'Lake Mungo'



Los falsos documentales (mockumentarys) suelen llamar la atención. Siempre resulta curioso ver como intentan retratar un hecho falso de la forma más verídica posible, con la intención de engañar al espectador que no sabe que está viendo uno de esos documentales falsos. En pleno 2021 es muy difícil que te engañen ya que tenemos un exceso de información que hace que sorprendernos sea algo muy difícil, así que deben buscar otro objetivo más allá de la intención de manipular al que la está viendo. 'Lake Mungo' es una pequeña película australiana que está dentro de este género y que aprovecha muy bien todos sus escasos recursos para provocar intriga, tristeza y especialmente terror.

Va más allá de la recreación fiel de un hecho que nunca ocurrió. Nos muestra metraje de noticiarios de TV, terapias paranormales grabadas en VHS, vídeos grabados con móviles antiguos o fotos de diferentes años para meternos de lleno en el caso de la extraña muerte de Alice Palmer, una adolescente procedente de una familia corriente. Todo lo que rodea a la recreación de esa defunción es tan creíble que tardas muy poco tiempo en estar intrigado por el caso. Desde su inicio, el director Joel Anderson te dirige hacia donde él quiere que vayas, incluso siendo algo predecible, porque más adelante te pillará por sorpresa y pensarás que ya no sabes que esperar de la película. La capacidad que tiene para sorprenderte es algo maravilloso. No es que haya giros de guion a cada momento pero tiene sorpresas, y son potentes.

Cada uno de los integrantes de la familia te hace sentir su duelo de forma natural y obviamente cada uno lo siente de forma distinta. El tratamiento dramático de este aspecto de la película está muy bien llevado, siendo uno de sus apartados más potentes. La tristeza de esa familia está presente durante los 90 minutos y empatizas con ellos y su incredulidad ante la muerte de su hija. El realismo de todo lo que estás viendo contrasta con el halo paranormal que rodea a la cinta que a veces es el centro de la historia y otras veces solo sirve como recurso, pero siempre está presente. Si quitaras ese aspecto, la película sería un documental sobre el terrible drama que afecta a esta familia, e igualmente sería bueno. Pero el terror eleva la calidad global del film.

Es una de las muestras de cine de terror más elegantes que he visto en muchos años. Se nota que bebe de David Lynch y el director no se quiere esconder. La chica sobre la que gira toda la trama se apellida Palmer, y tiene muchísimas cosas en común con Laura Palmer de 'Twin Peaks'. Al igual que el estrafalario director estadounidense, Joel Anderson usa los pasillos como forma de aterrorizar, jugando mucho con la iluminación y la ausencia de movimiento (si no tenemos en cuenta el de la cámara adentrándose lentamente en el pasillo). La música no está muy presente pero es usada de forma muy inteligente. Y por si fuera poco con esto, el gran lema de David Lynch (formas de la naturaleza que el ser humano no es capaz de comprender) es muy importante. No hay ni un solo jumpscare, es terror psicológico. Algunos zooms me han provocado terror puro y duro.

Recomiendo el visionado de esta película, que me ha sorprendido muchísimo y me ha parecido muy interesante.