Tema: Las últimas pelis que has visto en casa

Fright Night (Craig Gillespie, 2011)



En mi pre-adolescencia, aprox, me acojonaba bastante las portadas de Fright Night y secuela en los VHS del vídeoclub. Vi la original hace unos 6 años (joder, 6 ya) y me pareció decente aunque lejos del terror y de aquella mítica (para mí) portada. El remake lo he visto porque el guión es de Marti Noxon, segunda al mando de Joss Whedon en Buffy y recientemente noticia por haber sido la creadora/showrunner de Sharp Objects, que bien podría llevarse algún Emmy este verano.

No me ha gustado demasiado. Oportunidad perdida a cuento de no aprovechar las posibilidades. Bien sea en remake directo, bien tirando por un lado abiertamente más cómico, o de comedia inteligente como en Scream. Acabo de ver una entrevista a Noxon en el que habla de personajes conscientes (ah! Eso era muy Buffy: autoconsciencia, jamás te reías de algo ridículo porque ELLOS ya se estaban riendo antes) de la existencia de vampiros, o bien de un mundo con films tipo Twilight (lo citan e el film) pero no aprovechan nada de eso así que o Noxon no supo transmitir eso o bien se trata de otro (otro!) caso de director cargándose un guión. Lo ignoro. Noxon debería destacar con diálogos ágiles, incisivos, inteligentes.

Salvo un poco las motivaciones: Charley inicialmente no cree en nada de eso pero Edward sí y cuando este desparece y el primero revisa toda la colección de pruebas empieza a tomárselo en serio. El resto, claro, es ya tema de proteger a su madre y a su novia. Bien. Pero como decía todo desaprovechado, inclusive la presencia de Colin Farrell y David Tennant, que daba para mucho más. Mola que se

Spoiler:

carguen aparentemente a Amy

pero el deus ex machina de esa estaca milagrosa que retorna a todos los convertidos de Jerry...

No sé. Bastante justita.

Iniciado por muchogris

...

Sult (Hunger) de Henning Carlsen. Es lo mejor que me ha pasado en los últimos días. Una obra maestra que deja a Ladrón de bicicletas por los suelos. Todo está en clave de humor negro desde una perspectiva que mezcla pesimismo con un absurdo optimismo. La trama va de un hombre pobre sueco que las está pasando canutas para sobrevivir. Cuando cree que no tiene absolutamente nada renuncia a pedir ayuda, mendigar o incluso a ir a un comedor social. Es el vivo icono de la dignidad, que no se dobla lo mas mínimo ante tantas adversidades. Aunque con esta temática parezca que no hay hueco para romance: lo hay. Y sale la preciosa Gunnel Lindblom, actriz fetiche de Bergman.

...

"Hambre" es una novela de Knut Hamsun, autor noruego que fue premio Nobel en su día (tomaszapa, ¿también controlas el tema de los Nobel?). La recomiendo, y si se tiene interés por este escritor, hay un interesantísimo film de Jan Troell: Hamsun, con un espléndido Max von Sydow, donde se describe la relación del autor con el nazismo. Por cierto, y hablando de von Sydow, como actor habitual de Bergman, a Gunnel Lindblom no la llamaría "actriz fetiche" de Bergman, primero porque el término no me gusta, pero además porque no es una actriz que haya jugado un papel tan relevante en su obra, como sí lo hicieron Liv Ullmann, Bibi Andersson o Ingrid Thulin, incluso Eva Dahlbeck. La Lindblom es la muda de El séptimo sello o la hermana ninfómana de El silencio, pero sus otras participaciones en las películas de Bergman son en papeles menores. Eso sí, Bergman la apadrinó en su corta carrera como directora, uno de cuyos títulos, Villa Paraíso, se estrenó aquí en su día.

Ahora bien, respecto a esta película que citas de Carlsen, que no he visto pero conozco la novela, eso de que "deja por los suelos" Ladrón de bicicletas... ¿qué necesidad hay de forzar esa comparación? Ni el contexto histórico o cinematográfico, ni el origen argumental, ni su contenido, tienen relación como para contraponer una a otra.

Pensaba que a los actores habituales, con protagonismo o no se les llamaba así...

Puede ser una comparación burda, pero la pobreza, el hambre y la humillación son algo universal. Está claro que no son la misma película y que el contexto de ambas es distinto. Pero a falta de una referencia mejor (referencia mejor mía) la comparo con Ladron de bicicletas, porque es considerada un clásico y comparten los elementos mencionados. Aunque el tono y la narrativa sea distinta, en una se recrea en la bicicleta que quiere robar de la misma forma que en la otra el protagonista no para de recrearse en la comida ajena. En ese aspecto no se sabe si está a punto de cometer un crimen por el mensaje que escribe en un papel pidiendo perdón por sus futuros crímenes (que acaba comiéndose). Son puntos de vista opuestos sobre la pobreza que bajo una capa de moralidad ocultan desesperación, humillación, y dignidad. Sinceramente, si que deletrear estas mierdas mejor paso de comentar nada.

