Es que la dirección del tal Megaton es nefasta. Estoy muy aburrido de los directores que se piensan que rodar cine de acción es darle la cámara a un borracho y meter mil planos por segundo.
De hecho hace que Bryan Mills parezca torpe, duditativo y lento a la hora de pelear. Es decir, falla estrepitosamente a la hora de utilizar la magia del cine para hacernos creer que Liam Neeson es una precisa y experimentada máquina de matar (cosa que si conseguía, y de manera sobrada, el director de la primera entrega).
Por cierto, vaya papel de mierda que le dan a la bellísima Famke Janssen. Básicamente hace de...
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