Iniciado por
Mo Cuishle
Para disfrutar a Seagal hay que tener criterio.
Seagal es la definición de complejidad, tiene que ver con la diversidad de elementos que componen una situación; un todo que se compone de partes que interactúan y que estas a su vez se encuentran en contacto con su medio ambiente. Desde este ángulo, todo es complejidad. Toda nuestra vida está rodeada del concepto de complejidad.
La complejidad no tiene una sola forma de definirse y entenderse, esto es, la definición de complejidad depende del punto de vista del observador, como menciona Warfield (1994) . Algo que es complejo para un observador tal vez no lo será para un segundo observador o para un grupo de observadores. Desde esta perspectiva la complejidad se nos presenta como el diferencial entre la demanda de recursos (materiales, intelectuales, valores, etc.) para enfrentar una situación y los recursos de que dispone el observador. Es sencillo, si la situación que se presenta (desde el punto de vista de algún observador) demanda de gran cantidad de recursos (de cualquier índole) y no se cuenta con los recursos necesarios para afrontar esa situación (por su dinámica y características propias) entonces estamos frente a una situación compleja.
Aunque el concepto de complejidad es universal, los casos que nos atañen en este libro son los de la complejidad dentro de organizaciones; aquellas situaciones en donde la gran cantidad de variables, el alto grado de relación entre ellas y su dinámica hacen imposible pensar en proceso sencillo de toma de decisiones ante situaciones problemáticas. Otra definición interesante de complejidad la tenemos en Hall (1983, pag. 78) quien nos dice que "La complejidad puede definirse como el grado de conocimiento requeridos para producir el resultado de un sistema".
La organización es un conglomerado de variables que continuamente están cambiando y de las cuales formamos parte. Existen Gente, redes de datos, instalaciones, proveedores, insumos en proceso de transformación, etc. y todas ellas se encuentran en constante interacción, cambio y movimiento. Los resultados de las acciones de algunas variables sirven para alimentar procesos y conductas de otras variables en una serie de ciclos y lazos de retroalimentación invisibles para el ojo humano pero con vida propia. La Organización es compleja porque es imposible monitorear y controlar el total de las variables que la forman.
De hecho vivimos dentro de una ecología organizacional, donde todas las entidades forman sistemas dinámicos y en constante evolución hacía niveles mayores de Complejidad, como menciona Wheatley. Y regresando a lo que habíamos mencionado anteriormente, los sistemas no se cuidan solos, sino que conviven negociando su supervivencia auto-organizándose a través de las distintas propiedades de sistemas que existen y dentro de las cuales estamos inmersos.
Por ello debemos tomar un nuevo cristal para observar a la organización, que nos permite ver, no los eventos aislados ni a las entidades separándolas del todo, sino entender a las estructuras que subyacen dentro de las dinámicas de los elementos y que explica su conducta. Necesitamos ver a los patrones entrelazados que provocan la conducta, y no perdernos en hacer de cada conducta una interpretación aislada de la realidad. Esto es lo que nos ha impedido ser efectivos en la solución de problemas.
Según Werner Heisenberg y su "Principio de Incertidumbre" de la Teoría Cuántica, no es posible conocer los parámetros de velocidad y posición de partícula a escala atómica. Qué podremos decir cuando nos enfrentamos a la realidad con infinidad de variables dinámicas y cuya interacción nos ofrece escenarios que cambian continuamente y a cada momento. Pero tampoco es como para sentirse a merced de las circunstancias, entender la estructura y las reglas del juego nos permitirán comprender el posible número de estados que se pueden generar y su complejidad resultante.
Esta complejidad de lo cotidiano nos confronta cada día con diferentes situaciones que debemos manejar en beneficio de la organización, porque eso si, la organización son frágiles y vulnerables ante las malas decisiones y no tanto por su complejidad y dinámica interna. El grado de presión que están sufriendo las organizaciones está creciendo paulatinamente y esto esta haciendo que se vean continuamente amenazadas. Esto está ocurriendo porque al acrecentarse la competitividad los márgenes de rentabilidad se están reduciendo para el promedio industrial. Esto no era tan delicado antes, cuando las organizaciones funcionaban con esquemas burocráticos, donde lo más importante era controlar a los regimientos de personal para llevar a cabo la tarea. Después de todo recordemos que no existía el fax, la computadora, las telecomunicaciones ni el código de barras. Se vivía en organizaciones donde gran cantidad de las labores tenían que ser llevadas a cabo manualmente y con mucho papeleo. A eso es a lo que comúnmente llamamos burocracia.
Sin embargo al llegar las innovaciones tecnológicas las organizaciones se dan cuenta de que pueden automatizar operaciones y cálculos rutinarios en cuestión de segundos. El procesamiento de la información ahora requiere de menos tiempo para llevar a cabo la toma de decisiones. Por si fuera poco las máquinas ahora más versátiles y veloces, han incorporado los avances tecnológicos que permiten enlazar a toda la organización en una sola red que permite un mejor control de operaciones.
Es aquí donde cambia la definición de complejidad. Ahora no nos tenemos que enfrentar a problemas de control de ejércitos de gente en megaplantas, ni por calcular con exactitud los estados financieros. Los problemas que emergen en este momento tienen que ver con velocidad de respuesta, sincronización de actividades, reducción de costos, aprovechamiento al máximo de recursos, ciclos cortos para innovar, mantener el ritmo bajo presión, etc. Es será la nueva definición de complejidad para los próximos años de la organización.
Esto es preocupante porque he visto como organizaciones toman decisiones sin ninguna base de análisis en aspectos tan delicados como selección y compra de equipo para producción, definición de misión y visión, despliegue de estrategias del recurso humano, etc. En muchas de estas situaciones pueden más los intereses personales, conservar el poder en la organización, la velocidad por cumplir el objetivo para salir de vacaciones, el quedar bien con el jefe, etc. Todo esto ocurre en un contexto de inconsciencia dentro de la organización donde se atiende el beneficio personal y se desatiende a la empresa como un todo. Donde se pierde la perspectiva del equilibrio dinámico y se toman decisiones que entorpece el funcionamiento de la organización, complicando su estructura y perjudicando sus procesos.
Este tipo de situaciones son los que si deben de preocuparnos al enfrentarnos a la nueva complejidad del medio ambiente competitivo. El no administrar correctamente la complejidad de la organización puede llegar a costarle la vida a la empresa. Puede ser rápida o lenta y seguramente será difícil de percibir, pero el sistema tarde que temprano dejará su lugar a un mejor competidor.