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Tema: De la literatura al cine

  1. #1
    Senior Member Avatar de mad dog earle
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    Predeterminado De la literatura al cine

    A la hora de comentar las películas surge a menudo la referencia al texto literario (novela, relato, obra teatral, biografía o autobiografía, etc.) que aparece acreditado como base argumental o fuente de inspiración del film, en forma de adaptación más o menos libre. Hace pocos días se planteó en el hilo “Las últimas pelis que has visto en casa” si la celebérrima obra maestra de Alfred Hitchcok, Vértigo, era una adaptación fiel o más bien libre de la novela D’entre les morts, de 1954, de los novelistas franceses Pierre Boileau y Pierre Ayraud, más conocido este último como Thomas Narcejac. Esta controversia me ha impulsado a leer la novela y a crear este hilo para disponer de un contenedor donde reflexionar sobre las adaptaciones de obras literarias llevadas al cine (o a la televisión, si alguien lo considera también oportuno). Ya hay algunos hilos abiertos en referencia a novelas concretas (como, por ejemplo, los dedicados a “El fantasma de la ópera” de Gaston Leroux o a “Frankenstein”, de Mary Shelley), que gozan de buena salud, gracias de manera muy especial a la labor de Jane Olsen, a la que agradezco sus magníficas aportaciones a este foro.

    SUEURS FROIDES (D’ENTRE LES MORTS) VS. VERTIGO

    Boileau y Narcejac tienen una extensa obra de ficción escrita a “cuatro manos”, en la que destaca de forma manifiesta, en especial por su repercusión en la historia del cine (me atrevería a decir, en la historia cultural del siglo XX… y aun en el XXI), esa “D’entre les morts” o, como se ha titulado en las reediciones, “Sueurs froides (d’entre les morts)”. La versión que he leído es la traducción al castellano editada por RBA en 2013 con el título de “Sudores fríos”.

    Doy por descontado que todo cinéfilo conoce el argumento del film de Hitchcock por lo que voy a resaltar las diferencias de la novela respecto de la película, sin preocuparme de efectuar revelaciones inconvenientes (spoilers), no creo que a estas alturas todavía haya alguien que no sepa que Madeleine y Judy (ambas interpretadas por Kim Novak) son la misma persona (…o quizá no, si optáramos por un interpretación “osada” del film, pero esa es otra historia).

    De entrada, el contexto geográfico e histórico es distinto. La novela sitúa la acción en París, primero en 1940, cuando todavía se piensa que la guerra va a durar poco y los alemanes la van a perder, y después, en París y Marsella, justo al final de la guerra. La película, en cambio, nos sitúa en el San Francisco de los años 50, y sin que haya ningún referente histórico de relieve. En la novela la cesura temporal de las dos partes (antes y después de la muerte de Madeleine) está muy marcada, mientras que en la película, tras la crisis de Scottie, que conlleva su internamiento, el nuevo despertar del personaje (que se visualiza mediante una vista general de San Francisco en una mañana radiante, con un delicioso fondo musical de Herrmann) se produce al parecer sólo días después, o semanas a lo sumo (aunque no queda nunca suficientemente explicitada la duración de la convalecencia).

    Los personajes esenciales de la novela son los mismos que los del film: tenemos un expolicia, Roger Flavières, que ahora se dedica a la abogacía (Scottie, en cambio, está ocioso) con problemas de vértigo, que abandonó el servicio después de la muerte de un compañero al caer desde un tejado. Flavières, como Scottie, vive con un fuerte sentimiento de culpa por esa muerte, incluso de inutilidad (se le considera no apto para el ejército). Un viejo amigo de la escuela, Gevigne, industrial naviero (como en el film), le encarga que siga a su mujer, Madeleine, ya que tiene un comportamiento extraño, como si se sintiera poseída por una antigua familiar, Pauline Lagerlac, que vivió en el siglo XIX y que se suicidó. Flavières atiende al encargo de su amigo de manera muy similar a la película: primero, sigue a distancia a Madeleine en sus extraños recorridos (visita la tumba de Pauline; se aloja en un hotelito que fue residencia de Pauline; a menudo parece trasportarse a otra época, se queda como encantada paseando por el Louvre), hasta que un día, de repente, Madeleine se arroja a las aguas del Sena. Flavières la rescata y, a partir de ese momento, inicia una relación amistosa con la mujer, que lo lleva a enamorarse perdidamente de ella. En la novela no hay ningún otro personaje femenino, no encontramos a ninguna Midge (el personaje que encarna Barbara Bel Gedes en la pantalla), lo cual comporta que las reflexiones de Flavières pertenezcan a sus pensamientos, sin exteriorizarse (se nota, pues, que el recurso cinematográfico de poner una interlocutora sirve para exteriorizar esos pensamientos, sin necesidad de recurrir a la voz en off, a menudo tan molesta). Pasado un tiempo, un día que van de excursión al campo, Madeleine conduce hasta un pueblecito donde hay una iglesia con un alto campanario. Lo que sigue es fácil de adivinar: Madeleine sube aceleradamente la escalera del campanario pero Flavières no puede subir al mismo ritmo a causa de su vértigo, con lo que no llega a tiempo de impedir que Madeleine se precipite al vacío y muera aplastada contra el suelo. Al igual que en la película, Flavières abandona el lugar de los hechos sin detenerse ante el cadáver. Lo que varía es que niega haber estado con ella cuando habla con el marido, y poco después abandona París sin participar en la investigación policial. Se muestra, pues, no sólo en estado de shock, como Scottie, sino también mucho más cobarde y mezquino, incapaz de asumir su responsabilidad.

    El estado de shock de Flavières, que en la película se visualiza como una crisis mental de Scottie, aquí se traduce en una emigración a África, donde residirá Flavières hasta el final de la guerra, arrastrando una salud delicada y un exceso de alcohol. Su vuelta a París lo lleva a investigar qué fue de Gevigne. Su amigo murió durante la guerra, siendo sospechoso de la muerte de Madeleine, ya que la hipótesis del suicidio no pareció creíble a la policía. En un noticiario cinematográfico, Flavières descubre el rostro de una mujer que se parece Madeleine en Marsella. Viaja hasta allí y la localiza: es Renée Sourange, la amante de un estraperlista. A partir de este momento, la novela introduce los mismos elementos que la película. Flavières, como Scottie, se obsesiona en ver en esta mujer a Madeleine (hasta el punto de creer que pueda ser una reencarnación de la muerta, como esta lo era de Pauline Lagerlac) e inicia un proceso de transformación que la acaba convirtiendo en un réplica exacta de su añorada Madeleine: le compra vestidos y zapatos similares a los de la muerta, y finalmente le pide que se peine igual que ella. Al final, después de reiterados interrogatorios de Flavières, Renée confiesa que sí es “Madeleine”, aunque en realidad nunca fue esa Madeleine esposa de Gevigne, sino una impostora que, de acuerdo con el marido, tramó el asesinato de la auténtica Madeleine.

    La conclusión difiere algo de la película: no hay una muerte accidental al recrear la primera muerte, sino que cuando Flavières confirma el engaño, enloquecido, mata a Renée, la falsa Madeleine.

