Me gustó mucho la temática: casi como si fuese un cuento moderno de adopción, amor familiar, segundas oportunidades, redención, los valores sociales, el tiempo dedicado al trabajo, y los contrastes emocionales que pueden suponer un aparente milagro. Entiendo que pueda parecer muy melosa y superficial, pero me encanta la delicadeza con la que trata muchos temas sin ser redundante. Y empatizo mucho con el protagonista. Además de que técnicamente es una maravilla: los paisajes, la cinematografía, la música, los encuadres, las actuaciones y la tremenda mezcla de sonido. Me recuerda en muchos aspectos a otra maravilla, la adaptación de Peter Brook de El señor de las moscas.
Una película parecida, que a mi modo de ver es buena pero que no despunta es El intercambio de Clint Eastwood. Aunque ésta busca recrearse en la denuncia de los dramas particulares que sufre una madre. No es que no empatice con la protagonista, pero hay algo muy propio del director en centrarse de lleno en lo mas trágico. Y yo necesito desentonación emocional, ritmo y sorpresas. Cuando se engancha y encadena la perspectiva trágica una película puede resultar muy previsible. Incluso resultar artificial y ver a los malos como muy malos. Pues en La luz a través de los océanos me gusta ver como los protagonistas están convencidos que no hacen ningún mal, los imprevisibles devenires y la resolución de la peli me parece fantástica.