Lordd, pero a tenor de esa frase que quoteas de Ortega (y que conocía), también habrá quien descubra otras consecuencias y otras opiniones distintas a la tuya. Unos pueden descubrir la verdad de que es un pestiño (Sr. Karloff, por ejemplo), otros que es superior al original (no cito nombres por aquello de), otros que es tan soberana como el original (un servidor, por ejemplo), otros...
¿Quién me vende
El Libro de la Verdad Absoluta? Porque a falta de tenerla, vuelvo a lo mismo: ante tu verdad y la mía, me quedo con la mía, pues es fruto y consecuencia de mi propia experiencia. ¿Qué sucedería si te hiciera caso? Después llegarían otras opiniones también emitidas por personas formadas y muy convencidas, y yo tendría que cambiar... A corto plazo, me convertiría en el increíble hombre cambiante. ¿Y mi personalidad? ¿Y mis gustos? ¿Me convertiría en Cesare? ¿En un
man without soul, perhaps?
No, prefiero equivocarme con los errores propios que no con los ajenos. Así, al menos, no le echaré la culpa a nadie más que a mí. Y es gratificante, de veras, muy gratificante.