    Estilísticamente, la novela, a diferencia de la película, mantiene siempre el punto de vista del protagonista, aunque esté narrada en tercera persona. Recordemos que en Vertigo hay una secuencia, que en cierto modo rompe el punto de vista del resto del film, en que vemos a Judy confesar el engaño en un escrito, que finalmente no llegará a entregar a Scottie. Aquí, en cambio, la narración es unilateral, de manera que, en el fondo, podemos dudar de la confesión forzada de la “otra” Madeleine, mucho más porque el estado emocional y mental de Flavières es precario. En este sentido, quizá es más convincente la estructura narrativa de la novela (a mí esa secuencia de la confesión de Judy siempre me ha parecido forzada, como metida con calzador para tranquilizar al espectador, aunque bien es cierto que dando más información al espectador que al personaje de Scottie, algo habitual en Hitchcock, consigue que el proceso de revelación final sea mucho más cruel).

    En resumen, ahora sí puedo afirmar con conocimiento de causa que el film de Hitchcock, con guion de Alec Coppel y Samuel Taylor, es notablemente fiel a la novela, que en general todos los elementos argumentales esenciales del film ya están en su precedente literario. Aun así, Hitchcock sublima el material literario a través de una portentosa plasmación en imágenes fascinantes que convierten su película en una de las mejores obras de arte cinematográfico. Pero, a diferencia de otras adaptaciones de textos literarios del director londinense, la novela de Boileau y Narcejac mantiene el tipo en la comparación, la hubieran escrito pensando o no en Hitchcock, como afirmaban sus autores. Estamos, pues, ante un buen maridaje entre literatura y cine.
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  2. #2
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Interesante tema.

    Mencionando el cine y la literatura franceses, y a Hitchcock, me viene a la cabeza Las diabólicas, de Clouzot, basado en una novela también de Boileau-Narcejac, Celle qui n' était plus (quienes también fueron los papás de Los ojos sin rostro -la novela no la he leído, pero por la película de Franju siento devoción-). Sin embargo, si no recuerdo mal, al que se nombra en los créditos de la película de Clouzot es a Barbey d'Aurevilly, autor de una colección de relatos con ese mismo nombre, Las diabólicas, que según parece, argumentalmente tienen poco que ver con la película.

    Una cosa que no entiendo es que suele repetir hasta la saciedad que El Golem es una adaptación al cine de la novela homónima de Gustav Meyrink, cuando lo cierto es que ambas obras sólo tienen en común el título y la presencia (muy secundaria y casi anecdótica en la novela) del citado personaje judío en ambas. En efecto, son muchas las películas supuestamente basadas en obras de en las que la obra literaria original es más un pretexto que otra cosa (por ejemplo, El palacio de los espíritus, de Corman, que tiene poco que ver con Lovecraft y menos todavía con Poe, el autor en cuya obra supuestamente se basa la película). Pero casos como el de Vértigo, que trasladan el argumento de la película con más o menos fidelidad aunque cambiando nombres, épocas y ambientación, me parecen más escasos. Si se me va ocurriendo alguno, lo pondré.
    Última edición por Jane Olsen; 01/03/2017 a las 12:53
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  3. #3
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Cita Iniciado por Jane Olsen Ver mensaje
    Interesante tema.

    Mencionando el cine y la literatura franceses, y a Hitchcock, me viene a la cabeza Las diabólicas, de Clouzot, basado en una novela también de Boileau-Narcejac, Celle qui n' était plus (quienes también fueron los papás de Los ojos sin rostro -la novela no la he leído, pero por la película de Franju siento devoción-). Sin embargo, si no recuerdo mal, al que se nombra en los créditos de la película de Clouzot es a Barbey d'Aurevilly, autor de una colección de relatos con ese mismo nombre, Las diabólicas, que según parece, argumentalmente tienen poco que ver con la película.

    Una cosa que no entiendo es que suele repetir hasta la saciedad que El Golem es una adaptación al cine de la novela homónima de Gustav Meyrink, cuando lo cierto es que ambas obras sólo tienen en común el título y la presencia (muy secundaria y casi anecdótica en la novela) del citado personaje judío en ambas. En efecto, son muchas las películas supuestamente basadas en obras de en las que la obra literaria original es más un pretexto que otra cosa (por ejemplo, El palacio de los espíritus, de Corman, que tiene poco que ver con Lovecraft y menos todavía con Poe, el autor en cuya obra supuestamente se basa la película). Pero casos como el de Vértigo, que trasladan el argumento de la película con más o menos fidelidad aunque cambiando nombres, épocas y ambientación, me parecen más escasos. Si se me va ocurriendo alguno, lo pondré.
    Esa otra novela de Boileau-Narcejac será mi próxima aportación a este hilo. ¡No avancemos acontecimientos! De todas formas, confirmo que en los créditos del film de Clouzot aparece citada la novela "Celle qui n'etait plus", de Boileau-Narcejac, no esos relatos de D'Aurevilly que, como bien dices, no tienen nada que ver con el film. Además, en la versión que he leído traducida al castellano, los propios autores incluyen un prólogo donde se refieren al exitoso film de Clouzot, y lo hacen de una manera muy interesante. En este caso, ya avanzo que la adaptación de Clouzot, todo y mantener la existencia de un triángulo amoroso con suceso criminal, es bastante distinta al texto literario, tanto en la distribución de roles, como en los elementos ambientales.

    Sobre lo que dices del Golem, es cierto, yo mismo me compré en su día la novela de Meyrink esperándome encontrar el referente literario del film de Wegener y descubrí en cambio un texto profundamente oscuro y hermético, donde la presencia del Golem poco tiene que ver con la película. Con la obra de Poe hay mucho material para alimentar este foro, porque sus adaptaciones a veces son de lo más peregrino, a menudo sólo fieles al título y poco más.

    A ver si te animas y nos comentas alguna adaptación literaria, más allá de Leroux o Shelley (o Stoker).
    Última edición por mad dog earle; 01/03/2017 a las 13:29
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  4. #4
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Por cierto, Les Yeux sans visage no es una novela de Boileau-Narcejac, sino de Jean Redon, que la pareja de novelistas adaptó para Franju, junto a Claude Sautet, con diálogos de Pierre Gascar. Boileau-Narcejac, además de numerosas novelas, también realizaron diversos guiones y adaptaciones para el cine.
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  5. #5
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Esa otra novela de Boileau-Narcejac será mi próxima aportación a este hilo. ¡No avancemos acontecimientos! De todas formas, confirmo que en los créditos del film de Clouzot aparece citada la novela "Celle qui n'etait plus", de Boileau-Narcejac, no esos relatos de D'Aurevilly que, como bien dices, no tienen nada que ver con el film. Además, en la versión que he leído traducida al castellano, los propios autores incluyen un prólogo donde se refieren al exitoso film de Clouzot, y lo hacen de una manera muy interesante. En este caso, ya avanzo que la adaptación de Clouzot, todo y mantener la existencia de un triángulo amoroso con suceso criminal, es bastante distinta al texto literario, tanto en la distribución de roles, como en los elementos ambientales.

    Sobre lo que dices del Golem, es cierto, yo mismo me compré en su día la novela de Meyrink esperándome encontrar el referente literario del film de Wegener y descubrí en cambio un texto profundamente oscuro y hermético, donde la presencia del Golem poco tiene que ver con la película. Con la obra de Poe hay mucho material para alimentar este foro, porque sus adaptaciones a veces son de lo más peregrino, a menudo sólo fieles al título y poco más.

