Tema: Las últimas pelis que has visto en casa

Iniciado por Campanilla

Para resumir, te pongo el enlace a lo que escribí en su día : https://www.mundodvd.com/camino-de-j...6/#post2843587...

Tendría que volverla a ver para entrar a discutir los detalles, pero creo que la clave está en tu valoración general:

Esperaba algo mejor y me encuentro con una historia que pasa de la seriedad al drama sin ton ni son, de la realidad a la fantasia... En principio esto sería algo muy positivo, pero el modo de plasmarlo el director es bastante desangelado.

Esa mezcla de realidad y fantasía, por lo que llevo visto hasta ahora bastante característica de Fesser, puede desubicar algo al espectador. La cuestión es si realmente eso está hecho "sin ton ni son" o, en cambio, de manera coherente. A mí me dejó mejores sensaciones que a ti, me pareció, al igual que Marcelino pan y vino, un cuento triste, con una vertiente que cae hacia el terreno de lo terrorrífico. Creo que la revisaré un día de estos.

Abundando en los conflictos que una fe extrema comporta, comenté aquí hace un tiempo una notable película alemana: Camino de la cruz, que recomiendo y que da para un doblete con Camino. Y es que, para lo bueno y para lo malo, el catolicismo es tremendamente cinematográfico, con su pompa y su rito cargado de elementos fantásticos y, a menudo, terribles, de sacrificio y muerte.

REVISANDO CLÁSICOS: EL WESTERN: LA TRILOGÍA DE LA CABALLERÍA DE JOHN FORD (I)

FORT APACHE (1948, FORT APACHE)

Argosy Pictures Corp./RKO Radio Pictures, Inc.



Primera película de la llamada "Trilogía de la Caballería" del maestro Ford basada en cuentos del escritor James Warner Bellah, aparecidos en la revista The Saturday Evening Post.

Segunda producción de la compañía independiente Argosy de John Ford y Merian C. Cooper (co-autor de la inmortal KING KONG (1933)), después del traspiés de su primera producción, la aburridísima (y una de las favoritas de su autor) THE FUGITIVE (1947, EL FUGITIVO).

Adaptación muy libre del relato "Masacre" (recientemente editada en el libro colectivo UN TRONAR DE TAMBORES Y OTRAS HISTORIAS DE LA CABALLERÍA AMERICANA, Valdermar, Frontera, 2012) del racista y reaccionario Bellah por parte del antiguo crítico y progresista Frank S. Nugent, en su primer guión para el cine (autor de los libretos de algunas de las mayores obras maestras del genio irlandés como SHE WORE A YELLOW RIBBON (1949, LA LEGIÓN INVENCIBLE), WAGON MASTER (1950), THE QUIET MAN (1952, EL HOMBRE TRANQUILO), THE SEARCHERS (1956, CENTAUROS DEL DESIERTO), THE RISING OF THE MOON (1957), THE LAST HURRAH (1958, EL ÚLTIMO HURRA) o TWO RODE TOGETHER (1961, DOS CABALGAN JUNTOS)).

El trabajo de Nugent, mano a mano con Ford (que no era precisamente un hombre de izquierdas, aunque apoyó a la República durante la Guerra Civil Española y siempre estuvo en contra de la Caza de Brujas), altera de raíz el tono del relato, marcadamente racista, hacia una visión de los indios mucho más humana y donde se pone claramente en entredicho la política del Gran Padre Blanco respecto de las tribus indias. En mi modesta opinión, es la película de John Ford más claramente pro-india (si obviamos por lo tardía CHEYENNE AUTUMN (1964, EL GRAN COMBATE, estúpido título donde lo haya), nacida en otras circunstancias y con otros planteamientos). El famoso autor Dee Brown (ENTERRAD MI CORAZÓN EN WOUNDED KNEE) mandó una carta de felicitación a Nugent por su sensible retrato de los indios, cosa muy rara en aquella época (aunque ya había antecedentes como THEY DIED WITH THEIR BOOTS ON (1941, MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS) de Raoul Walsh o BUFFALO BILL (1944, AVENTURAS DE BUFFALO BILL) de William A. Wellman, que tratan del problema indio con sensibilidad, probablemente debido a la mano del liberal Aeneas MacKenzie que participó en ambos libretos).

