No ha existido una tendencia clara durante los últimos 50 años en la frecuencia de ciclones tropicales fuertes. La frecuencia anual de los huracanes atlánticos de mayor intensidad — los que se agrupan en la categoría 3-5 en la escala de Saffir-Simpson, con presión inferior a 965 mb, vientos sostenidos superiores en velocidad a los 50 m/s, y olas de más de 3 m —, no muestran ninguna tendencia clara.
La década más agitada fue la de los 50, con 39 huracanes fuertes. En los últimos años, a excepción de 1997 y 2002, años de El NIño, también han sido más frecuentes de lo normal.
Las posibles causas de la mayor o menor ocurrencia de huracanes son inciertas. Pueden influír las temperaturas superficiales del Atlántico, la actividad convectiva en la zona occidental del Sahel aficano, la oscilación en la circulación atmosférica tropical estratosférica QBO (Quasi-Biennial Oscillation) y la oscilación en la circulación del Pacífico MJO (Madden-Julian Oscillation), etc. También parece que en el Atlantico se produce una disminución de huracanes en los años en que se produce El Niño. Su trayectoria depende en gran parte de la localización del anticiclón de Azores-Bermudas. Por ejemplo, cuando éste se retira hacia el este (Azores) los huracanes tienden a curvarse hacia el norte antes de alcanzar el Golfo de Mexico y Florida.
La hipótesis de que habrá más huracanes en un futuro próximo debido al posible calentamiento del planeta es una cuestión sin dilucidar. Por una parte, como los huracanes sólo se producen en regiones oceánicas en donde la temperatura de las aguas es superior a los 26 ºC, parecería que, si aumenta en el futuro la extensión de estas zonas, debería ser mayor su número. Sin embargo, en un clima más cálido aumentaría más la temperatura en los niveles altos de la troposfera que en los bajos, y disminuiría, por lo tanto, el gradiente térmico vertical. Esto dificultaría la génesis de los ciclones tropicales, cuya fuerza deriva precisamente de ese gradiente. Por lo tanto, no está claro cómo una hipotética subida de las temperaturas tropicales afectará a la frecuencia y fuerza de los huracanes.