LA ERA DE LOS "OPINATIVOS"
El
'telediario de autor' es un término indulgente que se utiliza para definir un nuevo tipo de informativo que, fíjense qué cosas, se caracteriza por ofrecer las noticias desde el
punto de vista de un presentador estrella. Aparquen conceptos como objetividad, neutralidad o imparcialidad. El habitual florero se rebela y, de alguna manera, se convierte en el
protagonista de la noticia.
Un nuevo
género en el que ya habita Iñaki Gabilondo y al que se acaba de incorporar Sánchez Dragó, que hoy debutó en 'Diario de la noche' (todos los días, a las 24.00), informativo nocturno de Telemadrid.
La llegada de Sánchez Dragó viene a cubrir el hueco que los 'telediarios de autor' tenían en la derecha, bien cubierto en la izquierda por Gabilondo (Cuatro).
'Polanquistas' y 'aguirristas' tienen ya su
'opinativo', término a mi gusto de impecable exactitud a la hora de definir unos 'informativos de autor' que, y eso les honra, nacen sin ocultar excesivamente sus intenciones.
Otro valor añadido es que tanto
Dragó como
Gabilondo pertenecen a la categoría de
presentadores 'vintage'. Suman 134 años (70+64 años), cifra suficiente como para garantizar la madurez, la serenidad, la reflexión y la experiencia.
No les pidamos también frescura...
La combinación de todos estos factores, incluida frescura, fue lo que hizo grande a un genio llamado
Felipe Mellizo.
En la noche de su estreno,
Dragó estuvo pletórico. Sin complejos.
"¡Ya estoy aquí!", dijo, traduciendo a la perfección la famosa frase de Josep Tarradellas. Y continuó con una soltura, un gracejo y una facilidad de palabra que no flaquearían ni un solo segundo en todo el informativo. Un
discurso jugoso en términos y matices, rico en detalles, que en ocasiones resulta excesivamente literario y
espeso para un informativo.
Pero les recuerdo que hablamos de un opinativo...
"Nunca faltaré a la verdad", reconoció, así que
"deséenme suerte quienes me aprecian y concédanme unos días de tregua el resto". Sin más, se sumergió en lo que para él y para sus editores fue "la noticia del día en España": la entrevista con Ortega Lara, el funcionario de prisiones que fue secuestrado por ETA en 1996 y permaneció 532 días en cautiverio.
Una entrevista larga y minuciosa que obligó a alterar lo que será la estructura habitual del programa. Lara contó los pormenores de su secuestro, se mostró "radicalmente en contra de cualquier tipo de negociación" y habló de "una sociedad moralmente enferma".
Dragó comparó su caso, "una situación paralela", con la que vive De Juana Chaos, y le regaló un libro tras
38 minutos de conversación.
Un último golpe de efecto: "Voy a hacer algo que no es usual en un programa de televisión", dijo Dragó... "Acompañarle hasta la puerta". Dicho y hecho. Se levantaron, dieron unos pasos y
se abrazaron en un final de una intensidad melodramática escalofriante.
Pero que, la verdad, a nivel televisivo
cortó un poquillo el ritmo.
Después llegaron las
noticias. La primera de ellas, no podía ser de otra manera, fue la manifestación de Bilbao en apoyo al 'lehendakari', con reflexiones posteriores de Casimiro García-Abadillo, uno de los
analistas de la actualidad de 'Diario de la noche'. Y ya por fin, el resto de la información de la jornada, con los temas con que abriría un telediario tradicional.
Los informativos de autor reflejan como ningún otro la
vida interior del presentador. En este caso, y teniendo en cuenta las inclinaciones de Dragó hacía la contemplación y la espiritualidad, podríamos decir que
estuvo divino.
No querría despedir el blog de hoy sin agradecer a Telemadrid la excelente, milagrosa diría yo,
gestión económica realizada a lo largo de las últimas semanas.
Piensen que pese a verse obligados a despedir hace cuatro días a German Yanke, peligroso izquierdista radical, por razones puramente económicas, ya han
ahorrado lo suficiente como para financiar el fichaje de Dragó. Un opinativo que... hay que ver.