Lo más curioso es que John Ford contaría con el intolerante Bellah para la elaboración de los guiones de SERGEANT RUTLEDGE (1960, EL SARGENTO NEGRO) y THE MAN WHO SHOT LIBERTY VALANCE (1962, EL HOMBRE QUE MATÓ A LIBERTY VALANCE), donde se da una visión de los negros contrapuesta en una y otra película: héroe en la primera y mero criado de John Wayne en la segunda (mismo actor, Woody Stroode).

Con un reparto encabezado por John Wayne, Henry Fonda, Shirley Temple y Pedro Armendariz, y lo habituales secundarios de la compañía de Ford (Ward Bond, Victor McLaglen, Anna Lee, etc.), cuenta de forma indirecta la historia del general Custer y la batalla de Little Big Horn contra los sioux y cheyennes cambiándola por la historia del ambicioso/clasista/intolerante/racista teniente coronel Owen Thursday interpretado magistralmente por Fonda (en su penúltima colaboración con Ford: en la última, MISTER ROBERTS (1955, ESCALA EN HAWAI), acabarían a hostias), secundado por un emergente John Wayne (que previamente había rodado la magistral RED RIVER (1948, RÍO ROJO), cuyo estreno se demoró en demasía y que le consagraría como una de las mayores estrellas de Hollywood) contra los apaches liderados por el gran Cochise (ver la magistral BROKEN ARROW (1950, FLECHA ROTA) de Delmer Daves, la primera película vista desde el punto de vista de los pobladores originales del continente).

En este caso, al menos, un clásico imprescindible y afortunadamente fácil de visionar. Para mí, una de las grandes obras del temperamental John Ford, con un soberbio guión (todos los personajes están perfectamente construídos), una excelente fotografía en b/n de Archie Sout y una bella partitura de Richard Hageman. Y un reparto de lo mejorcito de la época, donde los personajes "secundarios" tienen tantas escenas o más que los principales, y donde el humor y el drama se compaginan de forma maestra en el mismo plano. Ahí, Ford era un genio, uno de los más grandes (Ya sabéis lo que decía Orson Welles sobre sus tres directores favoritos: John Ford, John Ford y John Ford).

En cuanto a la edición parto del BD editado por Vértice en 2013, que a su vez partía de la edición en DVD de la añorada Versus en 2009. Soberbias copias, con un buen bagaje de extras. Lástima que no les diera tiempo a editar LA LEGIÓN INVENCIBLE o WAGON MASTER en BD.

Obra maestra del cine a ver inexcusablemente y paladear.

Lástima del sosaina de John Agar, a la sazón marido de Shirley Temple.



Impecable comentario, Alcaudón, pero respecto a la edición, vale la pena decir que la edición de Vértice es BD-R según se cuenta en el foro de ediciones en BD.

Pues sigue siendo una copia impecable, amigo earle. Y la edición de Versus en DVD era maravillosa, como todos los clásicos que editó.

Payasos asesinos del espacio exterior..................Stephen Chiodo.

Ayer revise este clasico de serie B ochentero,donde unos alienigenas que son payasos llegan con su nave,una carpa de circo como no,llegan a La Tierra y empiezan a asesinar a todos los que se encuentran a su paso.
Como bien un producto de serie B con sus grandes limitaciones,pero bastante divertida e hilarante por momentos donde esta claro que no se toma en serio asi misma como suele ser en esta clase de productos.Lo mejor las ocurrencias de los payasos y las formas que tienen de matar, a la cual te saca algunas sonrisas,tambien su duracion hace que no sea pesada de ver y pasar un rato entretenido.

Disfrutable y divertida para sobre todo los que les guste ver estos clasicos ochenteros de serie B.
Dirigida por uno de los hermanos Chiodo,donde tambien vemos a los demas hermanos en otras labores de la pelicula y recordados sobre todo por ser los creadores de aquellas criaturas tambien del terror ochentero que son Los Critters.

Me encanta el argumento, delicado y poético...

Para mi "Payasos asesinos del espacio exterior" es Obra Maestra
Divertidísima, surreal y hasta inquietante en varias escenas. Eso si, solo apta para fans de la locura psicotrónica.

YO, ÉL Y RAQUEL.

Fresca y desgarradora pero sobre todo tragicómica. Es un film con altos contrastes, sobre el miedo a la vida y la aceptación de la muerte como algo natural.