Ni se te ocurra, amigo muchogris. Ni se te ocurra.

Tranquilo, muchogris. Cualquier aportación, sugerencia o reflexión del amigo mad dog son siempre muy valiosas y a tener en cuenta. Una persona que ha visto muchísimo cine, que además reflexiona sobre el mismo y en mi opinión comparte didácticamente sus conocimientos. No te lo tomes como una ofensa, que no lo es, sino como un aporte constructivo. Más allá de eso, se puede debatir si a ti te ha gustado más o menos por tal razón, como haces, y a otra persona, por otros motivos o los mismos.
Pero ya digo, en este hilo hay gente amiga que comenta una de las cosas que más nos apasiona y que es parte de nuestra vida. Cualquier aportación por parte de todos es de agradecer, y si se mejora con otra posterior, mejor que mejor.

Iniciado por muchogris

Pensaba que a los actores habituales, con protagonismo o no se les llamaba así...

Puede ser una comparación burda, pero la pobreza, el hambre y la humillación son algo universal. Está claro que no son la misma película y que el contexto de ambas es distinto. Pero a falta de una referencia mejor (referencia mejor mía) la comparo con Ladron de bicicletas, porque es considerada un clásico y comparten los elementos mencionados. Aunque el tono y la narrativa sea distinta, en una se recrea en la bicicleta que quiere robar de la misma forma que en la otra el protagonista no para de recrearse en la comida ajena. En ese aspecto no se sabe si está a punto de cometer un crimen por el mensaje que escribe en un papel pidiendo perdón por sus futuros crímenes (que acaba comiéndose). Son puntos de vista opuestos sobre la pobreza que bajo una capa de moralidad ocultan desesperación, humillación, y dignidad. Sinceramente, si que deletrear estas mierdas mejor paso de comentar nada.

A ver, no acabo de comprender la última frase, pero me parece entender que puede haber habido algo en mi comentario que te haya molestado, en todo caso no es mi intención, por supuesto, aquí venimos a debatir sobre cine, y más de una vez no coincidimos y podemos acabar defendiendo posiciones con vehemencia, pero creo que ni siquiera este ha sido un caso de esos. No veo por qué lo que he dicho te tendría que llevar a no comentar nada, precisamente si te hago una observación es porque me leo todos tus comentarios y los valoro, aunque no siempre los comparto. En esta ocasión me ha parecido relevante citar la relación de esa película, que no he visto, con su original literario y te he dado información sobre un film que te podría interesar, tanto porque describe una época del autor de la novela que se adapta, como porque es de un director escandinavo interesante, aunque algo olvidado, y porque cuenta con una actuación espléndida de Max von Sydow, y me parece que en algún momento has mostrado interés por el cine de Bergman.

En definitiva, no sé qué puede haberte molestado. ¿Lo de "actriz fetiche" referido a Lindblom? Creo que no se le puede aplicar ese término y lo documento, término que en mi caso nunca utilizo porque no me gusta, aunque es obvio que se hace servir a menudo. ¿O quizá mi observación sobre Ladrón de bicicletas? Mi intención simplemente era hacer notar que no hace falta decir que la película de De Sica queda por los suelos para valorar positivamente otro film que ni és de la posguerra, ni es italiano, y que además adapta una novela famosísima publicada a finales del XIX de un premio Nobel noruego. No veo, sinceramente, en qué te puede haber molestado ni una cosa ni la otra. Ahora bien, en todo caso si no aceptas este tipo de comentarios, creo que constructivos, tranquilo que no te los haré, pero me parece que o no te entiendo o te lo tomas demasiado a la tremenda.

♫No eres tu, no eres tu. Soy yo... ♫

Perdón por la salida de tono mad dog, pero mis referencias son limitadas. Si solo conozco el tocino no tengo nada con que comparar el sabor de la mostaza con otra cosa que no sea tocino. Y en este caso lo mas relacionado que conocía era la grasa de Ladrón de bicicletas. No se parecen, pero como expresión artística Hambre es mucho mas mordaz y original. La otra se parezca o no, me pareció esteárica a mas no poder.

Iniciado por muchogris

♫No eres tu, no eres tu. Soy yo... ♫

Perdón por la salida de tono mad dog, pero mis referencias son limitadas. Si solo conozco el tocino no tengo nada con que comparar el sabor de la mostaza con otra cosa que no sea tocino. Y en este caso lo mas relacionado que conocía era la grasa de Ladrón de bicicletas. No se parecen, pero como expresión artística Hambre es mucho mas mordaz y original. La otra se parezca o no, me pareció esteárica a mas no poder.

Tranquilo, no hay nada que perdonar, si acaso que aclarar para que fluya con naturalidad el foro, que es de lo que se trata, que es lo que nos congrega aquí a todos. El problema que señalaba no era tanto el de comparar ambos films, que puede ser una operación perfectamente legítima (como no he visto esa de Carlsen, aunque conozca la novela, no lo puedo afirmar rotundamente), mi objeción era que, puestos a compararlas si se quiere, no hace falta establecer esa especie de competición en que una deja a la otra por los suelos, más que nada porque el film de De Sica es todo un referente en la historia del cine y jugó un papel muy importante en una época sumamente difícil como fue la de la posguerra (lo cual no obliga a nadie a que le guste, esa es otra cuestión).

