Pues a simple vista, cualquiera puede pensar que la moda de los "remakes" se debe principalmente a la falta de ideas o de argumentos que a priori sean atractivos para el público, o mejor dicho, para el gran público. Lo que pasa es que eso querría decir que todos los participantes norteamericanos que pasan por el "Sundance festival" y otros certámenes de menor calado y que están suscritos al cine independiente yanqui, son malos de solemnidad.
Pues lo cierto es que no es así. Hay buenos cineastas, y buenos fabricantes de guiones y argumentos, y no solo en el entorno independiente. También hay que hablar del mundo de la televisión.
Hollywood se ha arrimado más a este mundo, y la prueba está en la cantidad de series de calidad que han desembarcado, y que están dando muy buena rentabilidad a las grandes productoras, por cierto. Y además con poco riesgo. Si no interesa el producto, casi a tiempor real, cortan con la financiación, y a otra cosa.
Y por otro lado, a los europeos ya nos le hace tanta gracia irse a Estados Unidos, viendo que alguno de sus "compatriotas" han debido regresar con el rabo entre las piernas, viendo como fracasaban en proyectos personales. Ahí está el caso de Paul Verhoeven.
Así que lo único que parece que queda, es versionear a lo "grande", pelis que en su día no gozaron del apoyo de las productoras, o cosas venidas de mercados exóticos como el japonés e insuflar importantes sumas de dinero, no para mejorar lo presente, sino para envolverlos con más artificio y pretenciosidad.