    A ver si te animas y nos comentas alguna adaptación literaria, más allá de Leroux o Shelley (o Stoker).
    Gracias por la parte que me toca , pero la cuestión es que últimamente no tengo demasiado tiempo para ver películas o leer libros . Con todo, anoche, que no me podía dormir (cosa en mí nada rara ) me dio por revisitar El Horla, breve relato de Maupassant que se suele considerar predecesor de Lovecraft y su idea de unos seres misteriosos y malignos que controlaron la tierra antes que el hombre, y que aspiran a volver a controlarla. El relato es breve y ambiguo, pero tiene bastante fuerza, y a pesar de la noticia que el innominado protagonista (detalle significativo: como la protagonista de Rebecca no tiene nombre en tanto que su antagonista sí lo tiene... como pasaba también en Frankenstein: como veis, todo queda en casa ) lee en el periódico (una especie de epidemia de locura o de alucinación colectiva se extiende por algunas zonas de Brasil, la gente cree estar poseída por demonios que controlan su voluntad y abandona sus casas), a mí siempre me quedó la duda de si el protagonista sufría de alucinaciones o verdaderamente era poseído por una entidad misteriosa y ajena.

    Hay una adaptación al cine (no sé si hay más) de este Horla que he visto: Diario de un loco, con Vincent Price, en la que la trama del relato de Maupassant se alarga y se complica a fin de adaptarla a la longitud de un largometraje. El protagonista pasa de ser un joven acaudalado y soltero que vive solo con sus sirvientes a un juez viudo y de mediana edad, que guarda un traumático secreto en su pasado y que tiene veleidades artísticas. El Horla está aquí mucho más perfilado y tiene más protagonismo: es una especie de espíritu maligno que incita a los hombres a ver lo peor de la realidad y a cometer crímenes. Hay cierto toque moralizante que imagino vendría impuesto por la moral del Hollywood de la época que no estaba en el relato original, y no digo más para no destripar la película en caso de que alguien no se la haya visto.



    Por cierto que las primera edición que salió de El Horla se llamaba así precisamente: Diario de un loco.


    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Por cierto, Les Yeux sans visage no es una novela de Boileau-Narcejac, sino de Jean Redon, que la pareja de novelistas adaptó para Franju, junto a Claude Sautet, con diálogos de Pierre Gascar. Boileau-Narcejac, además de numerosas novelas, también realizaron diversos guiones y adaptaciones para el cine.
    Sí, éso és . Siento si he dado a entender otra cosa.
    Última edición por Jane Olsen; 01/03/2017 a las 15:23
    Cyeste, tomaszapa, mad dog earle y 4 usuarios han agradecido esto.
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  6. #6
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    He visto la película que dices, y me pareció interesante aunque inferior al texto, y tengo el relato de Maupassant, un escritor del que me ha gustado todo lo que he leído. No obstante, no tengo suficientemente fresco ni uno ni otro como para destacar las diferencias.

    De Maupassant también es muy recomendable, a parte de sus cuentos de "locura y obsesión" como se titula alguna antología, su novela "Bel Ami", de la que hay una muy atractiva versión cinematográfica: La vida privada de Bel Ami, del esteta Albert Lewin, con un espléndido George Sanders. Hay una adaptación más reciente, Bel Ami, historia de un seductor, de Declan Donnellan y Nick Ormerod, con el sosaina de Robert Pattinson, que no he visto (y que no me atrae nada).
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  7. #7
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Gracias a los dos por aportarnos tanto saber en cuestión de literatura llevada al cine. Es un gran pecado el que tengo, de leer casi nada (salvo lo que veo por internet) y me fascina la gente que lo hace como vosotros.
    Especialmente me ha cautivado el post tuyo, mad dog, sobre el origen de Vertigo. Como la mayoría de títulos de esa época de Hitchcock, los recuerdos me retrotraen a mis primeros años de cinéfilo, cuando me hice con la colección de vhs de RBA.
    Si aporto algo (poquísimo) doy por descontado que perdonaréis mis (evidentes) carencias y en cualquier caso, seguiré con entusiasmo los pormenorizados análisis de esas películas que tanto me han marcado (pudiendo en este caso, pluralizar sin preocupación alguna).
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  8. #8
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    SIN NOVEDAD EN EL FRENTE

    Novela de Erich Maria Remarque del 1929, considerado uno de los enemigos importantes del nazismo, llegando éstos, a quemar sus obras; E.M.Remarque emigró a Suïssa, allí se casó con la actriz Paulette Goddard ("Tiempos modernos", "El gran dictador").

    El libro es un referente antibelicista sobre una generación perdida, donde las trincheras, el hospital y la hambruna es el pan de cada día, lejos de un posicionamiento político y/o patriótico, es casi más un survival que una novela bélica, aquí no hay heroes, es un sálvese quien pueda, donde es más importante encontrar algo de comida que matar al enemigo.
    El film no sigue la linea temporal del libro, mucho más lineal, primero el alistamiento, los inicios como "rookies" seguido ya de un nivel más de veteranos; en el libro empieza con el "affaire" de Kemmerichs, para después en forma de flashbacks (narrativos) para explicar los primeros días de alistamiento; por ejemplo en el film, la escena de Kemmerichs aparece en casi la mitad de éste.

    El libro está escrito en primera persona, a manos del soldado PAul (Lew Ayres en el film), en el film no hay voz en off (creo recordar) ni está contado de manera subjetiva.
    Lo que me sorprendió mucho del film son ls escenas de trinchera, absolutamente espectaculares (siempre en contexto temporal of course), en el libro la descripción de éstas no es un punto fuerte, si lo es, y mucho, los momentos pre y post batalla, para mi unos momentos de lectura muy angustiosos e incómodos, transmitiendo en todo momento la desesperación de éstos muchachos, la impotencia de la situación, donde lo importante es mantenerse con vida y ayudar a tu compañero; entre ellos se plantean las dudas sobre ésta guerra, pero son situaciones de tránsito (sobretodo en el film) para matar el tiempo de alguna manera; el toque psicológico de los atrincherados, en el film, se toca pero de una manera más general, un elemento que suma sin destacar, para acabar haciendo un film casi redondo (para mi), mucho más potente por ejemplo en, ésta sí, obra maestra para mi, "Senderos de GLoria" de Kubrick.

    Uno de los momentos que en el libro da mucho juego, es cuando el soldado PAul recibe un permiso, se va a ver a su madre, a su pueblo natal, sintiendose como un extranjero de paso y oyendo las opiniones de los sabelotodo, eso si resguardados en su casa lejos de la trinchera; el libro dedica muchas páginas a ésto, en cambio en el film, son los últimos 15 minutos, que al igual que lo comentado anteriormente, suma sin destacar para conseguir un film muy compactado.

    La verdad que no sabría decir que me gustó más, el film de Lewis Milestone o el libro, en ambos medios me lo pasé teta, quizás elegiría el libro ya que aporta muchos mas matices y detalles (a pesar que sea un libro corto i ligero de leer) que el film, que evidentemente se caen muchos pasajes interesantes por duración.

    Compañero Mad, espero con ansia el comentario sobre "Diabólicas", film que vi, digo disfruté, ayer y lo tengo mas que fresco; ya que hay sólo una cosilla de film que no me gusta y me gustaría ver como se enfoca en el libro, así que me abstengo de comentar nada hasta leerte, porque será éste año no?
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  9. #9
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Alex, me la has vendido perfectamente. Ya no tengo excusas para ver Sin novedad en el frente, que editaron hace unos años en un maravilloso edición con libro en BD. Para el centenario de la Universal.