La historia se centra en Greg, un joven en su último año de instituto que intenta mantener las apariencias de fraternizar con todos sus compañeros para así no tener que intimar con ninguno de ellos. Todo va bien hasta que se entera que una compañera suya sufre leucemia. La madre del protagonista le obliga a pasar tiempo con ella para entretenerla a pesar de que no se conocen. Greg no tiene metas en la vida, tiene una visión muy limitada de sí mismo y dedica su tiempo libre a crear películas parodia de estilo amateur con su único amigo Earl. El film explora las dificultades de Greg frente a las expectativas de los demás.

El largometraje cuenta con un trabajo de cámara y compositivo asombrosamente fluido y original para una historia tan simple y cruda. La narración es bastante ladina, mezclando momentos emocionales con salidas de tono hilarantes.

Preparando un próximo REVISANDO CLÁSICOS...

O también...

Y, aunque no venga a cuento y si se entera mi novia me mata (), una actriz que me ha dejado una profunda impresión en su visionado este fin de semana: la hermana mayor de NUESTRA HERMANA PEQUEÑA (2015), Haruka Ayase.





P.D. Todos estos post vienen a cuento de que ¡por fin! he aprendido a meter imágenes en los comentarios... Así que a partir de ahora, preparénse para la avalancha de material que se avecina...

Vista Ricardo III, de 1955, poderosa adaptación del drama shakespeariano producida, dirigida, e interpretada por Laurence Olivier, que en esta ocasión parece estar en su salsa como pocas veces antes o después. Rodeado de un espléndido reparto de actores británicos (John Gielgud, Ralph Richardson, Cedric Hardwicke, Claire Bloom), Olivier da todo un recital encarnando al malvado rey deforme (con frecuentes recitados mirando directamente a cámara que buscan la complicidad del espectador). Filmada en estudio, con unos decorados que no pretenden disimular cierta teatralidad, sólo se airea durante el final, en la famosa batalla de Bosworth Field, donde el rey pronuncia el inmortal “A horse! A horse! My kingdom for a horse!”. En la vigilia de la batalla, cuando Richard es asaltado por los fantasmas de sus víctimas, se pronuncia el famoso “Tomorrow in the battle think on me” que le sirvió a Javier Marías para titular una de sus novelas.

A pesar de ese inequívoco sabor teatral, Olivier filma con profusión de movimientos de cámara, largos planos secuencia (por ejemplo, el famoso monólogo del “Now is the winter of our discontent”) y especiales angulaciones, con un tratamiento expresionista de la tenebrosa sombra de Richard y un brillante uso del color (la fotografía está firmada por un veterano, Otto Heller). Como en toda buena tragedia shakesperiana hay de todo: traiciones, mentiras, luchas por el poder, asesinatos sin freno (como bien se sabe, Richard provoca la ejecución de su hermano o el frío asesinato de sus sobrinos), o el acoso de Lady Anne, que será su mujer, viuda de una de sus víctimas, y a la que asalta lascivamente junto al féretro de su esposo muerto. A destacar, el maquillaje de Olivier, en especial esa nariz cyraniana, comparable a la que usaba Orson Welles en El enigma de Manderson.



En la batalla final aparece el conde de Richmond, interpretado por Stanley Baker, el rival de Richard. Como apunte histórico, vale pena decir que Richmond, como resultado de la victoria, será coronado como Enrique VII, primer rey de la dinastía Tudor, y padre de Enrique VIII. Curiosamente, es un actor galés, Baker, el que aparece rodeado de los emblemas del príncipe de Gales (detalle que conecta con lo que decíamos el otro día sobre las diferencias lingüísticas y nacionales dentro del Reino Unido).

Con Camino ha sido de las pocas ocasiones en que tras su visionado, he acabado enfadado. Ni me gusta la forma de abordar la historia, ni el tono, ni algunas de las actuaciones.
En este sentido, y pese a que admito los elementos "negativos" que muchos achacan a Mar adentro, sin embargo, el conjunto de las interpretaciones, casi todas magníficas, me inclinan por la de Amenábar absolutamente. La parte del drama personal del prota, y su entorno, por extensión, me atrapan enormemente.
Con la de Camino, voy de enfado en enfado.

Y de Shakespeare y Olivier a Carlos Arniches y Buñuel. Revisada gozosamente Don Quintín el amargao, adaptación buñueliana en tierras mexicanas del sainete de Arniches, que ya había merecido la atención del director de Calanda durante el breve período de funcionamiento de su productora Filmófono en la época de la II República (Don Quintin el amargao, de Luis Marquina), o sea que no se trataba de una película meramente alimenticia sino que más bien respondía a un modelo de cine popular que Buñuel ya quiso producir en los años 30 en España.