Nada, cuestión aclarada y al comentario, que es lo que toca.

Hablando de films con dimensión histórica, he visto por primera vez La señora Miniver (Mrs. Miniver), de William Wyler. La película abarca un breve período en la vida de una comunidad rural inglesa, desde poco antes del estallido de la guerra hasta el momento de los primeros bombardeos alemanes sobre territorio británico. La historia se centra en una familia acomodada (con su mansión, sus criados, etc.), los Miniver, y en especial en la madre, esa señora Miniver que da título a la película, interpretada de manera enormemente convincente por Greer Garson. El marido es Walter Pidgeon (en un papel un tanto anodino) y el hijo mayor es un estudiante de Oxford que se enrolará en las fuerzas aéreas al inicio de la contienda, Richard Ney, debutante en el cine (y que se acabó casando con Greer Garson… que tenía 12 años más). Ese jovenzuelo un tanto pedante e impertinente conoce a la nieta de la aristócrata de la población (de una de esas familias que se remontan a los tiempos de la Cruzadas), la encantadora Teresa Wright. Lo que parece un primer encuentro conflictivo no puede esconder la atracción mutua entre ambos que conllevará el inevitable romance.



La película arranca así como una comedia romántica en una comunidad que parece vivir “lejos del mundanal ruido” y que tiene como gran acontecimiento un concurso floral en el que la abuela aristócrata, Lady Beldon (excelente May Whitty), gana siempre dentro del apartado de rosas. Pero esta vez tendrá que enfrentarse a un rival de peso, el empleado del ferrocarril Mr. Ballard (Henry Travers, el ángel de la guardia de ¡Qué bello es vivir!), que ha creado una nueva variedad a la que bautiza como “Mrs.Miniver”.



Ese arranque amable, ligero, poco a poco va ensombreciéndose a medida que la guerra avanza, hasta llegar a la operación de rescate de los soldados acorralados en Dunkerque (en el que participará Mr.Miniver) y, en especial, los bombardeos, que sufrirán directamente los Miniver (dejando la casa medio en ruinas). Hay varios momentos de gran tensión: cuando Mrs.Miniver ha de enfrentarse a un piloto alemán herido; las bombas que caen sobre la casa de la familia mientras se mantienen precariamente a salvo en un minúsculo refugio;



o el episodio trágico final, que sorprende por quien es la víctima, también narrado con brillantez y gran economía de medios. Al final, con toda la doliente comunidad reunida en una iglesia también medio en ruinas, el párroco (Henry Wilcoxon) lanza desde el púlpito un encendido mensaje para animar la moral de la población e incitar al combate, tan dirigido a los miembros del pueblo como sin duda a las plateas norteamericanas (a las que había que animar al intervencionismo) y, por extensión, del mundo occidental. Discurso vibrante que al parecer redactó en buena medida el mismo actor junto al director, de manera que se conoce como “The Wilcoxon Speech” y fue posteriormente distribuido por separado (según imdb: “The speech proved to be integral to the film's success, and was distributed across America and Europe in order to boost wartime morale amongst soldiers and civilians alike”).



O sea, Wyler y Hollywood (en este caso la MGM) realizaron con este film su particular contribución al esfuerzo de guerra (no fue la única, por supuesto), combinando calidad con propaganda (el film, por cierto, acaba con un rótulo que invita a los espectadores a comprar bonos de guerra). Años después, se realizó una secuela, La historia de los Miniver, con buena parte del reparto original (Garson, Pidgeon y Wilcoxon).

Tras casi dos meses sin poder ver una película completa, ayer terminé el visionado de El enigma se llama Juggernaut, aunque creo que no la volvería a ver me ha parecido una entretenida película que consigue que el tiempo se te pase volando. Se trata de un film de catástrofes en el que más de 1000 pasajeros están en peligro a bordo de un transatlántico de lujo debido a que un individuo ha escondido en él varios explosivos. Se enviará un equipo de expertos para tratar de desactivarlos. La cinta lleva también cierta crítica social y cuenta con un reparto estupendo; Anthony Hopkins, Richard Harris, Ian Holm, Omar Shariff, David Hemmings…

Se te encontraba a faltar, Mizoguchi. Esta película que comentas la vi en su día de estreno, a mediados de los 70, en pleno auge de los films de catástrofes, naturales o humanas, demasiado humanas, como por ejemplo El coloso en llamas. La recuerdo muy vagamente, creo que destacaba sobre todo el papel de Richard Harris y el típico dilema de si corto el cable rojo o el azul, ¿no es así?

Efectivamente, en esa película es muy importante el color del cable y la estupenda actuación del magnífico Richard Harris. Por cierto, que también yo echaba ya de menos poder leeros, el hilo de Polanski es además una asignatura pendiente.

