Otra vez de acuerdo totalmente. Yo creo que podemos hablar, sin rubor, de que películas como esta o La isla mínima, demuestran que también aquí hay cineastas que hacen disfrutar a la gente y a la vez, hacen cine de calidad. Y todo eso, utilizando elementos autóctonos, temáticas propias, pero sin caer en el cliché ni en la fórmula fácil de antaño.
Por aquí, y con otros ejemplos de películas recientes, es por donde creo que debe ir nuestro cine. Que ya no es todo Amenábar, Almodóvar y unos pocos.