buena inversión que podía atraer al público a las salas. Como en muchas de sus películas, el proceso de conseguir la financiación fue toda una epopeya. El primero en la lista fue Dino de Laurentiis, que pretendía realizar un film de carácter internacional, con una gran estrella: ¡Robert Redford! Fellini, que había recurrido de nuevo a Bernardino Zapponi para el guion, tuvo siempre en mente a Marcello Mastroianni, pero el film requería un presupuesto muy elevado, y en consecuencia necesitaba una estrella que permitiera recuperar lo invertido. Fracasada la opción De Laurentiis, fue Rizzoli el siguiente productor implicado, pero nuevamente sin éxito. Finalmente, la película se rodó con la productora de Alberto Grimaldi, la P.E.A., con un acuerdo de distribución con la Universal. Como protagonista, Fellini cedió y se dio el papel al canadiense Donald Sutherland, al que Fellini había conocido durante el rodaje de Novecento de Bertolucci.

    Pero la elección del actor siguió sin ser del todo de su gusto, lo que comportó un rodaje lleno de problemas, que Sutherland soportó estoicamente, en buena parte gracias a su admiración por el director italiano. La aparente excentricidad de la elección de Sutherland, tan alejado de la imagen del latin lover a lo Mastroianni, encajaba no obstante con el dibujo del personaje que quería llevar Fellini a la pantalla: “Donald Sutherland no era el estereotipo de Casanova. Eso me gustaba. Yo era consciente de que no quería a un latino de temperamento fogoso, un latin-lover. […] Casanova es una marioneta. […] Está tan absorto en su sexo que, realmente, es un hombre mecánico, igual que el pájaro mecánico que lleva a todas partes. Como veo a Casanova, con los rasgos de una marioneta, es natural que se enamore de una muñeca mecánica, su mujer ideal”.

    Casanova, cuyo título completo es, significativamente, Il Casanova di Federico Fellini, recupera algo del Satyricon (curiosamente, también una producción de Alberto Grimaldi): la adaptación de una obra literaria clásica (aquí, las voluminosas memorias del veneciano, que se habían editado hacía pocos años en una versión completa); el traslado a una época lejana en el tiempo (la segunda mitad del XVIII); la narración a base de episodios en diferentes localizaciones geográficas, con grandes elipsis temporales; el rodaje íntegro en Cinecittà, recreando fantasiosamente los diferentes ambientes, sin ningún afán de disimular el artificio escenográfico, etc.

    Lo que en Satyricon eran las aventuras de Encolpio y Ascilto, aquí lo son las de Giacomo Casanova, convertido en una marioneta, que parece solo destacar por su capacidad amatoria, su poderío sexual, incapaz de que nadie se lo tome en serio por ninguna otra de sus múltiples habilidades, como poeta, filósofo, alquimista o diplomático, relegado al papel de semental (stallone) libertino.

    Casanova es una obra, como Satyricon, descomunal, excesiva, imposible de abarcar en un solo visionado ni quizá en varios. El trabajo de Rotunno en la fotografía o Donati en el diseño artístico y el vestuario (con la colaboración directísima del propio Fellini) es fastuoso. Nuevamente estamos ante un film difícil de resumir, en donde resulta más fácil elegir unas escenas por encima de otras en función de los gustos personales, pero, con todo, hay una unidad y coherencia en el resultado final, progresivamente más y más sombrío y enloquecido.

    La acción se inicia durante los Carnavales venecianos, cuando se intenta sacar de las aguas una gigantesca cabeza que simboliza la ciudad, pero la enorme estatua (fantástico icono que deja al espectador impresionado ya de entrada), como si fuera una premonición, se precipita de nuevo a las profundidades de los canales.



    Se nos presenta a continuación a Casanova en su modus operandi sexual, manteniendo relaciones con la amante del embajador francés (disfrazada de monja),



    el cual observa la gimnasia sexual de la pareja desde un orificio practicado en la pared. Casanova sigue el ritmo de un curioso pájaro mecánico, de claro aspecto fálico, que parece dictar el funcionamiento de las prestaciones del aventurero, al son de la musiquilla juguetona de Nino Rota (que, en su conjunto, entregó una de sus más brillantes partituras para Fellini),



    episodio que a mí me trae a la memoria los films de Walerian Borowczyk de aquellos años, como La Bête o Contes immoraux. Fellini no disimula el decorado, al contrario, lo muestra sin disimulo, por ejemplo con un mar de plástico por el que navega en bote Casanova cuando es apresado por las autoridades venecianas, para ser condenado a la prisión (era 1755) por practicar la magia negra y escribir libros heréticos.



    En su diminuta celda, Casanova recuerda momentos más felices del pasado, como su relación con una joven costurera, de palidez extrema, uno de los pocos momentos luminosos del film.



    Casanova consigue huir de la prisión, por el tejado (de forma inexplicada) e inicia un peregrinaje por diferentes capitales europeas hasta su muerte. En París frecuenta el salón de la marquesa d’Urfé, donde conoce al conde de Saint Germain. En Forli encuentra a la bella e inteligente Henriette (Tina Aumont), una mujer que lo fascina, pero que queda pronto lejos de su alcance, porque es propiedad de un poderoso personaje. En Parma lo vemos como invitado en una fiesta del marqués Du Bois (Daniel Emilfork), que regala a los insistentes un pequeño número escénico en que, vestido de mantis, devora un joven macho, ante el escándalo de la delegación de los españoles (sobriamente vestidos de negro).



    Un Londres oscuro y neblinoso marca uno de los episodios más patéticos de Casanova, cuando burlado por dos mujeronas decide suicidarse sumergiéndose en el Támesis. Solo la visión de una mujer gigantesca escoltada por dos enanos despierta su curiosidad y lo aleja de la muerte. Siguiéndola, llega hasta una feria (nueva referencia al mundo circense, a los barracones con freaks) donde se invita a los espectadores a entrar en el interior de una ballena (la Mouna, o sea, la vagina, al parecer según el dialecto de su región), en el interior de la cual se proyectan mediante una linterna mágica imágenes perturbadoras de vaginas dentadas (obra de Roland Topor, uno de los compañeros de Jodorowski junto a Fernando Arrabal en el grupo Pánico, y autor de la novela “Le locataire chimérique”, que Polanski lleva a la pantalla en The Tenant).



    En Roma participa en una competición de resistencia sexual en el palacio del embajador inglés, marcando uno de los puntos más bajos de su dignidad, convertido en un mero stallone para goce de un público ordinario y embrutecido, en un fantoche mecánico.





    En Berna parece estar a punto de conseguir establecer una relación con una mujer que parece representar sus ideales femeninos, Isabella (Olimpia Cardisi), hija del doctor Moebius, alquimista. Pero la cita que fijan para encontrarse en una pensión de Dresde resulta fallida por incomparecencia. En su lugar, Casanova se deja llevar en una orgía con una jorobada en la que participan diferentes actores y actrices de la compañía que representa “Orfeo y Euridece”. El ballet sexual, practicado en el interior de una especia de cama-armario, es grotesco, dominado por la sombra gigantesca del pájaro mecánico, que acaba derribado.

    Después de la representación teatral, en un teatro vaciado (del que hemos visto como se apagan las velas de las lámparas, en una escena de una gran belleza), se encuentra a su vieja madre, que se muestra desconfiada con su hijo, un Casanova que ya ni siquiera obtiene el apoyo materno.