Iniciado por Mizoguchi

Efectivamente, en esa película es muy importante el color del cable y la estupenda actuación del magnífico Richard Harris. Por cierto, que también yo echaba ya de menos poder leeros, el hilo de Polanski es además una asignatura pendiente.

Esta semana nos toca ya Lunas de hiel, pero por supuesto puedes comentar cualquiera de los films anteriores.

A mí me encanta La señora Miniver. La ví hace ya años, enseguida de comprar el primer reproductor de dvd, allá por el 2004. Concretamente, la película parte de unas short-stories, unos retazos de vida, que se publicaron en el Times londinense, sobre una familia de clase media acomodada de los suburbios de la capital inglesa. Había títulos curiosos: La señora Miniver se va de compras, o El nuevo coche, por decir algunos.

Aporto algunos datos interesantes respecto a la producción:
Sidney Franklin, hombre de confianza de Irving Thalberg en la Metro, sustituyó a este cuando falleció,como jefe del estudio. Antes había sido director y después volvería a dirigir algún film.
Fue Franklin quien se decidió por Wyler. Ambos se admiraban mutuamente y además a Wyler le motivaba el proyecto: porque por un lado, le atraía el carácter propagandístico latente en la película (Wyler se sentía más francés que alemán y además era un antinazi convencido) y porque iba a trabajar para el mayor estudio de Hollywood, la MGM.
Wyler fue convencido cuando leyó el guión, que le entusiasmó y no hubo problemas en la cesión por parte de Samuel Goldwyn (productor al que estaba ligado por contrato Wyler).

Eso si, se contaba con presupuesto muy limitado, por lo que se decidió el blanco y negro y además, no había para escenas bélicas. A mí, particularmente, me parece que de la necesidad hicieron virtud, y de hecho, es esa escasez que se muestra en varios pasajes, lo que da más credibilidad a las penurias y miserias de la guerra.

Louis B. Mayer era reacio a hacer aparecer al personaje alemán como un malvado, pero una conversación con Wyler , donde este le convenció de lo contrario y sobre todo, los acontecimientos en Europa y, que se sucedían atropelladamente, y por encima de todo, el ataque a Pearl Harbor, casi un mes después de empezar el rodaje, pilló a traspiés la producción e hizo que se volvieran a reescribir muchos de los pasajes de la película (la Metro contaba con cuatro guionistas, que entre otras cosas habían escrito el guión de Adiós, Mr Chips).

Mayer, después de lo de Pearl Harbor cambió radicalmente de opinión y dio libertad a Wyler para "ir contra los alemanes". Es de hecho, una de las escenas claves del film, la conversación del alemán con la señora Miniver (que antes había sido punto de confrontación entre ellos) la que se cambió expresamente. Se quería demostrar la verdadera cara dle enemigo y cuánto de fragilidad había en la forma de vida de una sencilla y apacible familia como la Miniver.

Llegó a gustar tanto el resultado que la alabaron todos los intervinientes en la guerra. Roosvelt, Churchill (le dijo a Mayer que su película había hecho más por ganar la guerra que seis divisiones juntas) y hasta Goebbles, el ministro de propaganda alemán ("la industria del cine alemán debería copiar este film ejemplar de propaganda").

El éxito del film fue apoteósico. En taquilla, a ambos lados del Atlántico (en UK fue la más taquillera del año) y en los Oscar, con 6 estatuillas doradas, incluida mejor película y director, y actriz de reparto (Teresa Wright), y por supuesto, la razón principal del film, la extraordinaria actuación de Greer Garson, que como le predijo Mayer, se convirtió en la mayor estrella del cine mundial en ese mismo momento y durante unos años posteriores.

Iniciado por mad dog earle

Se te encontraba a faltar, Mizoguchi. Esta película que comentas la vi en su día de estreno, a mediados de los 70, en pleno auge de los films de catástrofes, naturales o humanas, demasiado humanas, como por ejemplo El coloso en llamas. La recuerdo muy vagamente, creo que destacaba sobre todo el papel de Richard Harris y el típico dilema de si corto el cable rojo o el azul, ¿no es así?

Sí . Aunque lo cierto es que yo, por causas diversas, casi no comento nada últimamente...

Iniciado por mad dog earle

Hablando de films con dimensión histórica, he visto por primera vez La señora Miniver (Mrs. Miniver), de William Wyler. La película abarca un breve período en la vida de una comunidad rural inglesa, desde poco antes del estallido de la guerra hasta el momento de los primeros bombardeos alemanes sobre territorio británico. La historia se centra en una familia acomodada (con su mansión, sus criados, etc.), los Miniver, y en especial en la madre, esa señora Miniver que da título a la película, interpretada de manera enormemente convincente por Greer Garson. El marido es Walter Pidgeon (en un papel un tanto anodino) y el hijo mayor es un estudiante de Oxford que se enrolará en las fuerzas aéreas al inicio de la contienda, Richard Ney, debutante en el cine (y que se acabó casando con Greer Garson… que tenía 12 años más). Ese jovenzuelo un tanto pedante e impertinente conoce a la nieta de la aristócrata de la población (de una de esas familias que se remontan a los tiempos de la Cruzadas), la encantadora Teresa Wright. Lo que parece un primer encuentro conflictivo no puede esconder la atracción mutua entre ambos que conllevará el inevitable romance.



