Puro Lars Von Trier, pura provocación y egolatría disfrazada de autobiografía analítico y ¿crítico?. Era difícil hacer un film de asesinos en serie diferente a casi todo lo visto y aún así, habiendo quien hay detrás, ya vas a verla partiendo del convencimiento que lo va a conseguir. Un paseo sobre el asesinato y la muerte como parte del arte con aires metafísicos y filosóficos. Especialmente cruel y también explícita aunque no la que más de sus obras. De hecho en algunos momentos aparta la cámara y hasta los más sádicos pueden agradecerlo. Aún agradeciéndole el ejercicio de séptimo arte apartado de lo habitual, no sé si son sus cambios bruscos de tono lo que en ocasiones me sacan de ella o que, por ejemplo, no tiene una atmósfera que llegue a atraparte e hipnotizarte como sí tenía Anticristo.
Aún así, muy recomendable para cinéfagos.