Inferno de Dario Argento

Ahora que pronto se estrena The Third Mother el cierre de la trilogía de Las Tres Madres, he visto el segundo capítulo titulado Inferno. La película, que sigue la misma línea que Suspiria termina siendo bastante inferior a su predecesora por varios motivos. Por un lado las incoherencias argumentales, varios personajes mueren en cadena y no hay consecuencia alguna. Por otro, su resolución, ese final parece precipitado y me temo que sufrió ciertos problemas de montaje. Uno de lo errores puede resultar que la investigación sea llevada a cabo por varios personajes, sin una única línea argumental. Sin embargo, hace gala de una plasticidad impecable, y tiene momentos realmente fastasmagóricos como el prólogo acuático con la actriz Irene Miracle (uno de los mejores segmentos de todo el cine de Argento) y otros realmente insanos como la escena del anticuario con el saco lleno de gatos y todas esas ratas de cloaca por el suelo encharcado. Una propuesta bastante irregular pero salpicada por un extraño atractivo que la convierte en una pesadilla casi surreal saturada de colores y sonidos estridentes.

Pongo lo que escribí en mi blog ( http://videodrome.wordpress.com/ ) hace tiempo:

Su argumento es lo de menos: Las Tres Madres, entidades diabólicas, disponen de tres casas que les fueron construidas por un arquitecto y alquimista en Roma, Friburgo y Nueva York. Desde las moradas, “rigen el mundo con dolor, lágrimas y oscuridad”. Argento coloca en sus retorcidos y atmosféricos escenarios a unos personajes sin entidad alguna que persiguen el esclarececimiento del misterio y a un asesino que aparece de vez en cuando para desplegar su variedad de sádicas maneras de aniquilar a sus presas.

Da igual que la narración transcurra a tirones, que la historia no se entienda o que los actores dejen bastante que desear. El director dota a la película de un aspecto visual casi hipnótico, como hiciese en Suspiria, y usa una gama cromática dominada por el azul y el rojo para iluminar este descenso a los infiernos. Un envoltorio interesante, fascinante en ocasiones, pero demasiado vacío.

Adoro la vertiente surrealista de Argento. Por tanto adoro esta película (en absoluto me dejó indiferente), pero más aún Suspiria. Ojalá salieran buenas ediciones de ambas.

Nunca olvidaré la absoluta fascinación que me produjo el prólogo de esta película, donde la chica va abriendo el libro y leyéndolo, narrando la base de las Tres Madres mientras suena la hipnotica canción de Goblins (para mi, el tema principal de Inferno es el mejor de todos los que hicieron los Goblins para Argento, es fascinante).
Mas alla de este prologo, que me resultó inolvidable, la película me parece inferior a Suspiria (un argumento muy disgregado) lo cual no quiere decir que la peli sea el tostón pretencioso y confuso que algunos han querido ver algunos... no la considero en absoluto un bodrio, sino otra obra maestra de Argento, con un sentio visual impecable, como es normal en el italiano. Para mi es una de las mejores pelis del maestro... urge una revisión de esta y de Suspiria antes de ver a la tercera mami en acción.

Para mi, no es de las mejores del director, pero sí un trabajo destacable dentro de su filmografía. Por cierto, ¿La tercera entrega debería estar ambientada en Friburgo?

Y yo que la di por cerrada en la sengunda... Es que salen las otras dos madres (Tenebrarum y Lacrimarum), y el desenlace (que explica la naturaleza de la tríada) queda como cerrado. No sé qué hará ahora el bueno de Argento...

Ya se ha dicho, un Argento en estado puro, con sus defectos (esos guiones imposibles) sublimados por su poderío visual y su barroquismo...Recuerdo una escena de asesinato con ratas y un eclipse de por medio tremenda.Además en ésta los efectos visuales eran del maestro Mario Bava y la música -sensacional- de Keith Emerson (que repetiria en la producción de Argento "La Chiesa"). A ver si la editan decentemente

Es que los guiones huyen de las tramas policiacas superexplícitas de sus giallos precedentes. Él se sumerge en universos satánicos, de horror puro, en los que todo es posible, donde las víctimas quedan atrapadas como moscas, siempre con un aire de perdición total. Está claro que son las formas las que hacen distinto el acabado, pero no dejan de producirte desasosiego esas tramas que no dominas, y que te ves obligado a dejarte llevar hasta el desenlace. El tono surrealista de las circunstancias concretas molesta a más de uno, pero también seduce a otros.