Insisto en dos cosas:
Que un film de 160 millones de dolares, se permitan el lujo de ROMPER las directrices del blockbuster americano clasico y que cuente con un realizador que devuelve a Godzilla a una seriedad que el personaje PERDIO en un homenaje chusco como es Final Wars (que hay gente que le gusta, pero seamos ciertamente objetivos), me parece digno de una estatua de oro.
Y la segunda, que haya cojonazos en fichar a Alexandre Desplat y te casque uno de los scores mas virtualmente apabullantes de la decada pasada en una produccion americana, tambien es digno de una estatua de oro.