Fin de semana variado:
Sansón y Dalila, de Cecil B. De Mille. No había visto nunca (o al menos no lo recordaba) este film bíblico de De Mille. Como otros films del director, hay una constante vocación de crear imágenes icónicas, auténticas estampitas de colores, con encuadres rellenos de personajes o de objetos, asfixiantes, barrocos, desbordantes. La trama, tan encartonada como los decorados, nos narra las aventuras del poderoso Sansón (interpretado por Victor Mature con muy poco acierto: ridículo es decir poco) y su lucha contra los filisteos. Vista la inanidad de Mature para dotar de relieve al personaje (se dice que estuvo a punto de acceder al papel Burt Lancaster, pero que hubo problemas, algunos dicen que políticos, para ello; ¡qué gran diferencia si Sansón hubiera sido el bueno de Burt!), hay que quedarse con el resto del reparto: una bellísima y entregada Hedy Lamarr como Dalila (seductora como nunca), un siempre solvente George Sanders, o la presencia de Angela Lansbury como la hermana mayor de Dalila (¡y eso que era bastantes años más joven!). También se cuenta con Henry Wilcoxon como Ahtur (lo recordamos como el Marco Antonio de la
Cleopatra de De Mille) u Olive Deering como Miriam (que también aparecía en
Los diez mandamientos). Hay las crueldades, torturas y humillaciones típicas de los films de De Mille y la grandiosidad (para la época, pero que aún resulta espectacular) de la destrucción del templo de Dagan. Y también una dulce banda sonora de Victor Young. Me quedo con esta anécdota que se cuenta en imdb:
“At the premiere, Cecil B. DeMille asked Groucho Marx what he thought of the film. Groucho replied, "Well, there's just one problem, C.B. No picture can hold my interest where the leading man's tits are bigger than the leading lady's." DeMille was not amused, by Marx's remark, but Victor Mature apparently was.”
Pasolini, de Abel Ferrara. No sé muy bien qué quiso hacer Ferrara con este film, confuso y falto de interés. Si de lo que se trataba era de mostrar la manera como se supone que murió Pasolini (Willem Dafoe), la película resulta tópica, innecesaria tal como está hecha. Si se quería ahondar algo más en el personaje, se queda cortísima. No ayuda la mezcla idiomática. El Pasolini de Dafoe pasa de hablar en inglés a hacerlo en italiano sin ninguna lógica ni sentido. ¿Hablaba Pasolini en inglés con su madre? En fin, patético. A destacar la presencia de uno de los actores habituales del cine de Pasolini, Ninetto Davoli, en una recreación de lo que parece es una película que se quedó solo en proyecto. Y espantosa la aparición de Maria de Medeiros como Laura Betti… no se parece en nada a la actriz italiana (que podemos recordar de
Novecento), va caracterizada como si fuera carnaval, y además habla en inglés con Pasolini y su familia. Un despropósito.
Embriagado de amor, de Paul Thomas Anderson. La verdad es que la primera vez que me planteé el visionado de este film, la presencia de Adam Sandler me echaba para atrás. Pero le di una oportunidad y me gustó. Ahora la he revisado y me ratifico en considerarla una sorprendente y meritoria comedia, que gira alrededor del personaje de Sandler, un empresario aparentemente algo corto y tímido, dominado por sus siete hermanas, pero que en el fondo va a salir adelante en su relación con el personaje de Emily Watson y a poner final al abuso y extorsión al que le somete un Philip Seymour Hoffman que dirige una línea telefónica “caliente” que en realidad es un canal para pescar incautos a los que someter a chantaje. Brillante en la dirección y visualmente atractiva.