Uno como este tuve yo de pequeño, pero la verdad es que me cansaba pronto. Eso de ver las pelis sin sonido, no me hacía mucha gracia. Sobre todo con el Pato Donald, que sin oirle la voz, perdía mucho. Mi hermano y yo nos divertíamos más pasando hacia atrás o yendo muy deprisa hacia delante. Y la verdad es que no aguantó mucho el Cinexin. Yo creo que no estaba muy hecho a prueba de niños.