La película arranca así como una comedia romántica en una comunidad que parece vivir “lejos del mundanal ruido” y que tiene como gran acontecimiento un concurso floral en el que la abuela aristócrata, Lady Beldon (excelente May Whitty), gana siempre dentro del apartado de rosas. Pero esta vez tendrá que enfrentarse a un rival de peso, el empleado del ferrocarril Mr. Ballard (Henry Travers, el ángel de la guardia de ¡Qué bello es vivir!), que ha creado una nueva variedad a la que bautiza como “Mrs.Miniver”.



Ese arranque amable, ligero, poco a poco va ensombreciéndose a medida que la guerra avanza, hasta llegar a la operación de rescate de los soldados acorralados en Dunkerque (en el que participará Mr.Miniver) y, en especial, los bombardeos, que sufrirán directamente los Miniver (dejando la casa medio en ruinas). Hay varios momentos de gran tensión: cuando Mrs.Miniver ha de enfrentarse a un piloto alemán herido; las bombas que caen sobre la casa de la familia mientras se mantienen precariamente a salvo en un minúsculo refugio;



o el episodio trágico final, que sorprende por quien es la víctima, también narrado con brillantez y gran economía de medios. Al final, con toda la doliente comunidad reunida en una iglesia también medio en ruinas, el párroco (Henry Wilcoxon) lanza desde el púlpito un encendido mensaje para animar la moral de la población e incitar al combate, tan dirigido a los miembros del pueblo como sin duda a las plateas norteamericanas (a las que había que animar al intervencionismo) y, por extensión, del mundo occidental. Discurso vibrante que al parecer redactó en buena medida el mismo actor junto al director, de manera que se conoce como “The Wilcoxon Speech” y fue posteriormente distribuido por separado (según imdb: “The speech proved to be integral to the film's success, and was distributed across America and Europe in order to boost wartime morale amongst soldiers and civilians alike”).



O sea, Wyler y Hollywood (en este caso la MGM) realizaron con este film su particular contribución al esfuerzo de guerra (no fue la única, por supuesto), combinando calidad con propaganda (el film, por cierto, acaba con un rótulo que invita a los espectadores a comprar bonos de guerra). Años después, se realizó una secuela, La historia de los Miniver, con buena parte del reparto original (Garson, Pidgeon y Wilcoxon).

Esta es una película que debería volver a ver (ya le he dedicado un par de entradas a Greer Garson, una gran dama del cine hoy completamente olvidada por las nuevas generaciones de "cinéfilos") pero reconozco que no la tengo entre las grandes obras de su director.

Hay que ver esta película y luego LOS MEJORES AÑOS DE NUESTRA VIDA (una de las grandes obras maestras del cine norteamericano) para ver la diferencia que supuso al director el ver la guerra desde uno y otro lado de la trinchera.

Por cierto que William Wyler es otro de esos grandes realizadores sobre los que habría que hacer una revisión a fondo de su filmografía (aunque muchos de sus primeros títulos son de difícil acceso).

Iniciado por mad dog earle

Esta semana nos toca ya Lunas de hiel, pero por supuesto puedes comentar cualquiera de los films anteriores.

¿Querrás decir la semana que viene, no?

A este paso no voy a dar abasto con tanta película.

Iniciado por Jane Olsen

Sí . Aunque lo cierto es que yo, por causas diversas, casi no comento nada últimamente...

Pues se te echa de menos, querida amiga. Tus comentarios siempre son bienvenidos.

Yo espero comentar esta semana la (posiblemente) última entrega de la revisión de la filmografía de Nicholas Ray, salvo que me decida por darle una oportunidad a RELÁMPAGO SOBRE AGUA.

También podría hacer un anexo sobre las películas que Ray completó, como THE RACKET (1951) de John Cromwell, UNA AVENTURERA EN MACAO (1952) de Josef von Sternberg, ANDROCLES Y EL LEÓN (1952) de Chester Erskine o AMOR A REACCIÓN (1957) del citado Sternberg.

Claro que no tengo copias de todas ellas.

Iniciado por mad dog earle

Hablando de films con dimensión histórica, he visto por primera vez La señora Miniver (Mrs. Miniver), de William Wyler. La película abarca un breve período en la vida de una comunidad rural inglesa, desde poco antes del estallido de la guerra hasta el momento de los primeros bombardeos alemanes sobre territorio británico. La historia se centra en una familia acomodada (con su mansión, sus criados, etc.), los Miniver, y en especial en la madre, esa señora Miniver que da título a la película, interpretada de manera enormemente convincente por Greer Garson. El marido es Walter Pidgeon (en un papel un tanto anodino) y el hijo mayor es un estudiante de Oxford que se enrolará en las fuerzas aéreas al inicio de la contienda, Richard Ney, debutante en el cine (y que se acabó casando con Greer Garson… que tenía 12 años más). Ese jovenzuelo un tanto pedante e impertinente conoce a la nieta de la aristócrata de la población (de una de esas familias que se remontan a los tiempos de la Cruzadas), la encantadora Teresa Wright. Lo que parece un primer encuentro conflictivo no puede esconder la atracción mutua entre ambos que conllevará el inevitable romance.



