Identidad borrada (
Boy Erased, 2018), de Joel Edgerton
De Joel Edgerton, actor y director, había visto su anterior largometraje,
The Gift, que me pareció simplemente discreto. Esta
Boy Erased (literalmente “chico borrado”), sin ser ninguna maravilla, especialmente en el terreno visual, aborda con notable finura y sin caer en maximalismos facilones el problema de las “terapias curativas” aplicadas a jóvenes homosexuales, como si el comportarse como tales en sus relaciones afectivas se tratase de una enfermedad que hay que sanar (además de un “grave pecado”), algo que desgraciadamente todavía se oye decir con demasiada frecuencia.
Jared (excelente Lucas Hedges, al que ya vimos como el hijo de Casey Affleck en
Manchester By the Sea, y que confirma aquí que es uno de los actores jóvenes más interesantes) es un muchacho en edad de ir a la universidad que vive sus primeras experiencias sexuales con otros chicos, alguna algo conflictiva. Cuando tienen conocimiento de esta conducta, a sus padres se les encienden todas las alarmas, en especial a su padre, pastor de la iglesia (un magnífico Russell Crowe, cada vez mejor actor). La consecuencia es que lo ingresan en un centro donde se le aplicará una terapia agresiva, basada en principios morales y religiosos estrictos, dirigida por un personaje de lo más sórdido, interpretado por el propio Edgerton. Solo gracias a su fuerza de carácter, y con la ayuda de su madre (una Nicole Kidman poco glamurosa, pero correcta en su papel), consigue evitar la anulación psicológica, el lavado de cerebro al que se le somete sin ningún tipo de control, y abandonar el centro. Quizá es un film demasiado de “tesis”, en el sentido de denuncia transparente, aunque puede que “necesario” visto lo visto, pero en todo caso me parece que resuelve el mensaje con notable sobriedad.
Historia macabra (
Ghost Story, 1981), de John Irvin
El británico John Irvin es un director todoterreno, un poco eso que antes se llamaba un “artesano”, si nos atenemos a su filmografía, de lo más variada. Después de dos décadas dedicado fundamentalmente a la televisión (dirigió la famosa
Calderero, sastre, soldado, espía, sobre la novela de John Le Carré, con Alec Guinness como Smiley), durante los 80 y 90 dirige proyectos tan dispares como este film de terror; la bélica
La colina de la hamburguesa (
Hamburger Hill); un
Robin Hood con Patrick Bergin y Uma Thurman; una comedia de
qualité,
Widows’s Peak, ambientada en Irlanda y con un reparto de lujo; o un thriller criminal ambientado en Los Angeles,
Ajuste de cuentas (
City of Industry). En la década siguiente le perdí el rastro.
Esta modesta pero simpática
Ghost Story es, como su título original indica, una historia de fantasmas, aunque con escasa capacidad de aterrorizar al espectador. Sorprende que en una época en que se imponía el “terror juvenil”, Irvin nos ofreciera una de terror que parece destinada a la tercera edad, visto el reparto. Los cuatro amigos que se reúnen en la Chowder Society (podríamos llamarla la sociedad de “la sopa de pescado”, aunque en el subtitulado se denomina “sociedad gastronómica”) para contarse historias de terror, cómodamente sentados con una copa de brandi en la mano, junto a la chimenea, son: Fred Astaire (82 años), aquí casado con toda una “jovenzuela” Patricia Neal (55 años muy mal llevados), Melvyn Douglas (80, de hecho, ya había fallecido en el momento del estreno), Douglas Fairbanks Jr. (72) y John Houseman (79).
Junto su afición por las historias macabras, el grupo de amigos comparte otra cosa: un secreto de juventud, que encierra el misterio de la muerte de una joven (Alice Krige), ahora vuelta de la tumba para vengarse.
La esperable escalada de muertes nos lleva hacia una resolución bastante convencional, con lo que el resultado final es bastante decepcionante, aunque no deja de tener su gracia ver a esos abuelos del cine en acción. Una curiosidad perfectamente olvidable, a pesar de contar con todo un Jack Cardiff tras la cámara y con Albert Whitlock en los efectos especiales. Quede como anécdota macabra que fue el último largometraje de Astaire, Douglas y Fairbanks Jr., aunque ninguno de ellos será recordado por este film.