  10. #10
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Cita Iniciado por tomaszapa Ver mensaje
    Gracias a los dos por aportarnos tanto saber en cuestión de literatura llevada al cine. Es un gran pecado el que tengo, de leer casi nada (salvo lo que veo por internet) y me fascina la gente que lo hace como vosotros.
    Especialmente me ha cautivado el post tuyo, mad dog, sobre el origen de Vertigo. Como la mayoría de títulos de esa época de Hitchcock, los recuerdos me retrotraen a mis primeros años de cinéfilo, cuando me hice con la colección de vhs de RBA.
    Si aporto algo (poquísimo) doy por descontado que perdonaréis mis (evidentes) carencias y en cualquier caso, seguiré con entusiasmo los pormenorizados análisis de esas películas que tanto me han marcado (pudiendo en este caso, pluralizar sin preocupación alguna).
    No sólo estás perdonado ya de entrada, si es que hay algo que perdonar, que no lo creo, sino que además se te agradecerá cualquier aportación sobre el tema.

    En general, siempre que me ha sido posible, he intentado confrontar las películas con su origen literario. El problema más evidente es que, mientras una película te pide unas dos horas de tu tiempo, una novela pueda que te exija muchas horas (días o, a veces, semanas). Además, si bien solemos ver con frecuencia algunas películas (¿cuántas veces habré visto Vertigo? Incontables), raramente repetimos con un texto literario, a no ser que se trate de un relato breve. Es cierto que hay quien tiene el apriorismo de no querer leer el texto adaptado antes de ver la película, o que una vez vista la película se desentiende de la obra literaria. En mi caso suele ser a la inversa: incluso películas que no me han gustado me han impulsado a leer la obra preexistente. Por ejemplo, no me gustó nada (y eso que es un director por el que tengo gran estima) Cosmópolis, de David Cronenberg, pero me picó la curiosidad y leí la novela de Don DeLillo, que tampoco me gustó. En otras ocasiones, el resultado ha sido mucho más satisfactorio: la excelente L.A.Confidential, del recientemente fallecido Curtis Hanson, me reveló el fascinante universo literario de James Ellroy, de quien me he convertido en lector voraz. Hay que decir que el film de Hanson cuenta con un magnífico guion, aunque rebaja notablemente la dureza de la novela de Ellroy.
    Otro caso similar podría ser Master & Commander, de Peter Weir, basada en las novelas de Patrick O'Brien (no en una en concreto, sino en varias), extraordinaria película de aventuras, de aliento clásico, que me descubrió la obra marinera del novelista inglés, afincado durante muchos años en Cotlliure, en cuya cementerio reposan sus restos (como los de Machado, por cierto). En fin, el trasvase entre literatura y cine es constante y puede ser muy estimulante. Otra cosa a analizar sería lo contrario: el reflejo del cine en la literatura, incluso a nivel concreto de películas o de personajes. Pero eso daría para otro hilo.
    Última edición por mad dog earle; 01/03/2017 a las 17:22
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  11. #11
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Cita Iniciado por Alex Fletcher Ver mensaje
    ...
    Compañero Mad, espero con ansia el comentario sobre "Diabólicas", film que vi, digo disfruté, ayer y lo tengo mas que fresco; ya que hay sólo una cosilla de film que no me gusta y me gustaría ver como se enfoca en el libro, así que me abstengo de comentar nada hasta leerte, porque será éste año no?
    Primero de todo, gracias por el comentario sobre Sin novedad en el frente. Tengo en gran estima la película de Milestone, pero no he leído nunca nada de Remarque, o sea que me la apunto en la lista de lecturas pendientes (lista con incontables títulos, me temo).

    Y sí, tranquilo, el comentario sobre Las diabólicas espero tenerlo esta semana. La novela ya la he leído y la película la revisé este lunes, o sea que también está fresca en mi memoria. Tengo curiosidad por conocer cuál es esa cosa que no te gusta del film de Clouzot. Avanzo que, aunque la película me gusta, la novela me ha gustado quizá más, o al menos me ha parecido más redonda (aunque tan inverosímil o más que la película).
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  12. #12
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Un placer siempre aportar algo, pero mi nivel de literatura es bastante flojo, por no decir una mier.... Hace unos meses me animé a leer novelas y cuando termino, ver la peli, o al revés, pero ambas opciones inmediatas, no me espero mucho para tenerlo todo mas fresquito.

    También hace unos meses terminé el "Diario de Anna Frank", que seguramente será mi siguiente aportación, también "American Psycho" y "El dia de los trifidos". También hace unos meses acabé "mecanoscrit de segon origen" y vi "segon origen", éste última es muy floja y no me he animado a reseñarla.

    Sobre "las diabólicas" lo que tú comentas es muy cierto, si no entras en sus juegos de inverosimiltudes, el film y supongo que la novela, no entraran ni con un embudo. Mi gran problema con "las Diabolicas" es y fue ver el remake primero, cuando en un film de estos el factor sorpresa no lo es, el subidón no es lo mismo, aunque las escena final de la bañera de la original me ha asombrado, es justo lo que pasa después lo que me hizo chof, pero es una tontería, pero me reservo decirlo hasta leerte. Por cierto del remake, no lo recuerdo 100%, ya que lo vi en el cine, pero Sharon Stone como Femme Fatale, el papel de Simone Signoret de la original, creo que da el pago, y leo que estuvo nominada a los Razzies Sharon Stone!!!
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  13. #13
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Excelente idea la del post, amigo earle. Te (nos) espera un trabajo arduo, pero sin duda estimulante. Mis mejores deseos.



    Siempre he sido un apasionado de la literatura fantástica, tanto de la ciencia ficción como de la fantasía.

    La última obra que me he terminado (y me estoy volviendo un lector muyyyyyyyyyyyy lento (el problema de ver tanta película clásica ()) es EL HOGAR DE MISS PEREGRINE PARA NIÑOS PECULIARES, de la que Tim Burton ha realizado una excelente versión (magnificada por un uso excelente del 3-D) y que ya he comentado en otro rincón de esta extensa web. Creo, sinceramente, que las licencias que se toma Burton, como cambiar el personaje femenino objeto de las atenciones del protagonista (de la chica que es capaz de generar fuego con sus manos a la chica que flota y tiene una capacidad pulmonar sobrehumana) o cambiar el final (abierto en la novela, cerrado en la película (¿quizás Burton se curaba en salud por si la adaptación no lograba un buen rendimiento en taquilla?)), ayudan a crear un ritmo mucho más dinámico a la acción y eliminar los tiempos muertos que hacen (a veces) un poco errática la lectura de la novela.

    También me está gustando mucho la iniciativa de la editorial Valdemar con su colección Frontera, sacando los materiales originales (novelas o cuentos) en los que se basaron para la creación de obras maestras del western como RAÍCES PROFUNDAS o CENTAUROS DEL DESIERTO.

    Hace unas semanas me leí BAJO CIELOS INMENSOS, novela de la que Howard Hawks tomó lo que le interesaba para elaborar su excelente western RÍO DE SANGRE (el único no protagonizado por John Wayne). En este caso, el western es muy bueno, pero creo que la novela es superior. En ésta el protagonista no es el personaje encarnado por Kirk Douglas sino Dewey Martin. Y el tío de este último, encarnado por Arthur Hunnicutt, fundamental en la película, no tiene prácticamente presencia en la novela. Además el final del primer tramo de la novela (la devolución de la princesa india a los pies negros) acaba con la matanza de toda la expedición, salvo los protagonistas y en la película tal hecho no tiene lugar. Además las descripciones de la novela son mucho más crudas y los personajes mucho más complejos. Y las descripciones del paisaje son continuas (esos inmensos cielos en un tierra por descubrir (estamos en los años '30 del siglo XIX)).

