Soderbergh volvió a nacer después del estreno de Un romance muy peligroso ( Out of sight ). La buena crítica, la química de la pareja protagonista ( Jennifer Lopez y George Clooney ), el inicio de la amistad con el ultimo, y sobre todo, la buena acogida en taquilla supuso para el director de las gafas de pasta volver a contar con el apoyo de los ejecutivos de las grandes productoras.
Por fin el genio escurridizo que había ganado la palma de oro en Cannes, Sundance y una nominación al Oscar al mejor guión por su ópera prima ( Sexo, mentiras y cintas de vídeo ) volvía a resurgir.
¿ Y qué pasó entre medias ? Pues mas o menos, la historia de siempre:
ganar todo eso tan joven le llevó primero a un experimento narrativo tan denso y pretencioso que hasta él mismo lo reconocería con el tiempo ( Kafka. La verdad oculta ) , a intentar volver a un cine más pequeño pero sin la acogida favorable del público que si tuvo sexo, mentiras... ( El rey de la colina ), hasta tocar fondo con , precisamente, Bajos fondos practicamente, un telefilme. Un par de experimentos formales caseros como Gray´s Anatomy y Schizopolis le valen para coger las ganas y energía que habían acabado con él como director y casi persona ( se había separado y Hollywood le había borrado de las listas ). Hasta aquí podría asemejarse a otros casos de directores caídos en desgracia que no remontan el vuelo nunca, como John Landis, Michael Cimino, Leos Carax, Alexandre Rockwell o Edward Burns.
Y entonces llegó la decisión que no sólo cambiaría su carrera, sino que se constituyó en la regla a seguir para muchos directores como él: venderse a la industria como funcionario, pero manteniendo un fondo artístico propio.
Así es cómo hay que ver el cine de Soderbergh desde entonces, incluso con sus proyectos a priori mas personales. Porque a pesar de las apariencias, El halcón inglés ( The limey ) está tan cerca de Ocean´s eleven como de Solaris. Son films, todos ellos, con una base narrativa lineal y convencional, y cuyo máximo riesgo no se encuentra en una revolución del fondo, sino de ciertas formas. La fotografía es una de ellas, el ritmo otra, y posiblemente, pero de un modo más oculto, la puesta en escena. Otro punto fuerte es lo bien que le saca partido a sus actores, llevando a convertir a George Clooney en una estrella, y a Julia Roberts a su consagración. Pequeños toques de auteur parecen ser las unicas licencias de Soderbergh a la hora de rodar, y que le otorgan de cara al espectador un plus de intelectualidad ( veáse el montaje de la escena erótica entre JLo y Clooney en un romance muy peligroso ). El resto será un estilo invisible.
Traffic es en ese sentido, su obra maestra: un film absolutamente convencional, sin ningún riesgo, pero novedoso. ¿ Cómo es posible ? La clave está en la cantidad: Soderbergh nos ofrece por el mismo precio de la entrada un film de autor y uno comercial. Su filosofía sirve tanto a cinéfilos empedernidos como a espectadores que van a ver la ultima de Clooney. Traffic además tenìa el handicap de un guión un tanto desordenado ( que no complejo ), pero en épocas de González Iñarritus y Arriagas esto es pan comido en comparación.
En cuanto a sus virtudes antes enunciadas el film por el que ganó el oscar al mejor director ( léase, carta de libertad para elegir el proyecto que le viniera en gana y para crear su propia productora con Clooney, Section eight ) aquí se vieron mas reafirmadas que nunca: un uso de la cámara inteligente y apropiado , una narración fluida, una fotografía arriesgada y lograda y una dirección de actores formidable.
Ese mismo año se da la paradoja que define su cine actual: es nominado el mismo año por Erin Brockovich , film descaradamente hecho a la medida de su protagonista. Y lo cierto es que cumplió su objetivo: Julia se lleva el oscar a la mejor actriz, para la que sonaba como favorita desde la anterior edición de los premios dorados.
Y cómo no, ambas películas, son , en lo fundamental, muy parecidas: filosofías reivindicativas , naturalidad en los escenarios, diálogos y situaciones, y buen gusto a la hora de abordarlas.
Así pues, llega el momento de rodar con la misma libertad que tenía tras sex, lies... pero ahora tiene más experiencia. Sabe que no podrá volver a hundirse, y se cubre las espaldas rodando otro taquillazo seguro, Ocean´s eleven, a la que sigue otro film casero al estilo de Schizopolis, Full Frontal pero con estrellas de Hollywood a las que previamente se ha ganado ( Julia Roberts ). Y cuando decide hacer un capricho puro y duro , el remake de Solaris, lo hace con Clooney como seguro. Ya no estamos en la época de Kafka, ahora hay que pisar sobre firme. Irons , el protagonista de la anterior, no era un reclamo masivo , George si. Ésta es una diferencia fundamental para entender la evolución de Soderbergh como director, su olfato industrial como productor.
Su fragmento para el film colectivo Eros responde a las premisas antes anunciadas: fluidez, perfección formal y filosofía asequible, pero ay, aquí falla al compararse con la profundidad de las propuestas de Antonioni y Kar Wai. Steven en fuera de juego.
Por eso tal vez vuelve a su terreno, la secuela de Ocean´s y a un film puramente suyo, Bubble. Ahí podrá rodar a su antojo.
Otra secuela de Danny y otro film con riesgo artístico, ( un remake de una época del cine, mas que de un film concreto, El buen alemán ) son sus ultimas aportaciones, algo con lo que nos deja claro que una vez que ha econtrado su camino, no piensa abandonarlo. Así pues, el director que parece autor pero no lo es y que parece un asalariado mas de la meca del cine pero tampoco , sigue ahí.
Quien quiera seguirlo ya sabe a lo que se expone. Honestidad parece ser su máxima.