La película arranca así como una comedia romántica en una comunidad que parece vivir “lejos del mundanal ruido” y que tiene como gran acontecimiento un concurso floral en el que la abuela aristócrata, Lady Beldon (excelente May Whitty), gana siempre dentro del apartado de rosas. Pero esta vez tendrá que enfrentarse a un rival de peso, el empleado del ferrocarril Mr. Ballard (Henry Travers, el ángel de la guardia de ¡Qué bello es vivir!), que ha creado una nueva variedad a la que bautiza como “Mrs.Miniver”.



Ese arranque amable, ligero, poco a poco va ensombreciéndose a medida que la guerra avanza, hasta llegar a la operación de rescate de los soldados acorralados en Dunkerque (en el que participará Mr.Miniver) y, en especial, los bombardeos, que sufrirán directamente los Miniver (dejando la casa medio en ruinas). Hay varios momentos de gran tensión: cuando Mrs.Miniver ha de enfrentarse a un piloto alemán herido; las bombas que caen sobre la casa de la familia mientras se mantienen precariamente a salvo en un minúsculo refugio;



o el episodio trágico final, que sorprende por quien es la víctima, también narrado con brillantez y gran economía de medios. Al final, con toda la doliente comunidad reunida en una iglesia también medio en ruinas, el párroco (Henry Wilcoxon) lanza desde el púlpito un encendido mensaje para animar la moral de la población e incitar al combate, tan dirigido a los miembros del pueblo como sin duda a las plateas norteamericanas (a las que había que animar al intervencionismo) y, por extensión, del mundo occidental. Discurso vibrante que al parecer redactó en buena medida el mismo actor junto al director, de manera que se conoce como “The Wilcoxon Speech” y fue posteriormente distribuido por separado (según imdb: “The speech proved to be integral to the film's success, and was distributed across America and Europe in order to boost wartime morale amongst soldiers and civilians alike”).



O sea, Wyler y Hollywood (en este caso la MGM) realizaron con este film su particular contribución al esfuerzo de guerra (no fue la única, por supuesto), combinando calidad con propaganda (el film, por cierto, acaba con un rótulo que invita a los espectadores a comprar bonos de guerra). Años después, se realizó una secuela, La historia de los Miniver, con buena parte del reparto original (Garson, Pidgeon y Wilcoxon).

Un pequeño apunte, el papel protagonista se le ofreció a Norma Shearer (la viuda de Irving Thalberg) pero lo rechazó porque no quería interpretar a una madre... (a sus 40 años... ), da igual, le dió la oportunidad (y el oscar) a Greer Garson, una actriz mucho mejor que ella, creo que está perfecta en este papel... ahora que recuerdo, siempre la he visto perfecta en cualquier papel... .

La historia de los Miniver, es un filme mucho menor, nada que ver con esta obra maestra de Wyler, pero agradable de ver.

Por cierto Mad dog earle: ¿lo has visto en dvd o en bluray?... yo la tengo en dvd, no la he recomprado en bluray, mas que nada, porque siempre la veía muy cara... no sé que ocurre con este título que nunca baja como los demás... Bueno, y si merece la pena recomprarla... ¿mejora en imagen al dvd?.

SALVAJE (1953)

El film de Laslo Benedek es recordado por ser un film icónico y detonante del sexsimbolismo de Marlon Brando, o como a mi me gusta llamarle:



Pues será eso y poco más, porque el film me parece muy flojo y nada que envidiar a los de la factoría Corman (pero los malos), la subnormalidad que emanan los actores o aficionados (tengo mis dudas que los moteros sean actores a parte de Marvin y Brando) es de campeonato, el comportamiento de los moteros no es para nada de chicos duros, sino chicos cortos, tenía la sensación de estar viendo un film de pandillas para prescolares, es todo tan masticado y tan plano, el film lo salva Brando en algunas escenas suyas y Mary Murphy en todas las que aparece (SI, me he vuelto a enamorar!!!), incluso Lee Marvin me molesta en el film. Sin ser, quizá comparables en temática, sólo por tratarse de dramas o melodramas sureños, cuando vi "Jauría humana" con Brando también, uno tiene la sensación que está viendo un film adulto, viendo "Salvaje", como ya he dicho y repito, tengo la sensación que es para niños de P5 (existe eso aún?).

