Revulsiva y explosiva. Tiene mucha VERDAD. ¿Y por qué? Por ser humana, cotidiana, honesta, cercana y directa. Porque los personajes son creíbles e identificables. Porque las situaciones, algunas psicológicamente muy intensas, provocan sentimientos. Porque siempre hay esperanza, aunque la vida golpee duro. Porque los actores transmiten naturalidad y espontaneidad. Lo del formato tampoco lo veo yo como algo gratuito, sino que sirve para contextualizar a los personajes de modo metafórico. Tres cuartos de lo mismo para la magnífica banda sonora, las famosas canciones pop (de Oasis a Lana Del Rey) cobran sentido en sus repectivas escenas. No había visto nada de Xavier Dolan y la sorpresa ha sido mayúscula. Enorme película.