    La siguiente etapa (una de mis preferidas) es el salvaje palacio del duque de Württemberg (Dudley Sutton), inmerso en una cacofonía enloquecida, delirante, en la que Casanova se encuentra como perdido. Sola la presencia de una muñeca mecánica, Rosalba (prodigiosamente interpretada por la bailarina Leda Lojodice) despierta su atención (una figura que nos recuerda la Olimpia del relato “El hombre de arena” de E.T.A.Hoffmann). Con ella mantendrá una relación sexual satisfactoria, como si la marioneta en que se ha convertido Casanova solo pueda obtener satisfacción con una igual, una muñeca.



    El último episodio lo vivimos en Bohemia, en la corte del conde de Waldenstein, donde un envejecido Casanova trabaja de bibliotecario y es objeto de todo tipo de burlas, como cuando recita a Ariosto entre risotadas groseras, y humillaciones, por ejemplo enganchando con excrementos un retrato suyo sobre las letrinas. Acabado, a las puertas de la muerte (murió con 73 años), tiene un sueño en que se ve a sí mismo en una Venecia de fantasía, donde encuentra a Rosalba, con la que baila una última danza mientras la imagen se desvanece y finaliza el film, no sin que antes Fellini inserte un primerísimo plano de los ojos de Casanova, como si fuera una horrible máscara mortuoria. Un final sencillamente genial, pero extremadamente sombrío y patético.



    La versión que conocemos de Casanova no recoge todo lo que Fellini quería filmar, incluso lo que filmó, ya que se le practicaron varios cortes. Entre lo desparecido había un episodio homosexual en un serrallo, donde mantenía relaciones con un hombre negro. En el guion original se le decía de Casanova: “No conoces a las mujeres y no te conoces a ti mismo. No persigues a las mujeres; huyes de ellas. Amar a tantas significa que probablemente lo que buscas es un hombre”. Una vez más, la homosexualidad asoma en un film de Fellini, aunque en este caso se quedó fuera del film.

    Casanova, el film más caro de Fellini, costó unos 10 millones de dólares, fue mal recibido por Grimaldi y por los ejecutivos de la Universal. Uno de ellos, según John Baxter, se lamentó: “¡Casanova es vida! Es valor, coraje, fe. Es la alegría de vivir. ¿Comprende, Fefé? ¿Por qué lo has convertido en un zombi?”.

    Ciertamente, el film es, por momentos, mortuorio, oscuro, nada más lejos de esa “alegría de vivir” que invocaba el ejecutivo. El propio Fellini se mostró inseguro sobre la película. Por un lado afirmó: “No debería haber hecho nunca esta película. Debería haberla dejado correr. Está será la peor película que he hecho jamás”, pero en otra ocasión se pronunció de forma completamente contraria: “Casanova me parece mi película más completa, expresiva y valiente”. Amén.

    Un apunte final sobre la edición en DVD que he visto, una añeja ya de Filmax: mala, tanto en nitidez como en los colores. Una lástima que la edición disponible en BD, de Resen, sea un BD-R de origen dudoso. Una vez más, habrá que buscar algo mejor de importación.
    Casiusco, Abuelo Igor, Alcaudón y 2 usuarios han agradecido esto.

  7. #457
    sabio Avatar de hannaben
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Sorry Fellinianos! por la tardanza...por fin vimos esta maravillosa película una vez más






    Un pueblo marítimo italiano y la crónica de un año contada por Fellini y Tonino Guerra.

    Produce Franco Cristaldi.Giuseppe Rotunno de nuevo en fotografía y Nino Rota en la banda sonora.La vida tal cual con un grupo de personajes interpretados por actores desconocidos y algunos no profesionales.

    Aurelio y Miranda viven con sus dos hijos,el tío materno y el abuelo paterno.Titta (Bruno Zanin) es el mayor de los hijos.Aurelio capataz constructor de pasado anarquista no soporta cualquier manifestación fascista.Y en ese múltiple elenco, personajes como Gradisca la mujer que todos desean y que sueña casarse con un principe,Volpina ninfómana que no está bien de la cabeza,los compis escolares de Titta y profesores.

    La inocencia perdida y el crecer en un ambiente totalitario.

    Amarcord es cálida y sencilla..un maravilloso STOP del cine más elaborado de Fellini.

    Momentos hermosos,de ternura y fealdad.El acordeonista ciego,la vendedora de tabaco, el monumento de Mussolini parlante,ese gramófono que los fascistas derriban a balazos,loa habitantes al encuentro de un transatlántico a mar abierto.

    Todos ellos inmersos en el alucinante mágico de Fellini. No falta la ironía y crítica a la iglesia y dictadura.


    Tampoco falta el humor y esos mitos juveniles en torno al sexo en esa dantesca educación religiosa. Un fundido a negro separa estampas unidas por la linea temporal y de nuevo una bellísima soundtrack de Rota. Un narrador-personaje habla directamente a cámara,contando detalles de la historia local.

    Fellini combina lo evocador con el terrible auge del fascismo evitando el cliché,rehusando el tópico de buenos y malos.
    En aquellos años 30 dominaba la confusión...la mayoría de la gente vivía entre símbolos y mitos.


    Ese subdesarrollo provenía en gran parte del catolicismo... actuando de manera castradora, el tío Teo es claro ejemplo de lo más extremo de la represión sexual. Subido a un árbol y clamando a gritos una mujer.
    Fellini salva a Amarcord del ideal ingenuo y sentimentaloide ... vuelve a su infancia con la experiencia de la madurez para ofrecernos un filme lúdico y profundo.

    ¿Qué significa Amarcord? Se dice que es un neologismo del propio Fellini de “A m’acord” como se pronuncia “Io mi ricordo” (“me acuerdo”) en la región de Emilia‑Romagna. Con exteriores en Anzio y Rímini,la mayor parte de la peli se rodó en el Estudio 5 de Cinecittà.

    El pavo real luciendo plumaje en la nevada,El Grand Hotel,el bañista orondo rumbo al puerto...ese fantasmagórico rumiante aparecido entre la bruma.

    Aurelio persiguiendo a Titta y la pérdida de la madre con el retorno de los vilanos como cada primavera.Bravo Fellini!

    10/10
    Casiusco, mad dog earle, Abuelo Igor y 2 usuarios han agradecido esto.

  8. #458
    Anonimo19042021
    Invitado

    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Caray, Amarcord un 10! Te parece perfecta y es de tus favoritas? O te parece una obra maestra pero no es de tus favoritas? Pregunto porque es dificl ponerse de acuerdo con conceptos tan redondos y de tus impresiones no he captado lo que digo. Yo no uso números pero le esquilmaría un punto o decimales pues no me gustó mucho el momento de confesión o la parada militar... Pero sin dudarlo es una obra muy buena y muy completa. Voy a comentar la que vi ayer, y la que ya ha comentado mad, Casanova.



    La peli se centra en la decadencia desde el punto de vista de Casanova, la decadencia ya sabemos es el tema predilecto del director. Me resultó extraña porque su introducción es demasiado recargada y me costó sintonizar con todos sus excesos. Incluso el tema principal no me atrae mucho, el sexo como vicio. Muchos detalles me repugnaron como las muecas viciosas, por tanto maquillaje, y tanta gimnasia circense... Es todo tan rimbombante que necesité unos momentos para adaptarme a esta peli. Su producción es asombrosa, incluso en los momentos que podrían parecen enteramente teatrales. Por ejemplo es espectacular cuando va en barco por un mar de plástico, se nota que es todo plástico, pero está todo encuadrado preciosamente, muy similar a las aventuras de Lotte Reinigre. Incluso este escenario cuadra dentro de su historia y fantasía por lo artificial y hacia lo maquillado. Ya desde el comienzo con el propio festival de máscaras (se ocultan la cara para hacer entretenimiento y espectáculo de eso). Es verdaderamente poético cuando acaba todo, y todos estos momentos se unen de forma coherente.