Aquí, como es natural, se traslada con habilidad el ambiente madrileño y castellano a México, con sus personajes populares y sus giros idiomáticos, con guion del matrimonio Alcoriza. Excelentemente interpretada por Fernando Soler como Don Quintín,



la historia nos cuenta, con tono folletinesco, la amargura que arrastra el protagonista debido a la relación adúltera de su mujer con un amigo, que le llevó a renunciar a la hija que cree del otro. Veinte años después de que descubra el engaño (distancia temporal vencida mediante una elipsis extraordinaria, de las más brillantes que he visto nunca en el cine), Don Quintín intenta recuperar a su hija, convencido finalmente que es suya. Pero esta, que ha pasado esos años en casa de una humilde familia campesina, de padre alcohólico y violento, se ha fugado con su novio. Diversas peripecias, trufadas de momentos humorísticos muy bien resueltos (con una pareja cómica que funciona perfectamente, Fernando Soto y Nacho Contla), incluidos varios números musicales, nos llevan a un final catártico en que las confusiones se deshacen y los vínculos familiares se rehacen.

Para mi gusto personal, las películas rodadas por Buñuel en México son las mejores. No me gusta nada la etapa francesa, salvo DIARIO DE UNA CAMARERA y LA VÍA LÁCTEA. Me parecen películas huecas, faltaS de auténtico genio. E incluso, alguna, bastante aburrida.

CARTA DE UNA DESCONOCIDA.

Cautivadora, sentimental y expresiva. Es el melodrama cinemático por excelencia. Una historia de amor platónica sin correspondencia.

En la Viena de 1900, Brand, un músico de bastante reputación recibe una carta de una mujer que aparentemente no conoce. Esa mujer es Lisa, una joven que pierde la cabeza por él desde que se cruza en su vida. Se acaba de instalar en su mismo edificio como su nuevo vecino. Ella le admira, le sigue a todas partes y se interesa por conocerle al detalle a sus espaldas. Se cruzan fugzamente un par de veces, pero el desenfrenado estilo de vida de Brand no facilitará la relación de ambos. La ingenuidad de ella acabará por distanciar a ambos, y él se olvidará que tuvieron un romance.

Actitudes exageradas, hilos musicales clásicos y una preciosa fotografía componen esta obra clave de Max Ophüls. Los personajes son la esencia de este melodrama, y aunque esencialmente no son compatibles algunas acciones resultan inexplicables e irritantes.

Iniciado por mad dog earle

Lástima del sosaina de John Agar, a la sazón marido de Shirley Temple.



Impecable comentario, Alcaudón, pero respecto a la edición, vale la pena decir que la edición de Vértice es BD-R según se cuenta en el foro de ediciones en BD.

Muy interesante como siempre tus comentarios, amigo Maddog, que por cierto esa foto me ha recordado a esta otra de los Marx



Será una foto propia de la época, pero no sé, me ha resultado curiosa la similitud.

Por cierto, qué pena que genios como Ford o Kubrick tuvieran un carácter tan agrio. Por lo visto, a Ford no le gustaba hablar de cine ni que le preguntaran por nada de sus películas. Los entrevistadores tendrían que andarse con un tacto de cuidado

Iniciado por jack napier

...Por cierto, qué pena que genios como Ford o Kubrick tuvieran un carácter tan agrio. Por lo visto, a Ford no le gustaba hablar de cine ni que le preguntaran por nada de sus películas. Los entrevistadores tendrían que andarse con un tacto de cuidado

Esa es una imagen que Ford gustó de ofrecer. Aun así, tenemos el célebre libro-entrevista de Peter Bogdanovich, y su film Directed by John Ford.

El caso de Kubrick es distinto. Más que tener un carácter agrio, era alguien muy reservado y enigmático en su manera de trabajar, y poco amante (y eso lo comprendo perfectamente) de entrar a explicitar el significado de sus películas. Según la gente que lo trató a menudo (por ejemplo, se puede acudir al libro de Michel Ciment), era una persona afable y buen conversador, pero muy suyo, eso sí. En ese libro se incluyen varias entrevistas, y los comentarios de Kubrick son muy interesantes, alejados de las típicas "pajas mentales" a que nos tienen habituados algunos críticos.

