28/11/2007 LA ENTREVISTA CON PACO RABANNE, MODISTO
"La primera vez que vi a Dios fue en el fútbol"
Acaba de presentar en Barcelona una campaña para contribuir a la lucha contra el sida que consiste en donar a esta causa un euro por cada frasco de su nuevo perfume que se venda.
Foto: ALBERT BERTRAN
GASPAR HERNÀNDEZ
--¿Cómo está?
--Ya lo ves: joven, guapo, inteligente. Tengo 74 años, pero en realidad son 17 de edad mental. Me levanto cada mañana a las cinco y me pongo a trabajar. Mi abuela chamán nos obligaba a levantarnos antes de la salida del sol. Me gusta trabajar porque me gusta la búsqueda, y meditar.
--No sé si tiene sentido hablar de su nuevo perfume con palabras.
--Con palabras no, pero con imágenes sí. La imagen de mi nuevo perfume, Black Xs for Her, es la de la primera mujer. Con los Puig, una familia catalana moderna que siempre me ha dado libertad (hace 40 años que trabajo con ellos), hemos regresado al principio, a la seducción. La primera mujer era tan guapa que el príncipe de los arcángeles, Lucifer, se enamoró, y a partir de ahí los dos quisieron salvarnos.
--¿Cómo elabora un perfume?
--Ningún modisto hace su perfume. Hay tres laboratorios en el mundo que hacen todos los perfumes. Trabajo con una mujer a la que llamo nariz, especialista de los aromas. Yo describo una imagen, un ambiente, y la nariz me encuentra los aromas y los matices. Necesita un año y medio o dos para elaborar el perfume.
--El frasco es un corazón que parece sacado del infierno.
--El infierno no existe. La Iglesia católica es una mentirosa. Dios navegó sobre las aguas y separó las aguas de arriba de las de abajo (el yang del ying), pero no creó otros mundos. No sé cómo la jodida Iglesia se puede haber inventado que Dios creó un infierno. Han dicho muchas tonterías y lo van a pagar caro. El actual Papa va a ser el último. No tengo la menor duda.
--Usted sabe de estas cosas porque ha visto a Dios.
--Sí, tres veces. ¿No será usted prag- mático o materialista?
--No. ¡Solo faltaría!
--Ah. Así podemos seguir hablando.
--¿Cómo fue la primera vez que vio a Dios?
--En un partido de fútbol. Yo tenía 20 años. Llovía muchísimo y pedí a Dios que, si existía, se mostrase. De repente la lluvia se paró, brilló un gran arcoíris, yo salí de mi cuerpo y subí hacia el cielo.
--¿Y cómo es, Dios?
--Una espiral de fuego giraba lentamente. No es un personaje, sino un conglomerado de energías, y yo he tenido la suerte de conectar con ellas. Energías de bondad, compasión y eternidad.
--¿Alguna de las veces que ha estado con Dios han conversado?
--La última, a mis 60 años. Me dijo: "Los hombres no tenéis imaginación. Me limitáis en el tiempo y en el espacio. Pensáis que vuestra dimensión es la única, pero yo vengo del principio de la eternidad". Y me mostró grandes perlas a mi alrededor. "Esas perlas son mundos", me dijo mientras las reventaba. Cada perla era un
big bang. Fue precioso.
--Su abuela chamán le debe de haber influido mucho.
--Sí. Veo las auras de las personas. Ahora mismo estoy viendo la tuya. Es blanca, limpia y bonita. Tendrás mucho éxito.
--Gracias. ¿Qué más aprendió?
--A pedir lo que quiero. Pide y se te dará.
--¿Puedo pedir ver a Dios?
--Claro. Pídelo y lo verás, como yo. Lo puede hacer cualquiera, siempre y cuando tenga coraje y lo pida con el corazón limpio, sin interés material, solo con la sed de saber y conocer. El mundo espiritual está para nosotros. Dios existe y te está esperando.
--¿Cómo se imagina la muerte?
--No existe. Es el pasaje que conduce de una vibración material a una vibración inmaterial.
--¿Qué le ilusiona a sus 74 años?
--Trabajar. Yo estaba en otra dimensión, no quería bajar a la materia. Pero ya que estoy aquí, trabajo.
--Trabajar viene de tripalium, que significa torturar.
--Pues para mí es un placer. A las cinco de la mañana cojo un lápiz y un papel y empiezo a dibujar todo lo que me pasa por la cabeza: imágenes para perfumes, ropa, muebles. Y todo lo que dibujo, todo lo que se me ocurre, me lo dictan los de arriba. Son los de arriba los que me soplan las ideas.
--¿También le dictan el talento?
--El talento no existe. Es trabajo, trabajo, trabajo. Picasso era un genio porque trabajaba sin parar. El pobre estuvo currando hasta la muerte. El talento es mucho trabajo, mucho sudor y mucho sufrimiento, ya que quieres alcanzar el ideal y no llegas, porque estás en una encarnación material, y en esta encarnación hay cosas que te están prohibidas. No puedes ir más lejos de la vibración material.
--¿Cómo son los de arriba, los que le dictan las ideas?
--Muy graciosos. Se ríen todo el rato. Bajan, te ponen alegría en el cuerpo, te hablan, y ríen y ríen.