    Empieza con la escena de los carnavales venecianos, un verdadero jaleo. Está lleno de fuegos artificiales, gente tonteando, gritos y mucho ruido mientras erigen una especie de efigie que sale de las aguas. Parece una especie de totem arquitectónico. O una ofrenda hacia un dios, igual algo enteramente tribal... No sé, pero es espectacular y participa todo el mundo. Aunque bien como dice mad podría representar la ciudad. De ahí pasará a tener una cita con una monja asiática, y cuando se ponen a folletear delante de otro mirando hay un momento que me dejó atónito y es cuando verdaderamente comenzó mi interés por la película. Con unas flexiones que simulan el acto sexual y que separan a ambos unos buenos metros, la sombra del protagonista está en un primer plano cortando la imagen de ella entre tanto jadeo. La sombra en primer plano me parece increíble como recurso visual, y no resulta repetitivo ver el protagonismo de las sombras conforme avanza la película. Lo veo muy alegórico, como si el protagonista fuese una especie de secundario comparado con su fama de semental. Resulta aleccionador pero bonito como viene a decir que tras tantas aventuras sexuales y amorosas nadie se fijó en sus otras virtudes. Cedió sus capcacidades intelectuales ante aquellos ambientes (menudos personajes los de las cortes, y qué actividades más...). Pero lo más gracioso es que nosotros los espectadores no conocemos su sabiduría, apenas hemos ese lado suyo! De hecho a mi me parecía un farsante hasta antes de ponerse a citar un poema al suicidarse, pero luego al conocer la doncella mecanizada dice unos versos realmente bellos o al final del todo cuando está un poco viejo y es ridiculizado con risitas.



    El maquillaje del protagonista me da verdadera grima o esa camisa cinchada tan garrula con la que posa pero los variopintos vestuarios, los escenarios y la producción son una gran excusa para recrease y mirar con detenimiento tanto despilfarro. Puedes recreate mirando todo. Y esto que digo me recuerda a un personaje que nunca vemos: al cuckold del principio que mira tras una pared mientras Casanova se trajina a la monja. Fellini a través de esta mirada tan particular nos convierte un poco en eso, no? Por como se ve atrapado en un mundo dedicado al sexo y al vicio. En esa decadencia. A destacar me pareció muy tierno el momento cuando el protagonista sigue a la gigante y musculosa mujer acompañada por los enanitos, estos le preparan un barreño donde se puede bañar y toda esa secuencia, tan pausada, mientras Casanova admira y se da cuenta que se puede vivir en lo sencillo me parece perturbadoramente bello. Hay cierta melancolia en esa mezcla de lo extraño y lo cotidiano... Me parece todo el film casi un cuento, pero en especial este fragmento, casi como si se tratara de un clásico adulto de los hermanos Grimm. De aquí en adelante mi apreciación por el film ha crecido mucho. Otro momento magnifico es el ya descrito por mad. En el que se apagan los candelabros. Es tan estiloso que me pareció el primer climax del film. Creo que viene a decir que se acaba el show... pero el film, y la vida continua. Y esos momentos casi vacios vemos lo que hay detrás de todo, un montaje. Luego el verdadero y último climax, el final, resulta ser un mero recuerdo! Situado en un paisaje gélido con los personajes desvanecíendose... Me encanta, es muy triste pero muy bonito todo. Se parece mucho a Satyricon, y ese es el Fellini que mas me atrae. Esta tiene un aire tipo cuento navideño con lo que parece que su final tiene moral: ver a un supuesto intelectual siendo rebajado a lo que dicen que es, y cediendo para acabar transformándose en una marioneta. O una figura de una caja de música, porque al final sigue bailando en círculos con el que dice es su amor en una pose congelada. Luce igual que su compañera.



    Es una historia muy bella, y reconozco que se me ha atragantado al principio pero esta es una de las buenas de Fellini.
    Última edición por Anonimo19042021; 29/06/2020 a las 15:01
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  9. #459
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Cita Iniciado por muchogris Ver mensaje
    O una figura de una caja de música, porque al final sigue bailando en círculos con el que dice es su amor en una pose congelada. Luce igual que su compañera.
    Sí, al final de su vida se ve a sí mismo como una figura mécanica junto a Rosalba, en una comunión perfecta, convertidos en una caja de música que gira y gira. Es un final precioso, a la vez que patético, en especial por ese primerísimo primer plano de los ojos (una máscara) de Casanova que Fellini inserta justo antes del último plano.


  10. #460
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Es un 10 el de AMARCORD diferente al 10 de VERTIGO.
    Compi muchogris

    No me parece excelsa en toda la extensión de la palabra.... peero es una de las pelis de mi vida,como un hijo

    Y van la tira de visionados y me sigue emocionando.


    Última edición por hannaben; 29/06/2020 a las 22:20
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  11. #461
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas



    Como bien dice Mad, otro film de Fellini que requiere varios visionados, como viene siendo habitual, cosa que haré, pero no será con la misma edición que tengo, o sea una colección de cine erótico editado por Filmax, debe ser la misma basurilla que la de Mad; cosa que ha hecho disminuir mi disfrute, ya que Fellini, es poderío visual y colorido.

    A pesar de ser larga, para mi lo es, yo soy muy de código Hammer, al ser también episódica como Satyricon y con el plus del impacto visual habitual, no se hace larga en lineas generales. A mi lo que más me ha gustado del film, y creo que es una norma habitual de Fellini, es el afeamiento del sexo, con ese Casanova un tanto peculiar, uno acostumbrado a ver un fucker guapo, y Fellini nos muestra al hombre más feo del mundo. Y después está como enfoca el sexo, 0 disfrutable 0 sensual, tratado como un día más en la oficina, apretar un botón y listo, así se ve a Sutherland en todo el film; me encanta esta visión de Casanova fuera de la fogosidad y tratado como una mera máquina sin fallos, no hay lugar al error, se ejecuta el trabajo y Ciao.

    De los episodios me gustan mucho la de su etapa final, donde la máquina se humaniza, por pura nostalgia y por verse cerca de la muerte, que aún acentúa el patetismo general de su personaje en el film. Hablando de patetismo, el concurso o duelo en la embajada contra el cochero es otro episodio genial, rutinario para el Casanova más feo del mundo, pero al ser una máquina, siempre gana. También me encanta el episodio de de la gigante y los enanitos, aunque la escena del baño no me cuadra mucho, ella sentada, no cabría en un espacio tan pequeño, y los enanitos están a la misma altura suya en dicha bañera, así que supongo que el gigantismo de ella es un efecto óptico más que real, ya que parece y nos muestra que los enanitos miden la tibia de ella. Y hace poco se hablaba en el otro rincón de Lars y una chica de verdad, también el episodio con la muñeca mecánica, es fascinante y perturbador, donde como bien apunta Mad, por fin el Casanova más feo del mundo parece disfrutar con el sexo.

    Como he ido destacando, el impacto visual, el exceso de maquillaje en los personajes, el atrezzo, el comportamiento de muchos personajes, hacen que , otra vez, Fellini coquetee transversalmente con el género de terror, un punto, o quizá el punto, que más me gusta del director, y su arte en tocar dicho género sin tener nada que ver con él; el rostro de Sutherland como Casanova es terror puro.