Iniciado por muchogris

CARTA DE UNA DESCONOCIDA.

Cautivadora, sentimental y expresiva. Es el melodrama cinemático por excelencia. Una historia de amor platónica sin correspondencia.

En la Viena de 1900, Brand, un músico de bastante reputación recibe una carta de una mujer que aparentemente no conoce. Esa mujer es Lisa, una joven que pierde la cabeza por él desde que se cruza en su vida. Se acaba de instalar en su mismo edificio como su nuevo vecino. Ella le admira, le sigue a todas partes y se interesa por conocerle al detalle a sus espaldas. Se cruzan fugzamente un par de veces, pero el desenfrenado estilo de vida de Brand no facilitará la relación de ambos. La ingenuidad de ella acabará por distanciar a ambos, y él se olvidará que tuvieron un romance.

Actitudes exageradas, hilos musicales clásicos y una preciosa fotografía componen esta obra clave de Max Ophüls. Los personajes son la esencia de este melodrama, y aunque esencialmente no son compatibles algunas acciones resultan inexplicables e irritantes.

Vale la pena apuntar que en la película de Ophüls hay un importante trabajo de adaptación, ya que en la novela de Stefan Zweig el protagonista es un escritor, no un músico, y el final es distinto. Atención al guionista: fue Howard Koch, otro blacklisted, y uno de los guionistas de Casablanca.

CARTA DE UNA DESCONOCIDA es uno de los melodramas más bellos de la historia del cine.

Vista El arquero del bosque de Sherwood, producción Hammer dirigida por Terence Fisher. Como sugiere su título en castellano (y también el original, Sword of Sherwood Forest) estamos ante un film de aventuras de Robin Hood y sus merry fellows. Al parecer, este film en cinemascope y color, fue el colofón a una serie televisiva en blanco y negro, Robin Hood, que se programó entre 1955 y 1960. En una y otra encarna Robin Hood un actor poco adecuado a mi modo de ver, Richard Greene, falto de encanto para un personaje de leyenda con tan ilustres precedentes actorales como son Douglas Fairbanks o Errol Flynn. El hecho de ser como una especie de extensión de la serie puede justificar que la narración no se detenga a explicar quiénes son esos proscritos, contra quién luchan ni por qué, y que además el final del film quede muy abierto, con Robin Hood y sus colegas continuando su vida en el bosque de Sherwood (ahora con la incorporación de Lady Marian, como esposa de Robin). Casi uno espera ver un “To Be Continued” en lugar del “The End”.

La película no se puede contar entre lo mejor de Fisher, tiene un ritmo algo mortecino en ocasiones y un guion con notables huecos. Aun así un buen uso del scope, la ambientación de algunos escenarios (en particular, el monasterio de monjas) o la presencia siempre eficaz de Peter Cushing como sheriff de Nottingham aseguran un agradable entretenimiento. A destacar la aparición de un joven Oliver Reed, doblado para la ocasión, con el gesto adusto y agresivo que le caracterizaría en el futuro.

Continuando con la leyenda de los Nibelungos, que comenté aquí en las versiones de Fritz Lang y de Harald Reinl, he visionado El tesoro de los Nibelungos, de Giacomo Gentilomo (el título original italiano es Sigfrido), por desgracia en esta infame edición, que ni es anamórfica ni incluye subtítulos y que además ofrece una calidad de imagen horrenda (de lo peorcito de mi videoteca).

En esta ocasión se recurre parcialmente a la versión wagneriana recogida en las dos últimas óperas de la tetralogía “Der Ring des Nibelungen”, “Siegfried” y “Götterdämmerung”, o sea se prescinde de la que suele ser segunda parte del ciclo (tanto en el poema medieval como en la tragedia romántica de Friedrich Hebbel y en las películas de Lang y Reinl: la venganza de Krimilda en la corte de Atila). El film finaliza tras la muerte de Sigfrido, asesinado por Hagen como venganza de la humillación sufrida por Brunilda (el film de Gentilomo modifica el personaje de Hagen para convertirlo en el malo de la función, artero traidor que mueve los hilos en beneficio propio para hacerse con el tesoro de los nibelungos, aunque el film le depara un final trágico, como castigo a su ambición).