    Tengo pendiente de lectura REFLEJOS EN UN OJO DORADO de Carson McCullers para compararlo con la versión que realizó en 1967 John Huston de la que tengo un recuerdo no muy bueno, pero la memoria es frágil. Además aquí (como en MOULIN ROUGE o MOBY DICK) realizó unos experimentos cromáticos de lo más interesante. En el presente caso, toda la película está virada al dorado del título y sólo aparece el color en contados objetos y momentos.

    Me temo que no puedo realizar (por falta de tiempo y de capacidad, todo hay que decirlo, sin falsa modestia) una comparativa exhaustiva entre los materiales literarios y los cinematográficos, pero leeré con entusiasmo los aportes de los compañeros.

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  14. #14
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Cita Iniciado por Alcaudón Ver mensaje

    [...]

    Tengo pendiente de lectura REFLEJOS EN UN OJO DORADO de Carson McCullers para compararlo con la versión que realizó en 1967 John Huston de la que tengo un recuerdo no muy bueno, pero la memoria es frágil. Además aquí (como en MOULIN ROUGE o MOBY DICK) realizó unos experimentos cromáticos de lo más interesante. En el presente caso, toda la película está virada al dorado del título y sólo aparece el color en contados objetos y momentos.

    Me temo que no puedo realizar (por falta de tiempo y de capacidad, todo hay que decirlo, sin falsa modestia) una comparativa exhaustiva entre los materiales literarios y los cinematográficos, pero leeré con entusiasmo los aportes de los compañeros.

    Gracias, Alcaudón. Empiezo por el final: de falta de capacidad, seguro que no, como bien demuestras en tus reseñas de películas. Lo del tiempo es otra cosa, porque lo ideal es leer la obra literaria (se haya visto el film con anterioridad o no) y compararla al momento con la película, y eso es más difícil de sincronizar. Yo he leído muchas novelas llevadas al cine, pero ahora no me atrevería a hacer una comparación pormenorizada sin volverlas a leer, y "life is very short" como cantaban tu admirado cuarteto de Liverpool (y la lista de obras literarias pendientes interminable).

    Por ejemplo, leí hace muchos años la novela de Carson McCullers que citas, en una edición de la desaparecida Editorial Bruguera (aun la tengo por casa), pero no la recuerdo bien. La película, en cambio, la revisé hace poco en esa versión con color dorado que dices, que como bien sabrás no es la única. De hecho, en su día aquí se estreno una copia sin ese tratamiento dorado, es decir, con los colores convencionales (de la que también hubo edición en DVD). Por cierto, no estoy demasiado convencido del experimento de Huston, pero ahí está como muestra del inconformismo de su director.
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  15. #15
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Hablo en general, y sobre todo, de una época en el cine de Hollywood. Hay dos elementos que considero clave, que me fascinan o interesan muchísimo.
    Por un lado, es el grado de maestría de aquellos directores de conseguir unas adaptaciones de textos, que plasmados en pantalla, sobresalían enormemente sobre el material original. Quiero decir, qué maestría tenían los Hitchcock y compañía para aportar visualmente, o en su forma o ritmo de narrar una historia, algo diferente a lo que ya existía en el texto original, y que definitivamente hacía encumbrar a la película.

    Y por otro, es como habéis ido diciendo en varias ocasiones, cuánto influyó la censura, los códigos éticos impuestos en Hollywood (y ya no hablemos de aquí) en una época (más bien prologanda). Cuánto material tuvo que filtrarse y sobre todo, con qué maestría (y vuelvo a lo de antes) se hizo para que con todo, el resultado fuera magnífico.

    Dicen que ante las dificultades, aparecen los genios, y concretamente en el cine, tenemos estupendos ejemplos a ambos lados del océano.
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  16. #16
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Además de a los directores, hay que darle el mérito que se merecen a los guionistas e incluso a los productores, porque el proceso de elaboración de un film en Hollywood era muy complejo, por no hablar de músicos, directores artísticos, o actores. Desde el tratamiento inicial hasta el guion de lo que se ve en pantalla (que no siempre era el previsto) el film solía pasar por muchas manos y sufrir numerosos cambios (seguro que hoy en día también es bastante habitual). Hubo muchos guionistas de prestigio trabajando en Hollywood. Hasta incluso gente como Chandler, Cain, Faulkner o Fitzgerald, con brillantes carreras literarias, trabajaron para los estudios de manera acreditada o no.

    Con este hilo pretendo también mostrar que un film no es algo que sale de la cabeza de su director sin más, sino que detrás hay el trabajo de muchas otras personas, incluso de obras que preceden a su puesta en imágenes, como las novelas citadas hasta ahora. El caso paradigmático me parece que puede ser Vertigo, considerada por muchos (entre los que me cuento) una de las mejores sino la mejor película de la historia del cine... pero que descubrimos que mucho de lo que nos sorprende del film ya estaba en la novela de Boileau y Narcejac, eso sin contar con las aportaciones de los guionistas. O sea, Hitchcock es el responsable final de una obra maestra, pero no el autor único de todo lo que vemos u oímos en pantalla. No comparto esa visión "romántica" del director de cine como autor genial, del que parece que fluyan las imágenes directamente desde su cerebro sin la aportación de nadie más, de la misma manera que tampoco los grandes músicos elaboran sus obras al piano como si respirasen, sino meticulosamente, como resultado de numerosos borradores, ensayos y correcciones.
    Última edición por mad dog earle; 02/03/2017 a las 11:50
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  17. #17
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    “CELLE QUI N’ÉTAIT PLUS” vs. LES DIABOLIQUES

    Boileau-Narcejac tienen otra novela que merece un lugar especial en la historia del cine: Celle qui n’était plus, publicada en 1952, dos años antes que “Sueurs froides (d’entre les morts)”. La novela fue llevada poco después al cine (Las diabólicas), en 1955, por Henri-Georges Clouzot, quien también fue el autor del guion junto a Jerôme Géronimi (con quien ya colaboró en El salario del miedo). La edición que he leído es “Las diabólicas (la que no existía)”, editada por Planeta en 1985.

    De entrada, merece la pena citar textualmente el párrafo inicial del prólogo escrito por Boileau-Narcejac que incluye la edición comentada, donde se plantea de manera abierta la dialéctica entre novela y película, entre original y adaptación (las negritas son mías):

    Entre La que no existía... y la película que esta novela ha inspirado a H. G. Clouzot, Las diabólicas, sólo hay una relación, tan ligera que podría considerarse la película ajena al libro, y tan sólida que uno se ve, sin embargo, obligado a reconocer su íntimo parentesco. En realidad, ambas desarrollan la misma idea con métodos diferentes, y puede incluso decirse que cuanto más la película se esforzase en mantenerse fiel a la novela, más obligada estaría a apartarse de ella. En este sentido, la película de Clouzot es mucho menos una adaptación que una nueva creación de la que es oportuno subrayar la originalidad.

    Veamos en qué se separa la novela de la película. En el texto original los personajes se reducen considerablemente, hasta el punto que prácticamente podemos decir que solo tiene peso específico el triángulo protagonista… pero es un triángulo con inversión de sexos. Tenemos a: Fernando (utilizo los nombres de la traducción), un amargado viajante de comercio, que vive a caballo de las afueras de París, donde reside con su mujer, y de Nantes, donde tiene un pisito para poder descansar de sus rutas por la zona (el personaje de Fernando se correspondería con el de Véra Clouzot en la película); su esposa, Mireya, que está sola gran parte del tiempo en su casa de París, y que parece solo jugar el papel de víctima (se correspondería al personaje de Paul Meurisse); su amante, Luciana, una doctora que trabaja en un hospital de Nantes y que es amiga de la pareja (que juega el papel de Simone Signoret en la pantalla).

