Precisamente la revisé ayer (el director's cut, en concreto) y, aunque la disfruté mucho, creo que su preponderancia visual está muy por encima de la historia, la narrativa y los personajes, hasta el punto de, en ocasiones, no dejarlos respirar: casualmente la escena que tan acertadamente comenta el doctor es la que más me emocionó (junto con la muerte de), precisamente por ser el momento más tierno y apasionado en una película visualmente irreprochable pero demasiado distante, en mi opinión, a la hora de acercarse a los personajes desde un punto de vista emocional.Spoiler:
Quizás con sucesivos visionados la parte afectiva o sentimental acabe ganando a la visual, pero mi impresión tras 15 años sin verla es que su look es demasiado apabullante como para que se pueda tener en consideración cualquier otro elemento.
Por cierto, viéndola anoche me convencí de que Harrison Ford no era en absoluto el intérprete adecuado para interpretar a Deckard: lo encontré como perdido, fuera de lugar y sin saber muy bien lo que estaba haciendo, y al finalSpoiler: