Esta sorprendente película, dirigida por Victor Salva y producida por Francis Ford Coppola, fue ensalzada a lo grande por un escritor y director como Clive Barker y por la crítica en general. La clave del éxito: reinterpretar un clima de pesadilla y crear una nueva criatura monstruosa temible, aterradora y misteriosa. El monstruo de la función es el terror hecho carne. Es el coco que se cita en la nana que da título a esta brillante película de terror: la expresión "Jeepers Creepers" aparece en las estrofas de un tema musical de los años 20.
Toda la parte inicial es soberbia, situándonos en una solitaria carretera perdida a bordo de un viejo coche en el que viajan dos hermanos (chico y chica) discutiendo, como es normal. De repente, aparece por su retaguardia (en una secuencia magnífica) un cochambroso y enorme camión que intenta empujarles fuera de la carretera: es el inicio de una infernal pesadilla para ambos.
Nos identificamos con la normalidad realista de ambos hermanos y, por ello, nos colocamos en su lugar y nos da por pensar qué haríamos en su peliaguda situación al límite. Estos personajes principales están correctamente caracterizados de un modo creíble, un factor esencial para dar verosimilitud a sus acciones y reacciones.
Todo ocurre en una zona que podríamos identificar con la América Profunda, donde la atmósfera sucia, polvorienta, desgarrada y escabrosa contribuye a dotar al film de un aire a lo "LA MATANZA DE TEXAS" o "EL DIABLO SOBRE RUEDAS", siendo la influencia de estas dos películas de culto muy notable en esta inquietante primera parte de metraje.
Pronto (demasiado), los adolescentes protagonistas descubrirán que el ser que les perseguía se dedica a una escalofriante, pero artística, labor: crear una especie de Capilla Sixtina utilizando cadáveres humanos.
Tras plantearse la situación, la película pierde enteros paulatinamente, puesto que el monstruo se expone en exceso, perdiendo el halo misterioso que lo rodeaba y que lo hacía más imprevisible. A este defecto se une la aparición de ciertos tópicos y alguna que otra concesión comercial. Aun así, creo que la propuesta aguanta el tipo dignamente mediante una considerable tensión ambiental y psicológica, hasta llegar a un final interesante por un ligero riesgo en cuanto a su desenlace a contracorriente.
El "creeper" encarna a la representación del Mal en estado puro. No dice una sóla palabra. No le hace falta. Es una abstracción, es una entidad amorfa que no admite definición ni concreción (esa secuencia en la que los hermanos atropellan y aplastan con su coche repetidas veces a la "cosa" y sus transformaciones). El desconocimiento que rodea a la criatura acrecienta el miedo que produce. No se sabe nada de él, no se sabe qué es y no se sabe cómo reaccionará.
Es curioso que podamos calificarlo como el "Miguel Ángel de la carne". Se une el arte y la carne en un todo... ¿la comunión definitiva?. Sin duda alguna, es una idea interesante (no suficientemente desarrollada) propia del Cronenberg plasmador del tridente sexo-carne-tecnología.
"JEEPERS CREEPERS" es un film de terror diferente, alejado del banal género del adolescente tontaina y repelente para convertirse en una de las obras más atractivas, desasosegantes e inquietantes de unos últimos años bombardeados sin piedad por "leyendas urbanas", "noticias sobre lo que hicistéis los últimos veranos", "terrores cañís en la Tuna y la escuela", secuelas de todo tipo y color y demás intrascendentes mamotretos de tres al cuarto.
En definitiva, se erige en un futuro título de culto que no toma al espectador por descerebrado, algo que conviene valorar a día de hoy.
</p>Editado por: <A HREF=http://pub132.ezboard.com/bmundodvd43132.showLocalUserPublicProfile?login=da vebowman>Dave Bowman</A> fecha: 9/4/02 7:31:56 pm