    La trama criminal es similar: Fernando y Luciana atraen a Mireya al pisito de Nantes y allí le administran un somnífero para después ahogarla en la bañera.



    Luego se desplazan en coche hasta el domicilio conyugal y allí se deshacen del cuerpo lanzándolo a un arroyo que hay junto a la casa. Pero el cuerpo desaparece y Fernando empieza a creer que su mujer es un fantasma que va dejando un misterioso rastro: ha visitado a su hermano, encuentra una carta de su puño y letra, etc. Cuando se acerca a la morgue para interesarse por si han encontrado su cuerpo, como en el film, un policía retirado le ofrece sus servicios, pero una vez lo ha acompañado a su casa y realizado una inspección ocular, deja el caso (no es el detonante del final como en el film). La estructura criminal, por tanto, es idéntica a la película, aunque con los sexos cambiados (aquí la “víctima” es la esposa y el crimen lo han tramado el marido y la amante; en Clouzot, la “víctima” es el marido y el crimen lo han tramado la esposa y la amante de él).

    El contexto, en cambio, es completamente distinto. El film nos sitúa a los personajes en una escuela (francamente sórdida, aunque se hace referencia a que algunos alumnos son de buena familia), lo que comporta muchos más personajes: los profesores, los niños, el bedel, etc. Este es para mí uno de los mayores aciertos de Clouzot: recrear un ambiente opresivo como es el de esta institución educativa. En el seno del colegio se descubren unas relaciones de lo más inapropiadas: el director, Meurisse, trata cruelmente a su mujer (una mujer de origen venezolano, muy católica; de hecho, Véra Clouzot era brasileña) mientras mantiene una relación adúltera con otra profesora a la vista de todos. En la novela, los personajes no parecen albergar malos sentimientos unos contra otros. La relación de los amantes es fría y el desencanto del matrimonio es vulgar. El motivo del crimen es económico: quieren hacerse con el dinero del seguro de vida de la esposa para marcharse al sur de Francia, donde el tiempo es soleado y caluroso, y huir así del frío, la niebla y la lluvia del norte. Quieren realizar un sueño y huir de un presente gris, aburrido y vulgar. En la película, también se trata de deshacerse de la esposa, que es quien tiene el dinero y posee la escuela, pero el personaje de Meurisse es tan canalla que todo acaba pareciendo propio de su instinto cruel y mezquino.

    La novela, como ya pasaba en “Sudores frios”, se narra en tercera persona pero siempre, salvo la coda final, desde el punto de vista de Fernando: sus temores, sus dudas, su miedo creciente ante la evidencia de que su mujer ha vuelto de la muerte, su creencia irracional en fantasmas, etc. Precisamente la resolución de la novela juega con ese sentimiento de terror que va embargando a Fernando, de manera creciente. Si en la película se quiere provocar la muerte de Véra Clouzot aprovechando su salud delicada (tiene un corazón débil), y se consigue, en la novela se fuerza el suicidio de Fernando: cuando cree que su mujer va a aparecer por la puerta, no puede resistirlo más y se dispara un tiro.

    La diferencia más substancial en lo argumental es que, mientras en la película el policía retirado los descubre y, por tanto, los criminales serán castigados (Clouzot incluye un apunte final un tanto inquietante, ya que un niño dice haber visto a la muerta), en la novela las asesinas consiguen su objetivo: se instalan en el sur de Francia, aunque entre ellas el vínculo no parece garantizar un futuro demasiado optimista.
    Tanto en una obra como en la otra, flota en el ambiente cierto aire de relación lésbica entre las mujeres. En la película, entre las supuestas asesinas (da la impresión incluso que una vez muerto el marido, duermen en la misma habitación), mientras que en la novela entre las asesinas reales, aunque en este caso la esposa, Mireya, tiene muy poca presencia en la narración (está presente sobre todo por su ausencia).

    A mí la sequedad de la narración de Boileau-Narcejac y la descripción de las obsesiones de Fernando me han recordado bastante el estilo típico de Patricia Highsmith, esa gran escritora tan llevada al cine (seguro que aparecerá por este hilo más de una vez). La novela me ha parecido excelente, aunque cae a menudo en lo inverosímil (el fingimiento del ahogamiento, el traslado del cuerpo, la desaparición del “cadáver”, sus andanzas posteriores, la ingenua credulidad de Fernando, etc.). El film aun me parece más inverosímil, porque hay muchos más personajes alrededor del crimen y los asesinos, reales o no, actúan con total impunidad y libertad de movimientos provocando situaciones difíciles de creer (lo de arrojar el cuerpo a la piscina me parece excesivo). Quizá se justifica en el caso de Clouzot por ese tono marcadamente de cine de terror que adquiere la película en el último tercio: ya se sabe que la suspensión de la incredulidad es algo característico del cine de terror, y eso Clouzot lo explota. También el director juega con elementos de gran impacto visual (las sombras del tramo final; el edificio, que casi es un personaje más; esa caracterización de Meurisse, con los ojos blancos), mientras que la narración es mucho más contenida y sobria.

    En resumen, una excelente novela que dio origen a un film muy distinto y canónico en su género, a pesar de sus debilidades, que creo que las tiene. Del remake (en este caso sí es claramente un remake, más que una nueva adaptación, porque se parte directamente del film, no de la novela) de Jeremiah Chechik, Diabólicas, poco puedo decir porque solo lo he visto parcialmente por televisión y hace además mucho tiempo. En todo caso mantiene el esquema: marido-supuesta víctima; esposa y amante-supuestas asesinas. No sé cómo se resuelve el remake. En todo caso, tanto en un film como en el otro, a mí eso de “las diabólicas” no me parece un buen título, creo que es demasiado sensacionalista, además de inexacto.
    Última edición por mad dog earle; 02/03/2017 a las 12:52
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  18. #18
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine



    Leído ayer noche “En compañía de lobos (1979)”, relato corto de la escritora de fantasía Angela Carter, llevado exitosamente (al menos para la Crítica cinematográfica) al celuloide por Neil Jordan en 1984, con guión de Jordan y la propia Carter. Intentaré acerca una pequeña comparativa, no me tratéis mal

    La película es muy fiel al espíritu del cuento, si bien la diferencia entre una historia de apenas 12 páginas con un film de 95 minutos, sea la responsable inevitable de que la ligereza y malicia del relato se convierta en algo con bastante más pretensiones en su salto a imágenes. El contenido alegórico de la historia, bien evidente (de Freud and Jung, con omnipresente sustrato sexual y feminista), es respetado y ampliado; así como potenciada la atmósfera feerica de su apabullante despliegue visual (genial labor de Bryan Loftus –fotografía-, Anton Furst –diseño de producción-, Stuart Rose –director artístico- y Elizabeth Waller –diseñadora de vestuario-), sin olvidar la música de George Fenton, todo en consonancia con la prosa mítico-poética de Carter.