    Como vinagre, esta vez, como ya he dicho, va todo para la duración y sobretodo la calidad del dvd, que me han hecho estar cabreado todo su visionado. La sitúo un poco por debajo a Satyricon.

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  12. #462
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Alex Fletcher Ver mensaje
    También me encanta el episodio de de la gigante y los enanitos, aunque la escena del baño no me cuadra mucho, ella sentada, no cabría en un espacio tan pequeño, y los enanitos están a la misma altura suya en dicha bañera, así que supongo que el gigantismo de ella es un efecto óptico más que real, ya que parece y nos muestra que los enanitos miden la tibia de ella.
    Pues no, es una auténtica giganta. Según imdb era una norteamericana, Sandra Elaine Allen, de unos 20 años, y que llegó a medir 2,32 metros.



    Cita Iniciado por Alex Fletcher Ver mensaje
    Y hace poco se hablaba en el otro rincón de Lars y una chica de verdad, también el episodio con la muñeca mecánica, es fascinante y perturbador, donde como bien apunta Mad, por fin el Casanova más feo del mundo parece disfrutar con el sexo.
    Hay un plano, del que no he encontrado la imagen en Internet, a la mañana siguiente de la noche de sexo entre Casanova y Rosalba, en que vemos a la muñeca con las piernas abiertas mostrando su sexo abierto, muy perturbador, una especie de muñeca hinchable avant la lettre, y con movimiento.

  13. #463
    gurú Avatar de Alex Fletcher
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    2,32 !!!! maría santísima, supera por un cm al jugador más alto de la historia de la nba, George Muresan.

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  14. #464
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Solo en pantalla grande, habré visto “Il Casanova” unas cuatro o cinco veces. En pantalla pequeña no tantas, entre otras razones porque, como ya se ha apuntado, las ediciones domésticas que he encontrado no han sido buenas: la de Filmax hace bueno el “Amarcord” de Warner (creo recordar que incluso el fotograma pierde color del lado derecho al izquierdo de la pantalla, es rarísimo), la recuperación por Regia en un doblete con “Roma” se ve exactamente igual, e incluso un DVD francés que me traje, que tenía como curiosidad la versión en inglés con la voz de Donald Sutherland, no era ni anamórfico. Por lo tanto suelo aprovechar cada pase que hay en cines para disfrutar de uno de los Fellini que más me fascinan.

    Es cierto que Fellini va bastante a la contra en su planteamiento del célebre veneciano: casi cualquier otro cineasta lo habría visto como la quintaesencia del vitalismo, como la encarnación del sueño de cualquier varón heterosexual que se precie. En cambio, aquí se lo ve como el ser menos libre del mundo, prisionero de su reputación, que nunca encuentra el tipo de reconocimiento que desea. A pesar de que “Il Casanova” es una película encuadrable en una categoría de cine de autor de temática explícita muy fecunda en aquella época (desde la “Trilogía de la vida” pasoliniana al ya mentado Borowczyk), lo cierto es que el erotismo de Fellini aquí es paródico, es en esencia una especie de gimnasia acrobática deliberadamente ridícula, que termina con una “pequeña muerte” exagerada para enfatizar que se está en plena carrera hacia la “gran muerte”.

    La visión del gran seductor como un ser en esencia vacío ya la teníamos desde el Fausto de “Los inútiles”. Hasta qué punto esto es o no moral católica dependerá de la visión de cada uno: desde luego la visión del sexo es oscura, Casanova prostituye sus habilidades para tratar de llamar la atención sobre sus facetas intelectuales, buscando mecenas adinerados que solo se interesan en su talento como follarín, y toda tentativa de hallar una compañera “a su altura” (Henriette o Isabella, la hija del profesor Moebius) fracasa estrepitosamente. La idea de que el único amor verdadero de Giacomo es la muñeca Rosalba es claramente irónica: se trata de una muñeca, igual que él, pero en esencia todos somos muñecos de nuestros instintos, en mayor o menos medida. Fellini se me antoja bastante severo con su personaje, aunque, dados sus eternos componentes autobiográficos, no sería raro que estuviese exorcisando sus propias facetas de donjuanismo, haciendo un desarrollo ultrabarroco de las fantasías del harén de Guido Anselmi, que volverán a verse plasmadas, de un modo igualmente desaprobador, en la mansión del doctor Katzone en “La ciudad de las mujeres”.

    El segmento homosexual al que se refiere Mad Dog quizá se hizo bien en eliminar, dado que refleja una especie de lugar común sobre los muy mujeriegos, que en mi opinión están más enamorados de sí mismos que de cualquier otro hombre. De hecho, habría sido rara, aunque coherente con el castigo sistemático que sufre el mito del veneciano, esta idea después de ver el grotesco episodio en casa de Dubois, que veo como otro ejemplo más de la homosexualidad vista por Fellini como algo tirando a ridículo. Es difícil no reír ante la escenificación operística del deseo de la mantis hacia el joven insecto, con ese estribillo recurrente de “Ogni maschio è tentatore”, y las muecas y gestos de Daniel Emilfork. Alejandro Jodorowsky cuenta en su libro “La danza de la realidad” cómo Emilfork se vio obligado a abandonar Chile porque su condición gay empezaba a darle serios problemas en la sociedad de aquel tiempo (Jodorowsky afirma asimismo que Emilfork despedía de la compañía teatral que ambos dirigían a todas las jóvenes actrices que intimaban físicamente con el primero, dado que Emilfork, enamorado de él, estaría terriblemente celoso). Siempre me ha llamado la atención que el actor chileno aceptara un papel que ridiculizaba sus propias tendencias, pero, claro, quién le dice que no a Fellini, en la que sigue siendo, junto a “La ciudad de los niños perdidos” de Jean-Pierre Jeunet, su aparición más recordada en el cine).

    El episodio londinense es uno de los más fantasmagóricos, con unas escenas sumidas en la niebla que son pura marca de la casa, y siendo fiel a un principio constante en la película, que a una escena excesiva o grotesca suele seguir un episodio emotivo que nos revela una faceta más humana del seductor. Después de la ópera de Dubois, tenemos ese momento en que Casanova llora porque Henriette toma un violonchelo e improvisa unas variaciones sobre el tema que se acaba de cantar (y mientras llora y reflexiona, esto lo considero excelente, se pierde en un seto ¡con forma de laberinto! ¡El gran seductor está perdido en sus emociones!) Del mismo modo, el episodio de la giganta Angelina (interpretada por Sandra Elaine Allen, que, si no me equivoco, entonces estaba considerada la mujer más alta del mundo) termina en una nota increíblemente nostálgica, pues este fenómeno de feria, cuya historia recuerda bastante a la de Gelsomina en “La strada”, proviene nada menos que de Venecia, patria chica del aventurero, cantando la muy evocadora canción “Pin penin”, cuyo sabor italiano popular es memorable (Rota está verdaderamente sembrado aquí, ya volveré a ello).

