Sois muy fatalistas. Está claro lo obvio: Es imposible que el programa sea lo mismo.
Pero yo, como seguidor y oyente fiel de LRV, prefiero a Bruno en dirección a dejar que la llama se extinga. Todos sabemos cómo es y hacia dónde tira, pero
no es justo que prejuzguemos antes de ver cómo recoge el testigo.
Está claro que de vez en cuando nos meterá sus teorías del pentágono y el 11S, la alerta ovni y las casitas encantadas, pero no tiene tan poco cerebro como para convertir La Rosa en un Milenio.
Bruno ha tenido veranos muy buenos y ha demostrado mucho... sed un poco comprensivos. Seguirá tirando a sus terrenos pantanosos, pero LRV de Juan Antonio Cebrián conservará su estructura y variedad de contenidos.
¿O acaso preferís que dejen de emitirla?
Larga vida a la rosa. Si Bruno elimina su idiosincrasia seré el primero en reconocerlo. Y Cebrián nunca hubiera permitido que su muerte detuviera el programa. Seguro que se habría pillado un rebote considerable desde el otro barrio.
Vamos... por mí como si tiene que dirigir el programa Martín Expósito, quiero morirme yo antes que la rosa.
salu2
EDITO para añadir: Que pondría mi mano en el fuego y apostaría 1.000 euros a que lo primero que hicieron todos es preguntarle a Silvia si J.A. C. desearía continuidad, si ella estaría de acuerdo. Y creo que todos sabemos la respuesta.