Internet se ha convertido en la nueva panacea a la hora de justificar cualquier cosa.
Todo el mundo dice aquello de "Lo he visto en Internet", "Pues en Internet pone...", "En Internet he leído...". Yo que estoy detrás del mostrador de una tienda, lo oigo 30.000 veces al día.
Es como en los primeros años de la tele, o cuando la gente huía despavorida de los cines pensando que la locomotora iba a salir de la pantalla y arrollarlos.
¿Cuánta gente sabe realmente lo que está viendo? ¿No se dan cuenta de que una página la puede montar cualquiera, subir fotos y decir lo que le dé la gana? ¿Por qué toman Internet como dogma de fe, verdad absoluta y te alabamos, Señor? Si lo ha visto en Internet, no puede ser falso.
Es el comodín de moda. Y ver las cosas que tienen en otros países, y a qué precios, empeora aún más la situación. Siempre hay quien trata de regatear algún precio diciendo que "en Internet lo ha visto más barato". ¿Y? ¿En Internet dónde? ¿En la página USA, o en la de Japón? ¿Saber cuánto te van a costar los gastos de envío? ¿Sabes lo que va a pasar si aduanas te para el paquete? Pues no, ellos erre-que-erre, "lo he visto más barato, no puede ser". Y yo sacudiendo la cabeza... ay, señor, señor.
Pulsando un botón, tienen en la pantalla la foto que quieran, de lo que quieran. Y ya pueden aferrarse a eso en sus fantasías. Lo demás no importa. Ya lo han visto en Internet.