    También la cacofónica “set piece” de la corte de Württemberg, uno de los momentos excesivos que muchos espectadores no aguantarán (siempre me he preguntado si esta especie de estruendo basado en los teclados estaría inspirado por la fama setentera de grupos como Emerson Lake & Palmer, que partiendo de bases clásicas lograron un sonido de gran poder rockero con el sintetizador como elemento principal), es seguida por uno de los episodios más maravillosos, poéticos y “monos” (pese a su final sexualmente explícito) de toda la filmografía felliniana, a saber el baile con la muñeca Rosalba, un prodigio de coreografía y pantomima que, como atestigua el final, es uno de los puntos culminantes de la película, esencial para capturar su sentido. De hecho, nos damos cuenta en ese momento que el tema musical principal, ese vals fantasmagórico con sonidos como de celesta que evocan una caja de música, no es otro que el tema de Rosalba y por extensión el de Casanova, cuyas notas ingrávidas evolucionan en un eterno círculo que parece reflejar la obsesión sin final de Giacomo por las mujeres.

    Pero es que la genialidad de la música no acaba ahí, pues, si atendemos a la interrelación de motivos musicales (me haría falta aquí poder cantar o disponer de medios tecnológicos de los que carezco ahora mismo para hacer capturas de audio), oímos a menudo superpuestos al motivo principal un tema seudo-gregoriano que evoca la persecución eclesiástica que sufre el protagonista, la fanfarria del carnaval de Venecia, escuchada en la secuencia inicial, la melodía de “Ogni maschio è tentatore”, que podemos asociar al amor imposible por Henriette, o la nostálgica canción “Pin penin”. El tema de “l’uccello magico” (ese pájaro autómata que representa sin confusión posible el pene de Casanova) entra de lleno en la “música circense” de Fellini-Rota, otro vals mucho más grotesco que el de Rosalba, lleno de curiosísimas disonancias e interpretado al piano eléctrico para subrayar, supongo, su artificialidad.

    Uf, llevo ya hora y media escribiendo y creo que no he rascado ni la superficie de la peli. Así rápidamente, hay una conexión explícita, en el episodio del conde Ildebrando (en el que Giacomo compite sexualmente contra el caballerizo Righetto) con el “Satyricon”, cuando el protagonista dice algo así como “no sabía que Roma se había quedado igual que en los tiempos de Trimalción”. Ahí también hay un ejemplo maravilloso de paradoja dramática, en ese triunfo apoteósico de Casanova, llevado a hombros como un héroe cuando de hecho ese triunfo lo ve el espectador como un gran fracaso de sus aspiraciones y, como bien dice Mad Dog, el punto más bajo de su dignidad. La orgía con la jorobada y los miembros de la compañía teatral es exceso puro y no estaría fuera de lugar en un film del británico Ken Russell; la veo como un ejemplo de que Fellini, en la cúspide de su fama, podía permitirse cualquier capricho, pero es el tipo de escena, como la de la caótica corte de Württemberg, que terminaría alienando a gran parte del público y bajando de su pedestal al cineasta, que, como es lógico en toda carrera larga, terminaría perdiendo la unanimidad en torno a sus méritos hasta llegar a la cierta humillación de que su película final, “La voz de la luna”, no obtendría ni siquiera distribución internacional. El final, en efecto, con los patéticos últimos días de Casanova como bibliotecario en Bohemia, víctima de las burlas que él atribuye a Faulkircher y Viderol, según él una pareja homosexual (de nuevo ese fantasma), y con el pájaro mecánico roto y arrumbado en un rincón, es una conclusión muy triste pero onírica y mágica, con todas las mujeres de su vida huyendo sobre el agua congelada, con la excepción de Rosalba, lo más parecido a un amor verdadero a lo que Giacomo pudo aspirar, que lo espera para un último baile en el que el veneciano admite definitivamente su condición de muñeco, girando en círculos, hasta que el terrible primer plano de su rostro destruido por el tiempo cierra de modo brutal la historia.

    No sé, viendo todo lo que ha antecedido me da la impresión de que esta peli me gusta un poquitín, también.
    Última edición por Abuelo Igor; 03/07/2020 a las 11:10
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  15. #465
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Como bien dices el episodio cacofónico de la corte del duque de Württemberg (por cierto, interpretado por un actor que podemos ver en The Devils, de Ken Russell), puede expulsar a parte del público, pero a mí, como ya dije en mi conentario, es uno de los que más me gustan, sin contar que acaba dando paso a la aparición de Rosalba.
    En cuanto a la música de Rota, hay otro tema que va apareciendo a lo largo de film y es el "Canto della Buranella" , uno de los fragmentos musicalmente más dulces del film.
    Última edición por mad dog earle; 02/07/2020 a las 22:31

  16. #466
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Bueno, es que el "Canto della Buranella" es "Pin penin", o por lo menos el disco de la banda sonora recoge el tema bajo ambos nombres.

    Se me quedaron fuera dos hechos interesantes relacionados con la película y no mencionados hasta ahora: primero, el Oscar que ganó Danilo Donati por el vestuario (absolutamente merecido), y, segundo, uno de los múltiples problemas que afectaron a la producción, a saber, el robo en los laboratorios de los negativos originales de la escena inicial del carnaval de Venecia, que por esta razón tuvo que ser rehecha por completo. Se dice que lo que los ladrones realmente buscaban eran los rollos de "Saló o los 120 días de Sodoma" de Pasolini, tal vez para hacerlos desaparecer (recordemos todas las tesis conspirativas sobre el asesinato de Pier Paolo).
    Última edición por Abuelo Igor; 04/07/2020 a las 01:03
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  17. #467
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    No me olvido de Fellini eh! La semana que viene comento.
    En FILMIN pulula esta peli la habéis visto?¿



    https://www.imdb.com/title/tt3102458/

    https://es.web.img3.acsta.net/r_1280...1/18839981.jpg

    Me recuerda a Codie Young
    https://2.bp.blogspot.com/-6CJ4WCee0...Mail+Paris.jpg
    Última edición por hannaben; 03/07/2020 a las 11:55
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  18. #468
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Cita Iniciado por hannaben Ver mensaje
    No me olvido de Fellini eh! La semana que viene comento.
    En FILMIN pulula esta peli la habéis visto?¿
    Sí, la he visto, es muy Albert Serra. Juega con el personaje de Casanova, de visita a los Cárpatos, donde entra en contacto con Dracula. Alrededor de dos horas y media.
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  19. #469
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje
    Bueno, es que el "Canto della Buranella" es "Pin penin", o por lo menos el disco de la banda sonora recoge el tema bajo ambos nombres.
    Cierto, al mirar la banda sonora (que tengo en CD, en una edición con el sello CAM'S SOUNDTRACK ENCYCLOPEDIA) me acordé de este título y no asocié que "Pin Penin" es una variante del mismo tema, o viceversa.

    Última edición por mad dog earle; 03/07/2020 a las 14:57
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  20. #470
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    La reapertura del cine Doré me ha permitido recuperar un par de títulos de los que no me había ocupado, “El amor en la ciudad” e “Historias extraordinarias” (aunque no parece que se vaya a rescatar en la programación veraniega “Qué extraño llamarse Federico” de Ettore Scola, que se dijo que iba a incluirse en este ciclo a modo de apéndice).