Para no seguir rajando me paro aquí, y sólo rematar que sigue mi maldición contra las películas moteras, ya sea "Easy Rider", "the Wild angels" y ahora "Salvaje", y por miedo no me atrevo con la de Romero "Los caballeros de la moto" ni con la serie "Sons of Anarchy", que incluso con su super cache me puede mi maldición. Entonces, para mi, film no recomendable, el cual no entiendo sus valoraciones positivas, y no me vengan con la jerga que es un film icónico, que Si, quizá lo sea, pero flojo también lo es un rato. Está claro que no todo el cine clásico es bueno, es más creo que a veces por ser clásico se es demasiado comprensivo y blando, y no se le da la caña que se merece, o que alguien me argumente porque sería un film bueno (ya no digo obra maestra, ya que esto me parecería casi grotesco )....Esta claro que no me ha gustado no? , hasta estoy pensando en vender el BD, porque dudo que la vea otra vez, porque no creo que hagamos un ciclo de Benedek no?, después de esta y "Namu, la ballena salvaje" ya he tenido suficiente de Laslo B.

Tampoco es una película de la que tenga un gran recuerdo, la verdad. No como...

A mi tampoco me gustó "Salvaje" cuando la vi... creo que está algo mitificada, pero vamos que no la tengo en mi colección, eso ya dice algo...

Evidentemente, no todas las películas clásicas son buenas, y esta es una de ellas.

Iniciado por Alcaudón

Tampoco es una película de la que tenga un gran recuerdo, la verdad. No como...

Yo creo que está un poco mitificada, al igual un poco que Rebelde sin causa, por la época en que salió y por el tipo de temática que trata, pero hoy es complicado verla con los ojos de entonces. Y a mí que Marlon Brando (o Melón Blando, a gusto del consumidor), nunca me ha gustado, ni como actor ni como hombre ... Sólo hay una película donde realmente me gusta como ambas cosas, y ¡oh, sorpresa! es de falditas, pero de falditas tan largas que casi son togas...

LAS PELÍCULAS DE MI VIDA...

VERTIGO (1958, DE ENTRE LOS MUERTOS) de Alfred Hitchcock.



Estudio: Alfred J. Hitchcock Productions, Inc. / Paramount Pictures Corp.

Productor: Herbert Coleman.

Guión: Alec Coppel y Samuel Taylor, basado en la novela “… d’entre les morts” de Pierre Boileau y Thomas Narcejac (París, 1954).

Dirección artística: Hal Pereira y Henry Bumstead.

Fotografía: Robert Burks (en VistaVision y Technicolor)

Asesor de color: Richard Mueller.

Música: Bernard Herrmann.

Reparto: James Stewart (John “Scottie” Ferguson), Kim Novak (Madeleine Elster/Judy Barton), Barbara Bel Geddes (Midge Wood), Tom Helmore (Gavin Elster).

Duración: 128 minutos.

Inicio de rodaje: 30 de septiembre de 1957.

Estreno: 9 de mayo de 1958.

Lo cierto es que es extremadamente difícil decir algo novedoso sobre películas como la vista la noche pasada, consideradas con toda justicia como una de las mejores (algunos dicen que la mejor) de toda la historia del cine. Gente más docta que yo ha escrito libros o artículos en revistas especializadas que hacen palidecer de enviada a alguien tan modesto como yo (). Pero, como siempre digo, ahí vamos…

Lo primero me gustaría mencionar que VERTIGO (usaré el título original para abreviar) es una película que yo siempre he asociado a otra de las obras del orondo director británico por la que siempre he tenido una especial devoción como es MARNIE (1964, MARNIE, LA LADRONA).



Ambas comparten el hecho de que la actriz que finalmente fue seleccionada para encarnar a la protagonista no fue la originalmente prevista por el director (Kim Novak en lugar de Vera Miles en VERTIGO, Tippi Hedren en lugar de Grace Kelly en MARNIE).

En ambas igualmente el pasado de los personajes (ya sea real o no) tiene una importancia capital en el desarrollo y en el desenlace de la película.

Y en las dos los personajes protagónicos masculinos están obsesionados (de una manera enfermiza, diría yo (bueno, en realidad, lo decía el propio Hitchcock)) por las mujeres que conocen (o ansían conocer).

También en ambas encontramos con toda seguridad los finales más amargos que se pueden encontrar en toda la obra de su director.





[MARNIE además sería (inesperadamente) el canto de cisne de alguno de los profesionales más determinantes en la carrera del británico. Tanto el director de fotografía Robert Burks, como el montador George Tomasini o el compositor Bernard Herrmann, firmarían con ésta sus últimos trabajos con Hitchcock].

Pensamientos a vuelapluma.

Viendo una y otra vez la película lo cierto es que se me hace imaginar a una actriz tan delicada (atractiva pero no sensual) como Vera Miles (que venía de protagonizar la anterior cinta del director, la espléndida THE WRONG MAN (1956, FALSO CULPABLE)) en el personaje que finalmente encarnaría Kim Novak.





Una Kim Novak que ya es tiempo de reconocer hizo un trabajo espléndido. Y más teniendo en cuenta la (inicial) hostilidad del director hacia ella.

Aquí Novak demuestra que no sólo era una mujer muy hermosa (y sensual) sino que también podía ser una más que notable actriz.

