Ya, Naruto, gracias, pero es que ahí pone la altura máxima en todas, y lo que me interesa es saber la mínima.
... Pero vaya, de todos modos veo que no me van a caber por un pelín. O les pongo patas y no me entra una extensión más, que sería una pena porque molaría 'empapelar'
bestilmente la pared, o paso de las patas y que el invento se apoye directamente en el suelo, con todo lo que ello conlleva: menor elegancia; problema de tránsito de cables si me da por ponerles LEDs —que me dará—; mayor riesgo de pataditas involuntarias...
¿Alguien me puede decir a qué altura le quedan a él? Va, que prometo no pedir luego responsabilidades si no entra ni a tiros. Como mucho le haría un poquito de vudú. Nada que duela mucho.
Ah, y ya que estamos, e independientemente de si pongo patas o no, está también mi mayor temor: la amenaza felina. Tengo dos gatos. Uno es tranquilote y va muy a la suya —salvo cuando toca papeo, como todos—, y a ese no lo veo yo aventurándose más allá de unos primeros olisqueos a la parte baja, pero el otro tiene más de mico que de gato: no hay estructura, por más ridículamente pequeña/estrecha y más precaria que sea su estabilidad, a la que no se encarame y por donde no trastee. (Porque no hay mucho trabajo para un micifuz doblador de escenas de acción peligrosas, porque si no me forraba.) Y cuando algo le gusta, no lo olvida, el jodío. Ahí que lo tienes to'l día.
El caso es que entre una cosa y otra los cristales tendrán que esperar un poco. ¿Alguno de vosotros que tenga bichejos de estos y figuras expuestas cree que hay razones para temer por su integridad? Me estoy planteando incluso poner en esquinas y tal de las Bestas un poquito de repelente de ese para gatos, pero tampoco me apasiona la idea de que odien su propia casa. (Sí, es suya; yo sólo les hago de criado.)