    “L’amore in città” me parece muy interesante por ese formato de “revista” (imagino que “Lo spettatore” no tendría más números) que permitía a los realizadores acercamientos y registros muy distintos, desde el reportaje hasta la viñeta humorística pasando por el docudrama o por mezclas inclasificables. Dejando aparte el de Fellini, tal vez mi preferido sea el segmento sobre el baile de Dino Risi, un realizador que encuentro excelente y que, tal vez por tener un apellido no terminado en “ni”, no suele ser citado entre los grandes de Italia (en los últimos tiempos apenas se le ha mentado por su película “Il sorpasso”, en España “La escapada”, que es menos “spoiler”, y no por la película en sí sino por el fenómeno electoral homónimo en el que un partido adelanta en votos a otro). También me gusta el de Antonioni, por el mal rollo que da que trate con tanta frialdad y normalidad un tema tan dramático como el suicidio. El segmento, en cambio, que hoy seria considerado inaceptable es el de Lattuada, que se vería poco menos que como una apología del acoso sexual (de hecho, vi a los pocos minutos un movimiento en el patio de butacas de personas abandonando la sala). No ya es que haya hombres quedándose embobados mirando a mujeres de “belleza normativa”, es que las siguen y piropean, llegando a extremos como el “frotismo” contra ellas en los tranvías. Al final, vemos a una mujer joven claramente azorada por las atenciones de un hombre mayor, que al final llega a enterarse de dónde vive y se marcha contento, como planeando ya asedios posteriores. Ya digo, Netflix ha eliminado secuencias mucho más suaves que esta, pero a uno le cabe preguntarse cómo quieren los defensores de lo políticamente correcto que la especie se siga perpetuando si ya es delito para un hombre fijarse en una desconocida y abordarla (bueno, de hecho la propuesta es que sea delito si a ella le molesta, lo que pone el poder legislativo en sus manos). Parece ignorarse algo tan obvio para mí como la libertad para decir que no, y que hay asuntos que llevan arreglándose entre adultos desde que el mundo es mundo.

    Pero volviendo a Fellini, “Agenzia matrimoniale”, si no el mejor segmento de la película, sí resulta interesantísimo por lo que tiene de anticipación de mucho que vendría después. Es la primera vez que aparece ese formato de “supuesto documental” muy ficcionalizado que luego tendrá tanto recorrido en su obra, y también aparecen esbozadas ideas que luego tendrán mayor desarrollo. Ese inmueble laberíntico de apartamentos lleno de gente variopinta de curiosas costumbres, vislumbradas en breves vistazos a través de sus puertas abiertas, tendrá una nueva y alucinante plasmación en “Satyricon”, y esa caterva de niños que acompañan al protagonista en su búsqueda de la inencontrable agencia, correteando y riendo, prefiguran esa infancia juguetona e inquietante que estaría detrás de las desventuras amorosas del doctor Mazzuolo o que embrujaría al desquiciado Toby Dammit. Luego, la ingenua aspirante a casarse con el “lupo mannaro” (curiosa referencia de Fellini a un fantástico “canónico” que nunca llegó a abordar) parece un embrión de lo que luego serían Gelsomina o Cabiria, antes de sufrir los golpes de la vida que las convertirían en lo que eran. Ese sarcástico giro final que pone en otra perspectiva lo que representa la agencia es probablemente lo más ácido de una película que, salvando Antonioni, parece pasar de puntillas, la época manda, por lo más espinoso de los temas que trata (un ejemplo claro es el reportaje de Lizzani sobre las mujeres que hacen la calle), pero aun así me deja un cierto sentimiento de algo incompleto, como si quedaran muchas cosas todavía por contar.

    Luego, “Historias extraordinarias” la vi en copia de 35 milímetros (iba a poner “gloriosos 35” pero me corté: ya sabéis que el soporte fotoquímico se va degradando con el tiempo y los colores se van poco a poco). Como ya se dijo, la progresión de la película es espectacular, pues se pasa de un episodio curioso (Vadim) a uno que no está nada mal (nada Malle) Hasta desembocar en una absoluta genialidad (Fellini). He de decir que por primera vez he visto “Toby Dammit” en italiano, y que es así como debería verse: el DVD de Sherlock viene en francés y todo ese mundo romano enloquecido queda extraño en ese idioma (aunque como Felllini es el reino de lo extraño, puede ser una apreciación relativa). La copia desvaída me hizo extrañar esos vibrantes naranjas de la llegada de Toby en el avión, pero por otro lado me da ese sentido de la luz natural que en mi opinión los soportes digitales no llegan a capturar de la misma manera (aunque tengan otras muchas ventajas: por eso creo que, por ejemplo, en el debate vinilo-CD ninguno gana realmente porque sus virtudes y defectos son complementarios). La actuación de Stamp es increíble, raramente se ha visto un personaje más decadente (es una especie de reverso oscuro del vitalista Rick Dalton de “Érase una vez en Hollywood” de Tarantino, cuya experiencia europea fue mucho más positiva), con una caracterización próxima a la de un vampiro y con un ensimismamiento en su propio mundo acentuado por el hecho de que habla inglés incluso respondiendo a las preguntas en italiano. La posibilidad de que todo sea percepción y de que el mundo a lo “Dolce vita” desplegado ante los ojos de Toby no sea sino producto de su abuso del alcohol y las drogas no se puede desdeñar del todo: como ya insinué en mi viejo artículo del blog, Toby parece más bien un trasunto del propio Edgar Allan Poe, con lo cual Federico incluiría en su adaptación el espíritu del autor mediante una especie de biografía en clave, lo cual encuentro muy original.

    También encuentro ecos de películas anteriores de Fellini: esa “mujer ideal” que se acerca a Toby en la fiesta declarándole su amor me hace recordar las apariciones de Claudia Cardinale en “Ocho y medio”, y todo el ambiente de la entrega de premios es similar al de la fiesta en las termas de “La dolce vita” (me pregunto si ese cómico anciano al que todos aplauden y veneran será una especie de referencia a Totó, que no trabajó con Fellini aunque sí con Pasolini en "Pajaritos y pajarracos"). No recordaba que el Ferrari que obtiene Toby a cambio de perticipar en el “western católico” es de color dorado, en lo que es un simbolismo un poco obvio sobre el poder enloquecedor de la fortuna pero que funciona. Encuentro también curioso lo de los maniquíes de los camareros a la puerta del restaurante (uno de los cuales es un actor real que está quieto) y lo del rebaño de ovejas, de las cuales solo una que está de frente es verdadera. Esa conversión de la Roma nocturna en un laberinto de pesadilla del que no se puede salir, puntuado por planos subjetivos del coche circulando a toda velocidad por rutas en los que el trazado de la línea mediana es un elemento fundamental, me hizo pensar en “Carretera perdida” de David Lynch, cuyo tema fáustico, encima, es bastante similar al de este segmento de Fellini. Otro elemento que no había advertido antes y que me saltó a la vista en este nuevo visionado (¡es que Fellini es así, siempre descubres algo nuevo!) es que el motivo de piano de Nino Rota, de acordes descendentes, que acompaña la aparición del diablo-niña en el aeropuerto y en el memorable final, recuerda un tanto al inicio de la sonata número 9 de Scriabin, conocida por el sobrenombre de “Misa Negra”, y cuyas connotaciones diabólicas también utilizó el escritor Fritz Leiber en su novela “Esposa hechicera”. Es increíble cómo las aportaciones de Nino Rota son tan ricas y poderosas, y aportan tanto o más a las películas como las de actores, guionistas o directores de fotografía, y más increíble aún es pensar en esa simbiosis creativa con Fellini, que produjo mundos musicales que yo aún no he visto en las obras para concierto del compositor, ciertamente meritorias pero sin el grado de fantasmagoría que le inspiró el director nacido en Rimini.
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  21. #471
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Ensayo de orquesta (Prova d'orchestra, 1978)



    Después del problemático rodaje de Casanova, Fellini intentó tirar adelante el proyecto de La città delle donne (que ya había intentado realizar en la época en que pensó en un film conjunto con Ingmar Bergman), con producción de Bob Guccione (el productor del Calígula de Tinto Brass). Por desgracia (o quizá por suerte, visto el film de Brass), el proyecto fracasó, de manera que Fellini optó por otra película, que también hacía años que tenía en mente: un film sobre una orquesta. Con producción de la RAI, Prova d’orchestra se planteó inicialmente como un film a estrenar en la televisión, de ahí su corta duración (sobre los 70 minutos, poco más que un mediometraje) y lo modesto de su realización.