    La película retoma algunos apuntes y, sobre todo, las dos historias en que se basa casi en exclusiva el mucho más sencillo relato original, para incluirlas como sueños de la protagonista (inexistente esto en el relato, lo mismo que el comienzo y el epílogo contemporáneos, el “noviete” de la chica, o la historia de la “niña lobo” cerca del final) en una narración mucho más compleja de relatos dentro de relatos. Así, la historia original, tras una introducción acerca del cuidado que hay que tener con los lobos, que se mueren de hambre en el invierno, volviéndose más audaces; básicamente solo nos cuenta las dos historias, que son: la del marido que tras años de ausencia vuelve a casa, produciéndose el enfrentamiento con su (ex)mujer, antes de que aparezca el actual marido (aquí el film se para en la transformación física –más lenta que en el relato, en el que “pasaba a lobo de un segundo a otro”-, signo de los tiempos), concluyendo con la misma nota, una bofetada final; y la revisitación de Caperucita Roja, con el caballero vestido de arriba abajo de verde, camelándose a la chiquilla enfundada de rojo, y comiéndose a la abuelita, aunque cambiando el final (final de esta historia en el relato original, en cierto modo aprovechado, reflejado –de forma mucho más dramática, eso sí- para el final de la película).

    Por lo demás, el huevo mencionado de pasada en el relato, sirve para la escena del árbol y el nido de pájaros; y la historia solventada con un párrafo en el texto original, de la boda en que se convierten todos en lobos por acción de una bruja enamorada del novio, pasa a ser un sketch acerca de la venganza sobre la monstruosa clase social más pudiente.
    El film acumula, como es lógico, muchos más detalles y apuntes alegóricos, y hay alusiones a otras fábulas: de “Alicia en el País de las Maravillas” a “La noche del cazador”.
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  19. #19
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Veo que en este caso la autora del relato, Angela Carter, aparece también acreditada como autora del guion junto al director, Neil Jordan. En este caso, pues, tenemos que la literata se pasa a labores cinematográficas para adaptar su propia obra, algo que hemos visto bastantes veces en el cine. Es una oportunidad de que la autora desarrolle más a fondo lo que planteó con mayor brevedad en su relato. De Angela Carter conocía un curioso ensayo, "La mujer sadiana".
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  20. #20
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Cita Iniciado por Alex Fletcher Ver mensaje
    ...

    Compañero Mad, espero con ansia el comentario sobre "Diabólicas", film que vi, digo disfruté, ayer y lo tengo mas que fresco; ya que hay sólo una cosilla de film que no me gusta y me gustaría ver como se enfoca en el libro, así que me abstengo de comentar nada hasta leerte, porque será éste año no?
    Alex, yo ya he cumplido... ¿Cuál es esa cosilla que no te gusta?
    tomaszapa y Jane Olsen han agradecido esto.

  21. #21
    gurú Avatar de Alex Fletcher
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    “CELLE QUI N’ÉTAIT PLUS” vs. LES DIABOLIQUES

    Boileau-Narcejac tienen otra novela que merece un lugar especial en la historia del cine: Celle qui n’était plus, publicada en 1952, dos años antes que “Sueurs froides (d’entre les morts)”. La novela fue llevada poco después al cine (Las diabólicas), en 1955, por Henri-Georges Clouzot, quien también fue el autor del guion junto a Jerôme Géronimi (con quien ya colaboró en El salario del miedo). La edición que he leído es “Las diabólicas (la que no existía)”, editada por Planeta en 1985.

    De entrada, merece la pena citar textualmente el párrafo inicial del prólogo escrito por Boileau-Narcejac que incluye la edición comentada, donde se plantea de manera abierta la dialéctica entre novela y película, entre original y adaptación (las negritas son mías):

    Entre La que no existía... y la película que esta novela ha inspirado a H. G. Clouzot, Las diabólicas, sólo hay una relación, tan ligera que podría considerarse la película ajena al libro, y tan sólida que uno se ve, sin embargo, obligado a reconocer su íntimo parentesco. En realidad, ambas desarrollan la misma idea con métodos diferentes, y puede incluso decirse que cuanto más la película se esforzase en mantenerse fiel a la novela, más obligada estaría a apartarse de ella. En este sentido, la película de Clouzot es mucho menos una adaptación que una nueva creación de la que es oportuno subrayar la originalidad.

    Veamos en qué se separa la novela de la película. En el texto original los personajes se reducen considerablemente, hasta el punto que prácticamente podemos decir que solo tiene peso específico el triángulo protagonista… pero es un triángulo con inversión de sexos. Tenemos a: Fernando (utilizo los nombres de la traducción), un amargado viajante de comercio, que vive a caballo de las afueras de París, donde reside con su mujer, y de Nantes, donde tiene un pisito para poder descansar de sus rutas por la zona (el personaje de Fernando se correspondería con el de Véra Clouzot en la película); su esposa, Mireya, que está sola gran parte del tiempo en su casa de París, y que parece solo jugar el papel de víctima (se correspondería al personaje de Paul Meurisse); su amante, Luciana, una doctora que trabaja en un hospital de Nantes y que es amiga de la pareja (que juega el papel de Simone Signoret en la pantalla).

    La trama criminal es similar: Fernando y Luciana atraen a Mireya al pisito de Nantes y allí le administran un somnífero para después ahogarla en la bañera.



    Luego se desplazan en coche hasta el domicilio conyugal y allí se deshacen del cuerpo lanzándolo a un arroyo que hay junto a la casa. Pero el cuerpo desaparece y Fernando empieza a creer que su mujer es un fantasma que va dejando un misterioso rastro: ha visitado a su hermano, encuentra una carta de su puño y letra, etc. Cuando se acerca a la morgue para interesarse por si han encontrado su cuerpo, como en el film, un policía retirado le ofrece sus servicios, pero una vez lo ha acompañado a su casa y realizado una inspección ocular, deja el caso (no es el detonante del final como en el film). La estructura criminal, por tanto, es idéntica a la película, aunque con los sexos cambiados (aquí la “víctima” es la esposa y el crimen lo han tramado el marido y la amante; en Clouzot, la “víctima” es el marido y el crimen lo han tramado la esposa y la amante de él).

    El contexto, en cambio, es completamente distinto. El film nos sitúa a los personajes en una escuela (francamente sórdida, aunque se hace referencia a que algunos alumnos son de buena familia), lo que comporta muchos más personajes: los profesores, los niños, el bedel, etc. Este es para mí uno de los mayores aciertos de Clouzot: recrear un ambiente opresivo como es el de esta institución educativa. En el seno del colegio se descubren unas relaciones de lo más inapropiadas: el director, Meurisse, trata cruelmente a su mujer (una mujer de origen venezolano, muy católica; de hecho, Véra Clouzot era brasileña) mientras mantiene una relación adúltera con otra profesora a la vista de todos. En la novela, los personajes no parecen albergar malos sentimientos unos contra otros. La relación de los amantes es fría y el desencanto del matrimonio es vulgar. El motivo del crimen es económico: quieren hacerse con el dinero del seguro de vida de la esposa para marcharse al sur de Francia, donde el tiempo es soleado y caluroso, y huir así del frío, la niebla y la lluvia del norte. Quieren realizar un sueño y huir de un presente gris, aburrido y vulgar. En la película, también se trata de deshacerse de la esposa, que es quien tiene el dinero y posee la escuela, pero el personaje de Meurisse es tan canalla que todo acaba pareciendo propio de su instinto cruel y mezquino.

    La novela, como ya pasaba en “Sudores frios”, se narra en tercera persona pero siempre, salvo la coda final, desde el punto de vista de Fernando: sus temores, sus dudas, su miedo creciente ante la evidencia de que su mujer ha vuelto de la muerte, su creencia irracional en fantasmas, etc. Precisamente la resolución de la novela juega con ese sentimiento de terror que va embargando a Fernando, de manera creciente. Si en la película se quiere provocar la muerte de Véra Clouzot aprovechando su salud delicada (tiene un corazón débil), y se consigue, en la novela se fuerza el suicidio de Fernando: cuando cree que su mujer va a aparecer por la puerta, no puede resistirlo más y se dispara un tiro.

