Me ha parecido un auténtico
peliculón. Una historia sencilla, pero muy bien contada, a través del punto de vista de un personaje tan zumbado como el que viene haciendo Joaquin Phoenix casi en cada película últimamente. Dicho lo cual, está inmenso como siempre.
Impresionante uso del sonido, la planificación, el fuera de campo, la música... A pesar de tener un tono realista, la creación de atmósferas nos lleva a algunos momentos auténticamente oníricos. La directora no sólo no rehuye la posible comparación con Taxi Driver: la abraza explícitamente, y viendo el resultado no resulta una comparación sacrílega.
Sólo por la escena en la que
una de las víctimas de Phoenix le agarra de la mano antes de morir
ya merecería la pena la película, es algo que no había visto nunca en cine.
Una narración de 90 minutos en las que los momentos de reflexión no ralentizan, sino que van desarrollando todo lo que necesitamos saber sobre los personajes. El equilibrio entre historia y personajes es fantástico.
Ni se os ocurra perdérosla, está entre lo mejor que he visto en años.
Nota:
9