    Acostumbrados a los deslumbrantes films episódicos de los últimos años, el nuevo film es de una sobriedad extrema para los usos de Fellini: casi se puede hablar de unidad de tiempo y acción. Rodada en Cinecittà, sin salir en ningún momento al exterior, la película se desarrolla en el decorado único (incluido el camerino del director y el bar, se supone que adyacente) de un antiguo oratorio (donde están enterrados tres papas y siete obispos, según dice a cámara el copista, un simpático viejecito que actúa ocasionalmente de cicerone). Ese oratorio, convertido ahora en auditorio, reúne unas condiciones excelentes de sonido, sin ecos, por lo que resulta ideal para el ensayo que se va a desarrollar. Fellini, al que oímos en algún momento, pero al que no vemos nunca, ni a él ni a sus técnicos de rodaje, encabeza un equipo de televisión que pretende filmar el ensayo y lo que lo rodea, entrevistando a músicos y director. Volvemos, pues, a la fórmula del film encuesta, como Fellini: A Director’s Notebook o I clowns, pero si bien en estos dos films anteriores alguna cosa de verdadera había en la investigación, en Prova d’orchestra todo es ficción.

    A diferencia del difícil ejercicio que suponía condensar en una sinopsis la acción de los últimos films que hemos comentado, en este caso es muy sencillo (otra cosa es el significado de lo que nos cuenta Fellini, su intención). Después de unos sobrios títulos de crédito, mostrados con una banda sonora de fondo compuesta del ruido de coches, cláxones, sirenas, etc., un ambiente caótico y cacofónico, entramos ya en el auditorio, con la presentación del copista.



    Poco a poco van llegando los miembros de la orquesta, hombres y mujeres, de edades y actitudes respecto a la música muy diversas. Hay discusiones sobre dónde colocar la silla o el atril con las partituras, bromas (algunas pesadas: a un trompetista le ponen un condón dentro del instrumento), groserías (las típicas pedorretas fellinianas), incluso tortazos propios de un film cómico mudo o de un número de clowns.



    Uno de ellos mantiene pegada la oreja a un aparato de radio en el que escucha un partido de fútbol. Otros protestan, porque consideran que contestar preguntas de la televisión es trabajo extra, reclamando al sindicalista, que parece dominar la escena, que pida más dinero. Cuando entra la arpista, se burlan de su aspecto generoso, acompañando sus pasos con la música que caracterizaba a Laurel y Hardy.

    En medio de esta amalgama inarmónica, se oye de fondo un fuerte temblor, como de un trueno lejano. Los músicos van hablando a cámara de sus instrumentos: discuten de si los violines son masculinos o femeninos; más tarde, nos hablan con cariño de sus instrumentos el tubista y el oboísta y, muy en especial, la arpista, que dice no haber estado nunca con un hombre, y vivir completamente entregado al arpa.

    El intento de iniciar el ensayo por parte del director fracasa. Parece imposible que ese grupo humano interprete de manera coordinada. Después de un descanso impuesto por el sindicalista, el retorno no va a ser mejor, al contrario. Se ha ido la luz, el recinto del auditorio aparece lleno de pintadas, los músicos, completamente desmadrados, lanzan barro (o quizá excrementos) a los cuadros de los grandes compositores (como Mozart). Siguen los fuertes golpes de origen desconocido, y empieza a caer polvo del techo. Incluso una facción radical pretende substituir al director por un gigantesco metrónomo, produciéndose un enfrentamiento físico entre músicos a favor y en contra. Una de ellos, de los más ancianos, saca una pistola y dispara.



    El descontrol, el caos, se ha apoderado de la orquesta. Es entonces cuando una gigantesca bola de demolición irrumpe violentamente en la sala, derribando un muro, bajo cuyos escombros encontrarán el cuerpo sin vida de la arpista.





    Atemorizados, entre nubes de polvo y cascotes, los músicos vuelven a sus sitios y, ahora sí, aceptan la guía del director, iniciándose el ensayo (que consiste en la interpretación de una pieza preciosa de Nino Rota, pieza con la que se despedirá de Fellini, ya que fallecería en abril de 1979).



    Suena por fin la música (en un momento de una gran belleza, mágico), pero el director no queda satisfecho: su alocución a los músicos va subiendo de tono. La imagen se funde en negro, quedando flotando la voz del director que pasa del italiano al alemán y empieza a gritar con un tono dictatorial.



    El mensaje (porque esta vez sí parece que Fellini intenta transmitir un mensaje) es claro: el mundo va a su destrucción si se sigue por el camino del enfrentamiento, de la anarquía, de la falta de respeto. Hace falta seguir la batuta del director y honorar la obra musical, como hace falta seguir al director de cine en beneficio del film, pero, a su vez, esta dependencia plantea un peligro: quedar atrapados en manos del director, perder la capacidad individual para convertirse en marionetas de una voluntad única. ¿Hasta aquí quiere llevar el contenido del film Fellini? Sabido es que tuvo en muchas de sus películas problemas con los sindicatos, y que su manera de dirigir era bastante dictatorial, sin querer saber de horarios y exigiéndolo todo en el rodaje. ¿Se ve él mismo como un dictador? ¿Ve en ello la única solución para llevar adelante “la obra” (composición, película…)? ¿Hay detrás de “la obra” la figura de un genio al que se ha de reverenciar (aunque la alegoría de la orquesta es más compleja, porque el “genio”, si acaso, no es el director, sino el compositor, ausente)? Interrogantes para los que, después de muchos visionados, sigo sin tener una respuesta.

    No se puede olvidar cuál era el contexto de Italia: en mayo de 1978 el democristiano Aldo Moro, uno de los políticos italianos más importantes desde el final de la guerra, varias veces primer ministro, y que acababa de firmar un pacto de unidad nacional entre la Democracia Cristiana y el Partido Comunista, fue secuestrado y asesinado por la Brigadas Rojas, sumiéndose el país en una crisis de enormes proporciones. La relación que se estableció en aquel momento entre el suceso y el argumento del film provocó un gran interés de la clase política por verlo. La película se presentó al presidente italiano, Alessandro Pertini, en el Quirinal, con la asistencia de destacados líderes políticos, entre ellos Enrico Berlinguer, el secretario general del PCI. Pero lo que podría haber sido un impulso para el film, supuso más bien un grave inconveniente. La película no acabó de gustar a nadie, e incluso se comenta que Berlinguer se enfadó por el papel del sindicalista, sardo (como el propio Berlinguer), y que era retratado de una manera bastante desfavorable. Sea como sea, la RAI dejó en suspenso su estreno televisivo, y Fellini tuvo que recurrir a la productora Gaumont para estrenarlo en salas italianas en febrero de 1979. Se tuvo que esperar hasta diciembre para que se pasara por televisión.