La película arranca con Sieglinde entregando su hijo Sigfrido a Mime para que tenga cuidado de él. Años después el joven que no conoce el miedo forja su espada invencible y combate el dragón, obteniendo como premio el tesoro de los nibelungos, al que aspiran tanto Mime como Alberico, el rey de los enanos. El dragón, por cierto, es obra de Carlo Rambaldi en el que creo que es su primer trabajo en el cine.



Posteriormente, la narración se centra bastante en la primera parte del ciclo: la llegada de Sigfrido a Worms; la conquista por medio de engaños de Brunilda, reina de Islandia, para Gunther; la doble boda; la venganza de Brunilda, despechada y humillada; y la muerte de Sigfrido durante una partida de caza, todo ello profusamente bañado por una banda sonora construida a partir de temas de Wagner.

A pesar de unas interpretaciones discretas (en un reparto mixto, germano-italiano) y un guion poco afinado, se trata de un film de aventuras disfrutable, con cierto aire de péplum fantástico, en que destaca el tratamiento del color, a base de jugar con los filtros de colores y con los decorados (aunque insisto en que la edición no permite apreciarlo en toda su dimensión).

Desgraciadamente, la interpretación que el actor alemán Sebastian Fischer hace del personaje de Sigfrido es de lo más flojo de la función, a lo que no ayuda ciertos excesos en materia de vestuario.

Iniciado por mad dog earle

Desgraciadamente, la interpretación que el actor alemán Sebastian Fischer hace del personaje de Sigfrido es de lo más flojo de la función, a lo que no ayuda ciertos excesos en materia de vestuario.

Virgen Santa ¿qué es éso ..?

Me quedo con Paul Richter, aunque tampoco es que me haga demasiado feliz (por lo menos, enseña el trolorolo , aunque, según parece, no es el suyo ...sino el de Rudolph Klein-Rogge ).

De hecho, en la película de Gentilomo se "cita", en cierta forma, a Lang tanto en el episodio del dragón (aunque el de Rambaldi es algo más cutre que el del film de Lang), baño de sangre incluido,



como en el momento del asesinato de Sigfrido mientras bebe.

Ahora, el vestidito que luce el pobre Sebastian Fischer es digno de alguna coreografía enloquecida del Folies Bergère.

500 MILLAS (1969) de James Goldstone.

Nunca me ha atraído demasiado el mundo del automovilismo, ni como deporte, ni como tema en el cine -recuerdo mirar mucho el reloj con “Días de trueno” (1990)- pero el “Rush” de Ron Howard me resultó muy interesante, aún así me senté con reservas a comprobar esta película con Paul Newman y acabé, para mi sorpresa, descubriendo que… “pues me ha gustado”. Un buen film, tampoco más, pero no menos, aunque veo que tiene mala fama. Aquí Newman pretende ganar las 500 millas de Indianápolis, se casa con Joanne Woodward y entonces ocurre una muy tensa relación entre tres, ya que se añade Robert Wagner, un piloto rival. Me pareció un drama interesante, pero lo mejor es la realización, que imagino es veneno para críticos de pro, pues se fundamenta en mucho plano corto y primerísimo plano. Yo tampoco, en teoría, me gusta demasiado eso, pero en este caso, se produce un efecto inmediatez que me resultó atractivo, de noticiario y estilo televisivos (de ahí venía Goldstone) y, a su vez, muy acorde con un efecto velocidad y crispación, tanto para el drama de los personajes, como –naturalmente- las propias carreras y el mundo del motor. Recomendada … con reservas, visto a lo expuesto





EL BÁRBARO Y LA GEISHA (1958) de John Huston.

Interesante historia sobre el primer embajador americano aceptado en tierras del Japón, año 1856, con clásico amor frustrado incorporado. No es que el asunto tema demasiado jugo en pantalla y Huston no parece estar más implicado en el film que para ser meramente funcional su labor (tuvo muchísimo problemas con John Wayne –quien llegó a montar al final el film- y se nota en el trabajo de ambos), pero siempre tienen cierta gracia estas historias con conflictos, choques culturales, en este caso occidente (el embajador y su traductor) y las costumbres japonesas, que reconozco que me fascinan, pero sobre todo la actriz japonesa que hace de La Geisha (Eiko Ando) hermosa y fascinante (creo que me enamoré, al menos mientras veía la peli ) en, lamentablemente, su única película. Vamos, reconozco que puede ser Ando la que me haga decantar el film hacia el aprobado que al suspenso