Durante mucho tiempo al conejo se le ha considerado, hasta en ámbitos académicos, como parte de los roedores —orden rodentia-, porque ciertamente roe los alimentos. Roe algunos materiales, sin embargo, el conejo es un lagomorfo —orden lagomorpha- y para hacer evidentes las diferencias más importantes entre ambos grupos de animales a continuación se enlistan algunas características.
Los lagomorfos poseen seis incisivos, dos pares superiores —un par detrás de otro- y uno inferior. Los roedores solo tienen un par superior y otro inferior.
Los lagomorfos sólo habitan a nivel del suelo, en donde sí hay oportunidad hacen una madriguera. Los roedores viven hasta en arbustos, en cañerías, en áreas elevadas, etcétera.
Los lagomorfos se alimentan básicamente de vegetales. Los roedores pueden comer una gran variedad de alimentos.
Los lagomorfos tienen pies, manos y rabo completamente cubiertos de pelo. Muchos roedores tienen desnudas estas mismas partes corporales.
El escroto de los lagomorfos está ubicado en una posición anterior al pene. Los roedores y en la mayoría de los mamíferos, el escroto es posterior al pene.
Las orejas de los lagomorfos son proporcionalmente muy grandes y ningún roedor posee orejas de proporciones similares. En este punto cabe resaltar que las orejas constituyen el principal órgano termoregulador de los lagomorfos.
El labio —belfo- superior de los lagomorfos está dividido en dos: labio leporino. Muchos roedores tienen también el labio dividido pero de una manera menos pronunciada. En este punto es importante mencionar que los lagomorfos se dividen en lepóridos —conejos y liebres- y ocotónidos —pikas-, por eso al apelativo de leporino a todo lo relacionado con conejos y liebres.