    Su origen televisivo plantea la duda sobre el formato más adecuado para visionar la película. Su programación televisiva se preveía en ratio estándar (1,33:1), pero su edición en DVD (la que yo tengo es una discreta edición de Manga, conjunta con E la nave va), presenta una ratio 1,78:1, que supongo que es como se pudo ver en salas (hace muchísimos años que la vi en el cine y no lo recuerdo).

    En todo caso, me parece un magnífico film, al margen de las consideraciones sociopolíticas que lo rodearon. Una muestra, además, que Fellini era capaz de filmar sin el fastuoso despliegue de medios de films como Casanova, que era capaz de realizar un film de apariencia modesta, pero fiel a su estilo y que continúa siendo, 40 años después, divertido y ácido. Veremos la semana que viene qué nos depara La città delle donne, de la que conservo (hace mucho que no la he vuelto a ver) una impresión un tanto negativa.
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  22. #472
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje
    “L’amore in città” me parece muy interesante por ese formato de “revista” (imagino que “Lo spettatore” no tendría más números) que permitía a los realizadores acercamientos y registros muy distintos, desde el reportaje hasta la viñeta humorística pasando por el docudrama o por mezclas inclasificables.
    Ciertamente, fue el único número, la propuesta no tuvo el éxito esperado. Comenté el film más in extenso en el hilo que dedicamos hace un tiempo a Antonioni.

    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje
    ...y esa caterva de niños que acompañan al protagonista en su búsqueda de la inencontrable agencia, correteando y riendo, prefiguran esa infancia juguetona e inquietante que estaría detrás de las desventuras amorosas del doctor Mazzuolo o que embrujaría al desquiciado Toby Dammit.
    A mí me recuerda también la llegada del joven Fellini a la pensión de Roma, en que los niños nuevamente actúan en cierto modo de guías a través de un espacio laberíntico.

    Cita Iniciado por Abuelo Igor Ver mensaje
    También encuentro ecos de películas anteriores de Fellini: esa “mujer ideal” que se acerca a Toby en la fiesta declarándole su amor me hace recordar las apariciones de Claudia Cardinale en “Ocho y medio”, y todo el ambiente de la entrega de premios es similar al de la fiesta en las termas de “La dolce vita” (me pregunto si ese cómico anciano al que todos aplauden y veneran será una especie de referencia a Totó, que no trabajó con Fellini aunque sí con Pasolini en "Pajaritos y pajarracos").
    Lo comenté en su momento. Aunque no sería descartable una referencia encubierta a Totó (con el que Fellini mantuvo, al parecer, una relación no demasiado buena), en realidad se trata de Polidor, un famosísimo actor italiano de la época del cine mudo, intérprete en centenares de cortos. Aparecía como el payaso de La dolce vita y como un monje en Le notti di Cabiria.

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  23. #473
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas




    Realizada en 1976 de rodaje harto complicado...fue un encargo al director italiano ..sólo leyó las memorias del libertino una vez que se firmó el contrato para realizar la película y sintió pereza hacia un personaje que basaba exclusivamente su vida en el sexo y la visión idealizada que muchos tenían del aventurero veneciano.

    Para Fellini,Casanova es un esperpento.. un guiñol ridículo maquillado como una máscara de carnaval.Estupendo Donald Sutherland.


    Anna Maria con su belleza lánguida,Henriette que se hace pasar por soldado, dotan a la historia de una cierta elegancia... en contraste con lo más grotesco.. la orgía en la pensión es impactante.


    La música acompaña la vida del seductor italiano unida a la representación, todo es un gran teatro de marionetas.


    Fellini nos introduce en una parada de monstruos...decadente sociedad... un retrato atroz y descarnado de un coleccionista de mujeres a las que acaba aburriendo y que lo dejan siempre.

    Viajes por la Europa del XVIII... huida de desengaños sentimentales y sociales,como el escenario de un teatro una gran mascarada.

    Secuencia top la del desenlace.Peli que no había visto y que me ha sorprendido para bien y por momentos saturado.Pero que invita a la revisión y eso siempre es bueno.

    Combo notable de soundtrack,puesta en escena y vestuario ganador de un Oscar.

    7.5/10
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  24. #474
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas

    Tengo ganas de revisionar este CASANOVA una de las sorpresas de este visionado de la FilmoFellini.

    Las escenas con la muñeca son maravillosas de una belleza,tristeza y patético.




    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Sí, la he visto, es muy Albert Serra. Juega con el personaje de Casanova, de visita a los Cárpatos, donde entra en contacto con Dracula. Alrededor de dos horas y media.
    La sinopsis me llama
    Última edición por hannaben; 07/07/2020 a las 11:16
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  25. #475
    gurú Avatar de Alex Fletcher
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    Predeterminado Re: Federico Fellini: revisando sus películas



    Tanto criticar la duración y ahora Fellini nos da un film de duración Hammer. Pues me voy a quejar que en este film no hay nudies, así en el siguiente habrá chicha asegurada.

    Yo he tenido una sensación, de que el film me iba de menos a más, tardé en conectar con la propuesta, muchos personajes al cuadrado en pocos minutos, me supera un poco y no consigo empatizar con nadie, ni para bien ni para mal. Parece ser que Fellini, esta vez, se centra más en el mensaje, ya se sociopolítico o de vida en general, que a nivel visual, que vista la propuesta, la sobriedad visual, sin la fantasía made in Fellini, es lo más acertado, aunque a uno le guste la combinación de ambos; y ha sido a partir de la mitad del film, en la entrevista personal al director, cuando he conectado más con el film, donde en el cuerpo a cuerpo sale favorecido, pienso yo, que en el concepto más coral de su inicio. Me extraña que Mad no haya comentado nada al respective, la entrevista personal al artista de turno, o quizá si y me he vuelto a saltar un párrafo como hacía en la escuela cuando me tocaba leer el nuevo testamento. Pues eso ese face to face, me ha parecido genial, esa falsa humildad del artista que tanto odio y disfruto cuando lo veo plasmado en pantalla, es un buen resumen de lo que podría pensar Fellini del artista e incluso de él mismo; varias veces diciéndole al camaraman que no pusiera el comentario, para después decir que le daba igual, o no hacía falta que lo dijera, le daba igual. Me gusta también el mismo director cuando hay la revuelta en la orquesta, esa cara de póker como que no iba la cosa con él. Eso si, yo prefiero, sobretodo estos mensajes socio-políticos, con algo más sutileza, y quizá sí, esa revuelta entraría dentro de la fantasía made in Fellini, porque eso nadie se lo cree, por lo menos a esos niveles y de esa manera. También el speech final bajando el tono, donde parece que por fin se ha vuelto terrenal, cercano a los músicos, lo daña con otro arrebato de los suyos es uno de los momentos top del film.



    Al haber tantos personajes, y con tan poco metraje, es difícil encontrar y disfrutar un buen desarrollo de personaje, o por lo menos que sea de mi gusto, es en el director de la orquesta el que me (des)agrada más y disfruto de su monólogo y sus pajas mentales; y pequeñas dosis, muy pequeñas, de otros, por ejemplo el sindicalista que protesta por todo.

    En resumen, un buen film, que en la escala Fellini me sabe a poco, pero en la escala global, lo prefiero mil veces a cualquier propuesta modernilla de ahora, con todos mis respetos o sin ellos, por ejemplo la enésima versión de Ned Kelly que he acabado de ver True History of the Kelly Gang , que no aporta nada, siendo más de lo mismo.

    En cuanto a la edición, pues regulera, Manga films, una edición en dvd junto a Y la nave va, imagen poco nítida y de poco calidad, pero bueno.

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