-Me parece inconcebible que alguien que realmente se considere cinéfilo pueda equiparar de forma tan simplista lo que se ve en la pantalla con la moralidad de su autor. Decir que Gone Girl es obra de una feminista radical o de una resentida es un disparate equiparable a criticar Viernes 13 por apología de la matanza indiscriminada de adolescentes o de reírse de Spielberg por creer en marcianos y cosas raras. Señores, la ficción es ficción. No sólo eso: cualquiera que alguna vez se haya sentido tentado de crear arte (una película, un relato, un cuadro...) entenderá la extraña fascinación que producen en ocasiones los temas e ideas más opuestos a nuestra propia conciencia o a nuestras creencias. Con esto tampoco digo que la autora, a la que no conozco ni he leído nunca, sea una machista víctima de algún retorcido juego del subconsciente, ni mucho menos, pero me parece muy osado acusarla de lo contrario basándose en una supuesta supremacía de la mujer que, por cierto, es absolutamente falso que se dé en la película.
Me explico: gran parte del éxito de Fincher (y supongo que de la escritora, pero no he leído la novela) es presentar su historia a través de una serie de cambios de perspectiva que juegan con los prejuicios y las expectativas del espectador. Si vas sin haber visto el tráiler, como fue mi caso, los primeros minutos invitan a pensar en un secuestro, pero en seguida empiezan a aparecer incongruencias y pistas que señalan directamente al marido como responsable. Hacia la mitad se descubre que la verdadera criminal no es otra que la supuesta víctima, y como colofón se sugiere además un cuarto giro que jamás se consuma en pantalla: que el marido pueda finalmente convertirse en asesino para escapar de su situación. El proceso, lejos de ser sutil, vapulea la opinión del espectador con violencia hacia un lado (la mujer) u otro (el marido), sin medias tintas: según el momento de la historia, odias a uno y simpatizas con el otro al 100%, sin paliativos. Por eso mismo me parece demencial hablar de feminismo en una película en la que la protagonista es representada al final de forma tan absolutamente negativa. Estamos ante una sociópata manipuladora e implacable con la que es imposible congeniar; desde el mismo momento en que se descubre su plan, toda la sala se vuelve un clamor contra ella. "¡Pero qué zorra!" debió de ser lo más bonito que oí que la decían. No es una heroína, no se simpatiza con ella. Sí es cierto que el marido es un personaje débil e infantiloide (luego hablo de eso) y que su hermana y la policía (la única imparcial y que actúa solo basándose en las pruebas) son mucho más fuertes, pero en esas comparaciones os estáis olvidando del abogado, que es un personaje igual de fuerte, positivo y (oh, sorpresa) un hombre. Por el contrario, tenemos también a la presentadora sensacionalista, a la que el marido recrimina sin contenerse al final de la película por su manipulación mediática. Y me atrevería incluso a mencionar a la madre de la madre de la protagonista, que en medio de la tragedia aprovecha para hacer publicidad de sus libros sin cortarse un pelo (contad cuántas veces se refiere a su hija perdida como "amazing Amy"; da hasta vergüenza). Vamos, que hay de todo en los dos bandos.
Esta manipulación emocional del espectador entronca con uno de los temas principales de la película: el poder de los medios de comunicación como formadores de la opinión pública. A través de la televisión, los ciudadanos van cambiando de bando con la misma facilidad que nosotros mismos: son víctimas de una presentación sesgada de los hechos. Es más, la propia Amy es víctima de la Amy ficcional que sus padres han creado y que se convierte en la personificación de todos sus fracasos e inseguridades. El final, lejos de ser "irreal" o "absurdo", como se ha dicho aquí, es una denuncia contra la fuerza de la opinión pública y los prejuicios en los procesos judiciales (los mass media) y contra las historias de redención y happy ending que el público demanda inconscientemente (el cine). América no quiere que Amazing Amy, una joven perfecta y futura madre, resulte ser la mala de la historia. Lo que quiere es ver a una víctima superar una situación aterradora y salir adelante gracias al apoyo de su marido, formando así una pareja renacida de la tragedia para cumplir los esquemas de una familia feliz (que es lo que pasa en mil millones de películas en las que un matrimonio pasa por dificultades, ocurre alguna desgracia tipo secuestro, muerte etc y acaban reconciliándose gracias al desenlace feliz de los hechos). Para rematar la faena, los protagonistas se pasan todo su noviazgo prometiéndose que no van a ser como "la típica pareja". Declaración de intenciones con todas las de la ley, nueva crítica a los convencionalismos y los roles establecidos y muestra de humor muy negro, si se analiza en retrospectiva (y sí, la película está plagada de momentos cómicos, y son absolutamente conscientes y voluntarios. Para muestra, los comentarios del abogado).
"¡Pero es que gana la mala!", os quejaréis algunos. Ahí va, debe de ser la primera película en la que eso pasa. Y de todos modos: ¿es verdad que gana? ¿Habéis atendido al final? ¿Habéis escuchado la voz de Ben Affleck expresar sus dudas sobre lo que va a ser de ellos y lo que se harán el uno al otro? Porque a mí me parece un final abierto, pero en absoluto un triunfo de Amy, o al menos no un triunfo definitivo. Hay algo inquietante en el hecho de que el marido acaricie el pelo de una mujer a la que detesta mientras pronuncia esas palabras...
Y ya por último, hablando de Ben: interpreta su personaje a la perfección, y es un personaje humano y realista como pocos. La gente en la vida real no es como las películas, no reacciona siempre como uno esperaría que reaccionara: los hay que les entra la risa cuando les pasa algo malo, por ejemplo, o que no cambian de cara ni en los momentos buenos ni en los malos. Él tiene el defecto de sonreír en situaciones comprometidas o de estrés, como se manifiesta a lo largo de la historia, y la mujer lo sabe y se aprovecha de ello. Es un bobo, que no un tonto: un hombre inmaduro, incapaz de enfrentarse a la realidad y al que esa sonrisa de quedar bien le juega malas pasadas. El que su padre fuera tan negativo y se criara con su madre y con una hermana tan fuerte son el caldo de cultivo perfecto para sentirse atraído por una mujer así. De nuevo, la psicología de los personajes está cuidada al milímetro.
Para los que tengan pereza de leer: PELICULÓN cuidadísimo, inteligente y bien trenzado. ¡A disfrutarla!