El alcalde de Berlín apadrina una fiesta sadomasoquista internacional de homosexuales
Klaus Wowereit saltó a la fama en Alemania con una frase que aún se recuerda en el país y que le ayudó a convertirse en el jefe de gobierno de Berlín: "Soy maricón y estoy orgulloso de serlo", exclamó el político socialdemócrata de 51 años, en un acto de su partido realizado hace cuatro años.
Es cierto. Klaus Wowereit es el político homosexual más famoso del país, el más simpático y ahora sueña con llegar a ser, en un tiempo no lejano, canciller de Alemania.
Pero Wowereit tiene un problema que puede acabar con su carrera y con sus sueños y que ahora, lo ha convertido en víctima de su propia pasión. En un gesto que ha despertado una verdadera tormenta política en la capital, Wowereit decidió apadrinar, con una alegría desmesurada, una controvertida fiesta internacional sadomasoquista de homosexuales, que tiene lugar el próximo fin de semana en laciudad.
“Estamos orgullosos de que gente de distinta procedencia y predilecciones, festejen unidos y se puedan sentir a gusto en nuestra ciudad”, señala el mensaje de Wowereit que se puede leer en el folleto publicitario de la gran fiesta sadomasoquista, en mediode fotos sugerentes de musculosos varones semidesnudos.
Fiesta perversa
“Es una fiesta perversa”, denuncia el popular 'Bild', con más de 13 millones de lectores, al referirse al festival sadomasoquista, que fue organizado bajo el lema'Perverts'.
“¿Puede un político de alto nivel hacer publicidad para una fiesta sadomasoquista?”, añade el periódico al cuestionar con maldad, la iniciativa de Wowereit. El llamado Festival Felsom Europe reunirá a unos 15.000 homosexuales en la mayor fiesta callejera que haya tenido lugar en el barrio de Schöneberg de la capital, el hogar de la comunidad gay berlinesa.
El festival culminará con una “fiesta perversa” en el club Kit Kat, donde se les permitirá a los fetichistas bailar desnudos.
“Berlín, gracias a las iniciativas de Klaus Wowereit, se está convirtiendo en una capital del sexo. ¡No lo merecemos!”, señala un comentario del 'Bild', que dedica dos páginas para atacar al político.
Las críticas no parecen preocupar a Wowereit, que sigue defendiendo su cálida bienvenida a los participantes y la tolerancia que reina en su ciudad gracias a su gestión.
“Un mensaje de bienvenida es una buena publicidad para la ciudad, especialmente para los visitantes internacionales”, dijo el político. “Todos son bienvenidos y el que tenga algún problema con el festival, no está obligado a participar en él”.