Acabo de revisar esta pequeña y curiosa joya desconocida del malogrado Tobe Hooper, bastante despreciada en su día y aún hoy considerada por muchos como un bodrio. Nada más lejos de la realidad.
Trampa mortal no alcanza la calidad de "La matanza de Texas" y ese fue su único "delito" al ser comparada con la opera prima de Hooper, con la que, sin embargo, tiene bastantes puntos de contacto. La vi hace años, en television creo, probablemente en alguna copia amputada, porque esta película merece verse en su formato original, con toda su gloria y su rareza. En su día la vi de madrugada y me parecio un intento de recuperar el clima de "La matanza".
La película se abre con un tipo que se quita el cinturón mientras dice "Me llamo Buck, y quiero follar". Vale, ya he oído esto antes. En realidad, lo he oído "después". Jopé con Tarantino. La película nos presenta la vida sureña de un pueblecito típico, con su ignorancia y su racismo. Una chica joven, escapada de casa, se ve incapaz de ejercer de prostituta ante Buck (Robert Englund) y huye al motel Starlight, donde conoce al pasadísimo Judd, un viejo sucio, chungo e incoherente que regenta un motel a punto de caerse a pedazos, medio perdido en los pantanos típicos de Louisiana, y suelta monólogos absurdos sobre su cocodrilo. Apenas la chica llega al motel, Judd la asesina sin motivo aparente y se la echa de comer a su cocodrilo. Es el comienzo de una noche infernal.
Desde luego, la ambientación de la película es lo mejor. Estamos ante una película de atmósfera, no de personajes, y los pocos personajes que pulularán por el motel y sus alrededores solo servirán para apoyar la locura del viejo chiflado: no hay ni un solo personaje positivo o totalmente cuerdo, desde el mencionado Buck a Hatty, la dueña del burdel, o al alucinadísimo padre de familia interpretado por William Finney, todos los personajes sufren alguna alienación, o son absolutamente planos. La película es como una pesadilla, como banda sonora tiene los ruidos típicos de los pantanos y añejas canciones country, como si el tiempo se hubiera detenido, y esa luz roja que entra por las ventanas del motel reflejando una especie de noche interminable. No hay motivaciones en el film, apenas hay diálogos, y los monólogos del viejo Judd sobre su cocodrilo solo causan una sensación de patetismo, no es que no sepamos el porqué, es que no hay porqués. Los logros de la película son principalmente las actuaciones alucinadas y sobre todo esa conseguidísima atmósfera, como si lo que Hooper quisiera contarnos no estuviera en la historia, sino la atmósfera.
El cocodrilo, cuando sale (poco) no causa ninguna inquietud, dado lo pobres de sus efectos especiales, como si fuera más el "Mcguffin" de la historia, pues todas las motivaciones y gran parte de dialogos de la pelicula giran en torno a él, pero su presencia es algo secundario. Aunque según parece, hubo problemas de rodaje, debido a la cabezonería de los productores (se dice que Englund terminó la última semana de rodaje) y a que el actor que interpreta a Judd, Neville Brand, estaba al borde del colapso por su alcoholismo. Su interpretación está cerca de la de Jim Siedow o Edwin Neal en "La matanza de Texas" dando saltitos y soltando risas enervantes, y en mi opinión, esta "Trampa mortal", que me ha gustado mucho, es el verdadero legado de La matanza de Texas: una pesadilla hecha película. Enrarecida, malsana, una película en la que el tiempo parece que se ha detenido y sus habitantes están todos chiflados. Hooper no volvería a conseguirlo igual de bien, en cuanto a crear esa atmósfera de pesadilla, salvo en algunos momentos de "La casa de los horrores". Y después de Poltergeist, se puede dividir su filmografía en pelis maluchas pero divertidas (Lifeforce, Invasores de Marte, La matanza de Texas 2) o malas con ganas (Terror sin fin, Peligrosa de noche).
Queda esta joyita de "Trampa mortal" junto con su obra maestra, para recordarnos que Hooper, en su día, fue un genio, pirado y cutre, pero genio.