Ficha Técnica
Directores: Gary Trousdale y Kirk Wise
Productor: Don Hahn y Roy Conli para Buena Vista/Walt Disney Productions / Guión: Tab Murphy, Irene Mecchi, Bob Tzudiker, Noni White y Jonathan Roberts, según argumento de T. Murphy, basado en la novela de Victor Hugo
Música: Alan Menken
Canciones: Stephen Schwartz
Montaje: Ellen Keneshea
Intérpretes: Dibujos animados, con las voces de Tom Hulce (Quasimodo), Demi Moore [doblada en las canciones por Heidi Mollenhaur] (Esmeralda), Tony Jay (juez Claude Frollo), Kevin Kline (capitán Phoebus), Paul Kandel (Clopin), Jason Alexander (Hugo), Charles Kimbrough (Victor), Mary Wicks (Laverne), David Ogden Stiers (el archidiácono), Mary Kay Bergman, Corey Burton, Gary Trousdale, Frank Welker...
Nacionalidad y año: USA 1996
Duración y datos técnicos: 92 min. Color Scope.
Comentario:
En primer lugar, conviene destacar, aunque parezca una perogrullada, que nos encontramos ante una producción Disney y por tanto con todo aquello que conlleva; sería absurdo exigirle un grado de seriedad al tratamiento de esta historia igual al que posee la novela original de Victor Hugo o al de las dos mejores versiones cinematográficas, la de Wallace Worsley y William Wyler en 1923 con Lon Chaney y la de William Dieterle en 1939 con Charles Laughton, absolutas obras maestras. Sin embargo, dentro del contexto, planteamiento y desarrollo de esta película para todos los públicos, se ha incorporado una serie de elementos que confieren a este nuevo Jorobado de Notre Dame un nivel altamente digno.
Es notorio el grado de negritud que se ha agregado al relato, una constante evolución de los últimos productos Disney, otrora descompensados y que aquí se expresan con mayor equilibrio y pulcritud, así el diseño del personaje del malo, por completo magistral y que no se redime con ridículos y ternuristas argumentos en momento alguno: desde el inicio del film, donde pretende matar a un bebé arrojándolo al interior de un pozo, hasta su climático final, cuando aún viendo que todo está perdido insiste maquiavélicamente en acabar con Esmeralda, aquélla que ha despertado sus apetitos lujuriosos, y con Quasimodo, aquél a quien odia por su condición de distinto.
La película es fiel reflejo de los últimos intentos de la Disney de otorgar una dimensión cultista a sus productos infantiles/familiares: en El rey león (The Lion King, 1994) se atrevieron a emular a Shakespeare y su Hamlet; aquí, a partir de la parábola social que suponía la obra de Hugo, la Disney efectúa un canto en contra de la segregación, tanto racial, a partir del personaje de Esmeralda, como de cualquier otro ámbito, gracias al metafórico personaje de Quasimodo. Sin embargo, donde más se han cargado las tintas y se ha logrado un personaje más perfecto, es en el del referido elemento negativo, eclesiástico en la novela y que aquí se define como juez, aunque a nadie engaña su catadura. Es Frollo un personaje donde la maldad se transpira hasta su pura esencia, donde se aúnan hipocresía y mezquindad en equiparable armonía. Queda patente, salvo para los muy pequeños, que lo que siente Frollo por Esmeralda es una pulsión de índole sexual; al haber jurado voto de castidad, Frollo intentará acabar con el motivo de su tortura: mejor muerta que inalcanzable (en la novela incluso tratará de violarla). En cuanto a Quasimodo, representa éste, a través del distorsionado prisma de Frollo, el rechazo al distinto, al que no se aclimata a los cánones tradicionales que rigen en la sociedad y el odio del eclesiástico (seamos directos) hacia el deforme campanero estriba únicamente en los prejuicios.
Lamentablemente, el hecho de ir la película, también, dirigida a un público infantil, ha exigido la incorporación de elementos que diviertan a la chiquillería. La inclusión de esas tres gárgolas con vida propia que conversan con Quasimodo han sido un tan comprensible como insalvable error que desequilibra -¡una vez más!- la película, ofreciendo chistecitos pobres que sólo a los muy pequeños divertirán y que pervierten el poso tenebrista, culto e intelectivo que hubiera convertido a este jorobado de Notre Dame en toda una obra maestra. Lástima.
Es increíble la cantidad de planos, contraplanos, travellings, cenitales, picados, contrapicados, etc que se pueden observar en esta película, lo que la hacen que visualmente sea un espectáculo para los ojos (os dejo también unas capturillas de Frollo, uno de los malos más logrados de toda la historia de Disney):
Y Como regalín, la cación de Frollo frente a la chimenea ebrio de lujuría y represión ante la belleza de Esmeralda. Un momento de grandísima belleza que se encuentra entre los momentos cumbre (siempre hablando de manera subjetiva) de toda la historia de la animación: