Era un proyecto alucinante; iba a ser increíble... Estuvimos 18 meses de preproducción.
¡18 meses!
Sí. Se gastaron 25 millones de dólares en preproducción. Todos los actores estaban escaneados. Había visto pruebas increíbles del Lucifer de Bradley Cooper. Increíble.
Yo decía mucho en esos días, "pero es que no me creo que nos la dejen hacer". El material era tremendamente retador, incluso para estos días: los orígenes del mal; es más, la creación por parte de Dios del mal; esa es la parte interesante. A Milton lo tacharon de blasfemo, pero removió muchas consciencias.
Así que pasó justo eso: la cancelaron. Porque estaban asustados. Y no estaban asustados, como dijeron, del presupuesto. Estaban asustados de lo que estábamos adaptando. Me había hecho todas las previs de la película [las previsualizaciones en 3D de las secuencias]; tenemos la peli entera en animación.
¿Esto lo has subido a Internet?
Oh, no, no, no... Pero lo conservo. Tal vez lo haga, algún día...
Me encantaría verlo.
El problema es que usamos música de otras películas, así que... Me preocupa más que nos demanden por las bandas sonoras que por el estudio.
Podrías cambiarla [la música que acompaña a las previs].
Sí, podría. Pero no tengo ni el tiempo ni creo que las ganas.
¿Y cómo era tu enfoque?
Es muy difícil de explicar. Muy difícil de explicar... Había partes muy largas de la película que eran Milton a la letra. Los actores recitaban Milton.
Guau.
Es una película dramática, por lo que tienes que entender a los personajes cuando hablan. Así que en los personajes no podía meter tanto de Milton puro. Pero tenía un narrador que solo hablaba citando a Milton, en su lenguaje. Y ese narrador era Adán.
La película comenzaba en un pueblo, con un anciano contándole una historia a un muchacho. Y resultaba que el anciano era Adán, nada menos. Adán, de Adán y Eva, porque, como sabes, juegan su papel en la historia.
Así que la historia se contaba desde la perspectiva de Adán... Aunque la historia, realmente, era la de Lucifer. Pero Adán la contaba. Entonces, durante los flashbacks, o lo que quieras llamarlos, que evocaban la historia, escuchabas la voz de Adán recitando a Milton.
Era un abordaje muy artístico. Creo que eso también asustó al estudio, que fuera tan de autor.
¿Y las imágenes... Es que hay imágenes que, al menos a mí, se me grabaron a fuego. El océano de llamas negras al que caen los demonios, en el arranque del primer canto.
Es una sobredosis de imágenes. Imagínate, si tuvimos que crear el Cielo. La ciudad de los ángeles, que no necesitaban escaleras, así que la podíamos hacer vertical, segmentada en múltiples niveles. Había tres batallas enormes en el libro. La más enorme, en el arranque, cuando Lucifer ataca a los ángeles.
A ver, que tenía que retratar a Dios... ¡Cómo retratas a Dios en una película! Pues bien, Dios era parte del mundo. Estaba en el centro del mundo y eran tres anillos que giraban entre sí, representado la trinidad; tres anillos en llamas. Hicimos pruebas para que hablara con tres voces a la vez: un niño, una mujer y un hombre. Las mezclamos para conseguir algo realmente extraño.
Estábamos haciendo cosas demenciales. Demenciales. Jamás he hecho cosas del nivel de lo que hicimos para esta película. Y... Estoy intentando recordarlo, porque se empieza a desvanecer; ya han pasado unos años... A ver, sí. El anillo interior era donde vivían los ángeles. Y el anillo del medio era... Se llamaba... [larga pausa]. Nada, se ha desvanecido ya.
Pero bueno, todo llevaba a esa guerra, porque, si lo recuerdas, la razón por la que Lucifer se revelaba es porque Dios crea al hombre.
Tiene envidia.
Sí, tiene envidia. Pero también tiene el corazón roto, porque se supone que él es quien lleva la luz.
Y tiene que servir a alguien muy inferior como hijo predilecto.
¡Exactamente! No puede entender cómo los ángeles, estas criaturas tan perfectas, son relegadas por estas criaturas que vienen del barro.
Menuda historia.
Sí. Sí... Y también la relación entre el arcángel Miguel y Lucifer es muy fuerte; son hermanos. La razón por la que saqué todo esto es por algo que comentamos antes. Me di cuenta de que este mito, lo que quieras llamarlo, alegoría, mito, lo que te digan tus creencias, está en todas las culturas. Exactamente el mismo. Miguel y Lucifer, bien y el mal, enfrentados.
No sé de dónde viene, pero está en todas las civilizaciones.
Tal vez de aquí [me señalo la frente].
Tal vez, tal vez... Pero claro, como escritor de fantasía sabes que pasamos mucho tiempo con la estructura y con las reglas.
Sí. Para sostener el andamiaje del worldbuilding.
Sí. Porque es muy difícil hacer que un mundo sea creíble. A veces, basta conque una regla no encaje para que todo se venga abajo. La mitología judeocristiana lo hace, joder, maravillosamente bien. Se sostiene maravillosamente bien.
Y por eso fascina tanto, milenios después, a tantos millones de personas.
Es increíble. ¿Cómo algo que nació de manera aleatoria, literalmente aleatoria, como el mundo mismo, de tantas gentes diversas, pudo cuajar así de bien? Obviamente, no empezó esta historia así de perfecta desde un inicio; es imposible. ¿Pero cómo consiguió cuajar con los siglos?
En parte es observación, la visión de la gente de lo que ocurre a su alrededor y la plasmación de ello en esta historia con esa nitidez. Y no soy alguien religioso, pero trabajar en esta película casi consigue que lo sea [risas].