Lo que se manifiesta detrás del simbolismo o la alegoría creo que es estrictamente emocional: una madre que para superar el profundo dolor que siente por la perdida de su hija es capaz de hacer cualquier cosa, consciente, o inconscientemente; lo que la hace extremadamente vulnerable psicológicamente, y más, si cabe la posibilidad de padecer algún tipo de trastorno mental hereditario. Hecho que la conduce directamente a ser pasto de cualquier secta que le pueda proporcionar un ápice de esperanza como todo desamparado adepto que se precie...
Además, indirectamente también te hablan de diversos sentimientos soterrados que siente respecto al hijo y a la madre que evidencian el sentimiento de culpa propio: "no deseaba tener al hijo", lo que demuestra que se siente culpable por haberlo tenido; culpa directamente al hijo por ser el causante del accidente; y culpa a la madre (abuela) por haberle insistido en tenerlo, y así, con todo ello, someterla a ella a pasar por el mal trago.
Respecto al hijo, aparte de que repite prácticamente los mismos patrones que los citados antes con la madre, hay que añadirle un aspecto importantísimo y fundamental: que es el responsable directo de la muerte de la hermana y el que, obviamente, queda profundamente traumatizado porque el sentimiento de culpa es aún mayor (por eso es tan importante la secuencia de la cena, cuando ambos personajes tratan de trasladar culpabilidad al otro en un intento desesperado de liberar carga; la madre señalándole, y el hijo defendiéndose); hecho que lo convierte, en mayor medida que la madre dada su juventud, en todavía más vulnerable y a la total merced de los acontecimientos a los que ella, involuntariamente, lo pueda someter. Perdiendo exactamente igual que la madre la cabeza (¿quién no lo haría?), y cayendo víctima de una, llamémoslo secta, llamémoslo paranoia esquizofrénica, que le servirá para evadirse de un estado insoportable de sufrimiento emocional.
Evidentemente hay muchas más cosas que se puede sacar de esta lectura, como por ejemplo, y haciendo gala de su titulo, que en parte nuestro destino viene dictado por la herencia que nos encontremos y con la que partamos. Pero no me enrollo más, solo quería decir que, personalmente, no busco demasiada literalidad en los acontecimientos que propone esa "segunda lectura" y me centro más en las emociones que describe. Aun y con todo, tengo una visión muy parecida a la tuya Hikikomori.
En lo que coincido contigo, es en que llegado a cierto punto de la pelicula, Annie se da cuenta de que con su forma de afrontar el dolor, involuntariamente está conduciendo a su hijo hacia el desastre y trata de hacer todo lo posible por evitarlo. Aunque para entonces ya es demasiado tarde, tanto para él, como para ella.