    La diferencia más substancial en lo argumental es que, mientras en la película el policía retirado los descubre y, por tanto, los criminales serán castigados (Clouzot incluye un apunte final un tanto inquietante, ya que un niño dice haber visto a la muerta), en la novela las asesinas consiguen su objetivo: se instalan en el sur de Francia, aunque entre ellas el vínculo no parece garantizar un futuro demasiado optimista.
    Tanto en una obra como en la otra, flota en el ambiente cierto aire de relación lésbica entre las mujeres. En la película, entre las supuestas asesinas (da la impresión incluso que una vez muerto el marido, duermen en la misma habitación), mientras que en la novela entre las asesinas reales, aunque en este caso la esposa, Mireya, tiene muy poca presencia en la narración (está presente sobre todo por su ausencia).

    A mí la sequedad de la narración de Boileau-Narcejac y la descripción de las obsesiones de Fernando me han recordado bastante el estilo típico de Patricia Highsmith, esa gran escritora tan llevada al cine (seguro que aparecerá por este hilo más de una vez). La novela me ha parecido excelente, aunque cae a menudo en lo inverosímil (el fingimiento del ahogamiento, el traslado del cuerpo, la desaparición del “cadáver”, sus andanzas posteriores, la ingenua credulidad de Fernando, etc.). El film aun me parece más inverosímil, porque hay muchos más personajes alrededor del crimen y los asesinos, reales o no, actúan con total impunidad y libertad de movimientos provocando situaciones difíciles de creer (lo de arrojar el cuerpo a la piscina me parece excesivo). Quizá se justifica en el caso de Clouzot por ese tono marcadamente de cine de terror que adquiere la película en el último tercio: ya se sabe que la suspensión de la incredulidad es algo característico del cine de terror, y eso Clouzot lo explota. También el director juega con elementos de gran impacto visual (las sombras del tramo final; el edificio, que casi es un personaje más; esa caracterización de Meurisse, con los ojos blancos), mientras que la narración es mucho más contenida y sobria.

    En resumen, una excelente novela que dio origen a un film muy distinto y canónico en su género, a pesar de sus debilidades, que creo que las tiene. Del remake (en este caso sí es claramente un remake, más que una nueva adaptación, porque se parte directamente del film, no de la novela) de Jeremiah Chechik, Diabólicas, poco puedo decir porque solo lo he visto parcialmente por televisión y hace además mucho tiempo. En todo caso mantiene el esquema: marido-supuesta víctima; esposa y amante-supuestas asesinas. No sé cómo se resuelve el remake. En todo caso, tanto en un film como en el otro, a mí eso de “las diabólicas” no me parece un buen título, creo que es demasiado sensacionalista, además de inexacto.
    Bravo Mad Earl Dog Earle!!! vaya currazo!!!

    Sólo puedo hablar del film, el libro lo intenté, ya lo conté, compre el libro "las diabólicas" pensando que era la novela, pero no, nada de eso, es una cosa totalmente diferente. Del film añadiré un par de cosas, en los últimos 15 minutos, casi todo con Vera Clouzot en pantalla, sufriendo lo suyo, sudando un montón, el camisón se le debería pegar al cuerpo, y cuando Clouzot juega con las luces y sombras, se le distingue sin dificultad ambos pezones, no me voy a quejar de ésto ni mucho menos!!! pero si me sorprende, no había censura francesa en esa época? no es que te tengas que fijar mucho, es un PEZONAZO como una casa!!!

    La parte que no me gusta es la aparición final del policia retirado resolviendo el caso, como dice el compañero, ya de por si es muy inverosímil, pero acepté las reglas del juego, en cambio, el policia aparece de entre las sombras, deja morir sin auxiliar al personaje de Vera, para al final salir de las sombras y pillar in fraganti a los dos criminales, éstos criminales me sorprende que no intenten nada, se quedan pasmados y se entiende que son arrestados, sin huir o asesinar o dejarlo KO. Pero lo dicho, son detalles que no empañan el buen hacer del film. Ohhh y ese final con el niño me encanta!!!!

    Mad Dog Earle, los personajes del film que interpretan los vecinos del personaje de Simone Signoret aparecen en la novela? me parecen muy divertidos y simpáticos, sus aportaciones le dan un toque de distinción, un desasosiego en un ambiente muy cargante y opresivo.
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  22. #22
    Senior Member Avatar de mad dog earle
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    No, esos vecinos (inquilinos, porque le pagan el alquiler a Signoret) no salen en la novela. Ya digo que, salvo el trío protagonista, solo tiene algo de relieve el policía retirado (mucho menos que en el film) y el hermano de la "muerta" y su esposa. El hermano, que está en casa enfermo, le dice a Fernando que su hermana (que se supone que está muerta, aunque Fernando no se lo ha dicho a nadie) le ha visitado, lo cual incrementa la sensación de Fernando de que su mujer ha regresado de la muerte como un fantasma.

    Sobre lo que dices del policía retirado, estoy completamente de acuerdo. Es una especie de deus ex machina que viene a resolver el caso en el último momento y por los pelos. Resulta muy poco verosímil y un tanto forzado, como para asegurar que los malvados serán castigados. En la novela no se castiga moralmente a los culpables (lo que probablemente denota una clara diferencia entre el grado de tolerancia moral que se daba en la literatura y en el cine: seguramente, el film de Clouzot con el final de la novela hubiera tenido problemas para realizarse; en Hollywood diría que hubiera sido imposible hacerlo).

    Ah, y lo de ese salto de cama casi transparente de Véra Clouzot, ciertamente, es todo un puntazo. Supongo que tiene que ver con cierta relajación muy francesa en las cuestiones sexuales.

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  23. #23
    gurú Avatar de Alex Fletcher
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Aquí se refleja mejor el tema



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  24. #24
    Senior Member Avatar de Alcaudón
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    El código de censura en el cine norteamericano era MUCHO más férreo que en el cine europeo. Y no digamos el francés.

    Implecable disección tanto de la novela como de la adaptación cinematográfica, amigo mad dog earle. Es un placer leerte.


  25. #25
    Music of the Night Avatar de Jane Olsen
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    Predeterminado Re: De la literatura al cine

    Creo recordar que en El salario del miedo también había un par de planos del escote de la Clouzot muy llamativos, amén de una mujer duchándose desnuda :

    Spoiler Spoiler:


    Pero mejor vamos a cambiar de tema, que esto ya parece la zona caliente .

    Creo que George Bernard Shaw intervino en el guión César y Cleopatra, basado en una obra de teatro suya, pero que al parece simplemente se limitó a cambiar un par de ambientaciones. La película, de hecho, parece poco más que una obra de teatro filmada, tuvo un rodaje sumamente accidentado y se estrelló en taquilla. Yo creo que las pintas de Claude Rains (sí, sí ,el capitán Renault de Casablanca) y Stewart Granger pudieron tener algo que ver :





    Última edición por Jane Olsen; 02/03/2017 a las 22:34
    tomaszapa, mad dog earle, Tripley y 1 usuarios han agradecido esto.
    "There is an inmense joy when you suddenly discover beauty in something that has been around you for ages".

    "Waving the flag with one hand and picking pockets with the other: that's your patriotism. Well, you can have it." Alfred Hitchcock's Notorious.


    "Listen to them... Children of the night! What music they make..!"

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