[Una anécdota al respecto. Recuerdo que cuando vi la película por primera vez no me di cuenta de que la actriz hacía los dos papeles, el de Madeleine y el de Judy. ¡Pensaba que eran actrices distintas! Y, no, no era tan joven como podáis pensar].



Cierto es que la actriz acabó protagonizando la película en uno de esos intercambios de cromos tan habituales entre las productoras. En este caso la Columbia la cedió a la Paramount a cambio de que ésta, a su vez, prestara a James Stewart para la película que harían a continuación de ésta (BELL, BOOK AND CANDLE (1958, ME ENAMORÉ DE UNA BRUJA) de Richard Quine – próxima reseña al caer - ).

Nunca estuvo tan bella ni tan bien vestida como en esta película Kim Novak. El vestuario que Edith Head (supervisado estrechamente por Hitchcock) diseñó para la actriz es absolutamente determinante para las decisiones estéticas y de puesta en escena del director. Y no deja de ser curioso que el famoso traje gris (que tanto detestaba la actriz) volvería a aparecer en la repetidamente mencionada MARNIE.





Y, no, no me olvido de James Stewart.

Cierto que al inicio del rodaje el tenía 49 años y ella sólo 24 pero lo cierto es que la química que se dio entre ellos (como podemos volver a apreciar en ME ENAMORÉ DE UNA BRUJA) es abrumadora.



En una carrera plagada de grandes papeles y habiendo establecido estrechas colaboraciones con directores del calibre de Frank Capra o Anthony Mann, sería en sus trabajos con Hitchcock donde el actor acabaría por alcanzar sus mayores cotas de brillantez. Y entre todos los papeles que interpretó para el británico sin duda el de “Scottie” fue el más complejo de todos. De hecho, el trabajo de Stewart es tan asombroso que sólo encuentro parangón en el Ethan Edwards encarnado por John Wayne en la excelsa (otra de las películas que caerá en esta sección…) THE SEARCHERS (1956, CENTAUROS DEL DESIERTO) de John (quién si no) Ford.

Y no me gustaría olvidar el trabajo de la excelente (y represaliada) Barbara Bel Geddes como la amiga/confidente/enamorada del protagonista. Un personaje que la actriz saca adelante con notable talento y más teniendo como competidora a la bellísima Kim Novak.



Antes de que el comentario se me vaya de las manos y dado que mañana tengo que madrugar (tengo una extracción de sangre a primera hora…) me gustaría comentar un par de cosas más.

Si antes he citado de pasada los nombres de Burks/Herrmann/Tomasini, me gustaría hablar aunque sea sucintamente al menos de los dos primeros.

El trabajo del operador Robert Burks es absolutamente capital a la hora de crear una ambientación que mezcla (aparentemente) la fantasía y la realidad de manera ejemplar. El uso de la luz y de los filtros en las escenas en las que “Scottie” sigue a la protagonista, así como las elecciones cromáticas (de nuevo estrechamente vigiladas por Hitchcock) tanto del vestuario de la protagonista como de los escenarios donde transcurre la acción es determinante para dotar a la película de una pátina de melancolía de la que es difícil desprenderse.

[Por cierto, un ejemplo perfecto de lo que es la profundidad de campo y perfectamente conseguido:

]

Una melancolía a la que la excelsa música compuesta por Bernard Herrmann lleva a las más altas cumbres expresivas. Es imposible disociar las imágenes elaboradas por Hitchcock de la bellísima música de Herrmann (en mi modesta opinión, la más hermosa de todas las bandas sonoras que he tenido el privilegio de escuchar a lo largo de mi (ya) larga vida). Una música que volvería sonar igual de bella en MARNIE, otra de las composiciones más mágicas del autor.

Un fragmento vale más que mil palabras:



Y no puedo finalizar sin alabar sin ambages la extraordinaria secuencia inicial con los títulos de crédito de Saul Bass (quien ya había despuntado antes en sus trabajos para Otto Preminger).



[Por cierto, no he podido determinar todavía a quién pertenece el rostro de la muchacha que aparece. Y, no, no es Kim Novak…]

Reconozco que no ha sido un comentario muy ortodoxo sobre la película pero es lo que tienen las improvisaciones.

VERTIGO es la historia de un doble fracaso.

De un lado, el de "Scottie" porque no sólo conoce a la mujer soñada y la pierde sino que encuentra igualmente a la mujer ideal y la vuelve a perder.

De otro lado, Judy/Madeleine, las dos caras de la misma mujer. Una mujer real que fracasa al tratar de ganar el cariño de su amado por sus propios medios y debe plegarse a las exigencias del otro.

Dos personas solitarias (como lo es la Midge encarnada por Geddes) que podrían haber sido felices juntas pero a las que el pasado les impide serlo.

Sólo decir que no sé si VERTIGO es la (super)obra maestra de Alfred Hitchcock (creo que me acabo de inventar el vocablo) pero sin duda es una de las películas más hermosas (y terribles) que nos ha legado el 7º Arte.

Feliz noche y dulces sueños.